Su casa consistía en carpas de publicidad como paredes, láminas viejas y con agujeros como techo y de puerta un trapo que dejaba mucho a la vista. Por dentro había un rincón con varias sábanas para sustituir una cama, una mesa pequeña y una estufa con una sola hornilla. En esa misma Sakura estaba hirviendo agua para preparar comida instantánea que le habían llevado como paga a sus cambios.

En ese momento entraba corriendo el pequeño; su cabello negro sucio y enredado, sus pies sin ninguna protección y su ropa eran prendas de cuando era bebé, pantalones conos shorts y bodys como playeras.

ㅡ¡Tae! Ven a lavarte estrellita, es hora de comer.

El menor asintió y fue hacia su madre, al lado de ella habían dos recipiente con agua y un pedazo de jabón que utilizaba solo el menor, en casos extremos Sakura.

ㅡ¿Cómo la pasaste jugando?

ㅡ¡Bien!ㅡ La mano izquierda del menor se alzó con jabón, mostrando su dedo pulgar, la azabache sonrió y terminó de pasar agua sobre sus manos y al secarlas con un trapo se dio cuenta que en uno de los deditos del niño había una pequeña cortada.

ㅡOh no, te lastimaste tu dedito, espera aquíㅡ Dándole la espalda unos segundos, rebuscó en una canasta similar a una caja de galletas hasta que tuvo en sus manos una bandita, llevándola al pequeño que estaba sentado sobre la mesa.

Ahí guardaba las pocas cosas de medicina que lograba conseguir.

ㅡ¿Mentó?

ㅡSí, es medicamento, ahora dame tu dedito para ponerloㅡ El menor hizo caso, viendo atentamente como ponía la bandita alrededor de su dedo, y al final soplaba un poco junto a un besito ㅡ Sanará rápido con este besito mágico.

El menor sonrió viendo la bandita mientras su mamá servía en dos platos los fideos, una gran porción para resistir hasta el siguiente día si tenían suerte.

4 de Julio

Las palmaditas que Sakura recibía en su mejilla le causaban cosquillas, pero cuando su cabello fue jalado con brusquedad su sonrisa cambió a una mueca, finalmente despertó con su hijo sentado frente a ella.

ㅡMami, dame dame.ㅡ Dijo, con su manita abriéndose y cerrándose cerca de su boca.

ㅡTyunie, ¿mucha hambre?

El menor asintió repetidas veces, era justificable después de cuatro días sin probar un bocado. Sakura había dejado de hacer "cambios" como le decía a su pequeño, por eso no recibía más paga y como consecuencia no tenía con qué alimentarse. Con un suspiro de puso de pie tomando la mano de su hijo para salir de la casa.

Caminaron por las calles mendigando en lugares públicos, buscando en basureros algún bocado para ese día que comenzaba siendo gris. Sin embargo no tuvieron éxito y regresaban sus pasos entrando la noche por la ciudad.

En una avenida el pequeño se quedó fascinado por una tienda colorida de dulces, había soltado la mano de su madre pero por fortuna ella se dio cuenta y regresó por el, y al notar que se veía hambriento por el caramelo decidió llevárselo de ahí.

ㅡMama, dame dame.

ㅡNo puedo Tae, no puedo comprarlo.

ㅡ¡Dame, dele mucho!ㅡ Gritó comenzando con un llanto, los presentes que los veían solo lanzaban maldiciones por el alboroto, y Sakura tuvo miedo.

Se llevó a su pequeño en brazos hasta regresar a su casa, se arrinconó con el entre las sábanas desgastadas, el menor seguía llorando porque le dolía el estómago, tenía hambre, frío y sus pies también dolían.

we are jaune ❀ yeongyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora