Con dificultad, la más pequeña siguió los pasos cortos y lentos de Lauren. Sabía que lo hacía para que sus piernas se rozaran entre sí, excitándola aún más, si cabe.

Cuando pasaron por delante de la recepción, fue la empresaria quien saludó a algunos funcionarios del periodo nocturno, mientras apretaba el botón para esperar el ascensor. Camila se retorcía cada vez más, gimiendo y murmurando cosas en español. Su único deber era no venirse mientras los dedos de Lauren le tocaban sugerentemente la cintura.

Recibió un sabroso apretón alrededor de la cintura como gesto de reprimenda, después de haberlo disfrutado, aparentemente, en lugar de "comportarse" como se le había ordenado.

Konbanwa. — Jauregui deseó buenas noches a las otras dos parejas dentro del ascensor.

Para su total satisfacción, aún no era reconocida ni conocida en el continente asiático, lo que le permitía llevar una vida normal, sin preocuparse por las fotos o las incómodas peticiones de entrevistas.

Llevó a Camila hasta el fondo del ascensor sin que los demás se percataran de sus intenciones al hacerlo tan disimuladamente.

Unos segundos en silencio, después de que se cerraran las puertas, bastaron para excitarla, diciendo:

— Podría follarte aquí dentro, ¿sabías? — le susurró al oído para que solo la modelo pudiera escucharlo. — Cuando salgan todos estos idiotas, podría trancar las puertas, levantarte el vestido y comerte como a una zorra en este ascensor.

Camila amenazó con acercarse al cuerpo de Lauren, anhelando aquel contacto.

— ¿Te ordené que te acercaras, Camila? — Fuera de sí, decidió bajar la cabeza, mientras se mordía el labio inferior, completamente abrumada por la calentura y la tensión sexual. No quería mostrarlo delante de las otras parejas. — Seguro que estás toda mojada. — El ascensor acababa de llegar a la primera planta, donde una de las parejas se despidió. — ¿Qué quieres que haga contigo, hm? — Disimuladamente, bajó la mano que tenía sobre la cintura de Camila para manosear el trasero de la cubana, aun bajo la chaqueta. — ¿Quieres que me frote en ti? — El pitido de la puerta nunca había sonado tan lento a los oídos de la modelo. Camila ardía y se estremecía por dentro, mirando el suelo metálico como si su vida dependiera de ello. — ...¿Que te la chupe? — el sarcasmo le escurría por la comisura de los labios. — Sé que estás excitada y que lo deseas, baby...

Al final, el susurro más fuerte llamó la atención de la pareja mayor que tenían al lado. Aunque no entendían ni una palabra del idioma occidental, sabían muy bien cómo detectar un malicioso intercambio de miradas capaz de dejar boquiabiertos, incluso a quienes les observaban desde lejos.

Conscientes de ello, decidieron bajar al segundo piso, siendo que su destino era el sexto.

— Lauren... — apretó las piernas, sintiendo el cálido líquido deslizarse por sus piernas. No podía dejar que llegara hasta donde su vestido no la cubría, pero sus manos estaban atadas por un cinturón. — Las cámaras, por favor... — se retorció en un inútil intento, siendo que los dedos de Lauren tocaban y apretaban sus caderas desde atrás. La habían domado. Lo que Lauren quisiera hacerle ahora, podría hacerlo. Pensar en ello despertó aún más las hormonas de ambas mujeres. — Amor... — suplicó en un gemido.

— Te voy a marcar entera, Camila. — Estaban pasando el tercer piso cuando Lauren le dio una palmada en el trasero, dejando que el sonido de la bofetada inundara el pequeño cubículo metálico. — Te vas a mirar mañana en el espejo... — comentó, usando y abusando de su tono provocador, con la boca prácticamente pegada en la nuca de la mujer. Su nariz y su boca en el aromático pelo castaño de su mujer. — Verás cada parte de tu cuerpo marcada por mi boca. — deslizó sus labios sobre la oreja de Camila — ...y manos... — la propinó otra bofetada, apretando la zona con las manos. — Recordarás que eres mía y te lo pensarás dos veces antes de bailar encima de una mesa para alguien que no sea yo.

La Amante de mi Esposo (ℭ𝔞𝔪𝔯𝔢𝔫) - TraducciónWhere stories live. Discover now