Donde el poseedor de unos grandes ojitos de Bambi llegó a la vida de Yeonjun y Beomgyu para ganarse su corazón y así crear un bonito color: el amarillo.
❝El color favorito de todo lo contradictorio, o del optimismo al igual que de los celos. Es el...
ㅡEstamos como al principio entonces, sin ninguna información.
ㅡNo completamente, tengo un contacto específicamente un detective bastante especializado, nos estará acompañando en esta reunión ya que traerá con nosotros ciertos documentos que pasamos por alto.
ㅡ¿Qué clase de documentos?
Kai se acomodó en su silla, apoyando sus codos en el escritorio de mármol. Pero antes de que dijera palabra alguna su secretaria entraba alarmada con cuatro personas detrás de ella, uno de ellos era el detective del que hablaba.
ㅡDime una cosa Kai ¿Son ellos?
ㅡ¿De qué estás hablando Wooyoung? No puedes irrumpir así como así en mi oficina, hablamos sobre esto antes y esto era acompañado por la ley.
ㅡSoy parte de la ley también Kai, por lo tanto me llevaré al adulto y servicio sociales al niño.
El alma de Yeonjun abandonó su cuerpo en cuanto fueron mencionados servicios sociales, su rostro se quedó en blanco y solo pudo abrazar con fuerza el cuerpo del menor que lo abrazaba por el miedo que le tenía a las personas desconocidas.
ㅡ¿Po-por qué está pasando esto abogado Huening? Nunca mencionó nada, creí que sería una sola charlaㅡ Su voz temblaba junto a su mirada que se perdía por un momento entre el abogado y el niño.
ㅡGuarde la calma por favor, usted tendrá que acompañarlos y probablemente le harán un interrogatorio.
ㅡ¿Qué pasará con él? No puedo dejarlo solo con personas que desconoce, menos a algún lugar. Simplemente no puedo.
ㅡSeñor Choi, entienda que esto es necesario para llevar un proceso adecuado, si se opone habrán cargos contra usted y posibles acusacionesㅡ El peliblanco ya se había puesto de pie, junto a su cliente tratando de hacerlo entrar en razón.
Con resignación Yeonjun se puso de pie siguiendo a las cuatro personas, tomando al menor para cargarlo, el azabache lo abrazaba con fuerza.
Tae podía sentir el corazón del mayor latir fuertemente, así como su respiración acelerada.
ㅡLo llevaré a la comisaría para hacerle algunas preguntas, el niño por el momento estará en un lugar adecuado para él.
ㅡNo pueden alejarme así de él, estará asustado y preocupado todo el tiempo.
Una mujer rubia se acercó a Yeonjun para que se lo entregara pero se negaba, aún más con el fuerte agarres que Tae tenía sobre él, podía sentir su miedo y también su llanto.
ㅡ¡No quiedo, no, no!
Yeonjun estaba a nada de llorar junto a él.
ㅡEscúchame Tae, tienes que ir con ellos porque es importante para que podamos vivir juntos muchísimo tiempo, debes seguir instrucciones, no hagas nada que no quieras ¿sí? Todo con tu permiso.
ㅡNo doy pemiso de llevarme.
ㅡIrémos por ti con Bomi, es una promesa.
El dedito de Tae se entrelazó con el del mayor, cerrando la promesa. Con un besito en la frente el azabache pasó a manos de la mujer rubia que lo llevó a un auto blanco, en todo momento veía hacia atrás con una mirada asustada.
Solo entonces Yeonjun se permitió llorar.
El moreno llegó a su lado para llamar su atención ㅡSigame por favor.
ㅡ¿Puedo hacer una llamada?
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Dando la seis de la tarde, Beomgyu caminaba tranquilamente por las ruidosas calles, sintiendo como el frío viento lo saludaba, todo el día había sentido una extraña sensación, no había podido estar al pendiente de su celular después de las once por las reuniones que lo habían tomado desprevenido y solo fue capaz de tomarlo al salir.
A lo lejos sus ojos observaron la dulceria donde había conocido al menor y una brillante idea se cruzó por su mente, apresuró el paso para llegar y pedir aquel dulce que el pequeño anhelaba tanto. Había pasado ya un tiempo y llevarle esa sorpresa seguramente lo haría muy feliz.
Salía de la tienda con la paleta envuelta en un bonito plástico rosa cuando revisaba finalmente su teléfono, encontrando las llamadas perdidas de su abogado, una de un número desconocido y una de Yeonjun, cuando estaba por llamarlo el nombre de su esposo apareció en la pantalla.
ㅡ¡Hola Junnie! Estaba por llamarte, le llevo una sorpresa a... ¿Q-qué?
La paleta había caído de sus manos, rebotando en el suelo hasta partirse en diferentes pedazos y migas, así mismo las lágrimas en el rostro de Beomgyu la acompañaban.
Su corazón rompiéndose al escuchar la rasposa y apagada voz de su esposo decir ㅡServicios sociales se llevó a Tae.
