we are jaune ❀ yeongyu

❀: 14

ㅡAhh, huele delicioso.

Al medio de ambos se asomó la cabeza de Beomgyu, así como su mano que traviesamente se robó un pedazo de carne ya cocido. ㅡY sabe delicioso, ustedes dos son profesionalesㅡ Alentó besando la mejilla del menor y los labios del pálido, luego de ello intentó tomar algo más pero estaba demasiado calienteㅡAy...

ㅡ¡Bien!ㅡ La mano izquierda del menor se alzó con jabón, mostrando su dedo pulgar, el azabache sonrió y terminó de pasar agua sobre sus manos y al secarlas con un trapo se dio cuenta que en uno de los deditos del niño había una pequeña cortada.

ㅡOh no, te lastimaste tu dedito, espera aquíㅡ Dándole la espalda unos segundos, rebuscó en una canasta similar a una caja de galletas hasta que tuvo en sus manos una bandita, llevándola al pequeño que estaba sentado sobre la mesa.

ㅡ¿Mentó?

ㅡSí, es medicamento, ahora dame tu dedito para ponerloㅡ El menor hizo caso, viendo atentamente como ponía la bandita alrededor de su dedo, y al final soplaba un poco junto a un besito ㅡ Sanará rápido con este besito mágico.

Los ojos de Tae se abrieron grandemente, Beomgyu atendía su dedo quemado con su mohín por la burla que le estaba haciendo el rubio, llamándolo desesperado.

ㅡPude haber muerto, Choi Yeonjun, te quedarías viudo.

ㅡTu muerte sería famosa, solo imagínate "Hombre muere por quemadura al intentar tomar un trozo de carne recién cocida"

ㅡSigue, sigue burlandote, cuando mi alma en pena te persiga no dirás lo mismoㅡ Beomgyu solo pudo observar los hombros de Yeonjun subir y bajar, probablemente el hombre estaba riéndose mientras lo escuchaba. Estaba por lanzarle un zapato cuando el menor apareció frente a él ㅡ¿Qué sucede bonito?

ㅡTu dedo duele.

ㅡEstoy bien, no es nada grave, JunJun solo está exagerando.

El menor negó y le pidió su mano, Beomgyu no entendió así que solo la extendió, su rostro confundido cambió a uno conmovido cuando el azabache puso con cuidado una bandita de gato alrededor de su dedo, después sopló un poquito para darle un beso, el broche de oro ㅡEs magia, para que no duela.

ㅡMuchas gracias Tae, ya no me duele.

Con una sonrisa de satisfacción recibió un abrazo de recompensa, eso era suficiente, había sanado el dolor de Bomi como recordaba.

El peliblanco caminaba dentro de una habitación con poca luz, donde abundaba el polvo y los insectos, a cada paso que daba se topaba con más de una torre de documentos y algunas latas de bebidas energéticas, su muecas de disgusto lograban darle expresiones a su rostro. Finalmente había llegado al escritorio, no menos decente que el cuarto pero con espacio suficiente.

Sus ágiles dedos encontraron la computadora y sin dudarlo entró con la contraseña que se sabía de memoria, sus anteojos bajaban lentamente del puente de su nariz, brillando por la luz de la pantalla.

ㅡ¿Quién anda ahí?

Toda inspección se detuvo al escuchar la reconocida y ronca voz.

ㅡDebes averiguarlo.

Pronto una risa volvió a aparecer, mostrando debajo de la lámpara del techo la silueta de un hombre que sonreía de lado, sus ojos viendo de arriba hacia abajo su persona. ㅡVaya, cuánto tiempo.

El olor a cigarro llegó a sus fosas nasales, detestaba ese olor.

ㅡLo mismo digo. Vengo porque necesito tu ayuda con un caso, este es especial y legalmente eres policía ¿no?

ㅡLo soy, pero me voy a retirar pronto.

ㅡVeo que sigues con el traumaㅡ El hombre que estaba de pie rodó los ojos, su pecho sintiéndose pesado cada vez que recordaba.

ㅡ¿Cuál es el caso?

Kai sonrió. Dentro de su traje tenía una carpeta, misma que dejó sobre el escritorio antes de ponerse de pie, dejando que el más alto tomará asiento. ㅡLéelo.