Capítulo 18°

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La apariencia de Taehyung se pudo decir que fue un verdadero desastre, pero un desastre encantador al fin y al cabo. Trajo sus castaños cabellos desordenados y su precioso rostro cansado, con los ojos levemente irritados al igual que su nariz debido al resfriado y su tos volviéndose frecuente, esta siendo algo ruidosa.

Me miraba, abrazándose a sí mismo, mientras se sentaba de piernas cruzadas sobre su cama. Constantemente, se lamió sus labios con nerviosismo y trató de esconder la mitad de su rostro bajo su bufanda. Una imagen tierna de recordar, pero él siempre fue así, habiendo nacido con esa facilidad para ser el chico más adorable que vi alguna vez.

Una vez con la mascarilla puesta que Taehyung me hubo brindado para evitar contraer su resfriado, tomé asiento sobre el suelo de su habitación en silencio, y dejando mi mochila a un costado, comencé a echar un vistazo alrededor, no pudiendo haber evitado sentirme igual de curioso como aquella primera vez en que conocí su casa.

Su habitación se halló echo un lío. Sus libros de estudio se hallaron amontonados sobre su escritorio, con sus lapiceros desparramados encima de estos. Su ropa limpia se halló sin doblar sobre su silla y su ropa sucia parecía estar apunto de salir expulsada de su cesto. Además, habían pañuelos usados tirados a un lado de su cama en el suelo y varias tazas igual de usadas sobre su mesita de noche. La habitación, aunque no olía mal, era un desastre como su dueño, algo que, definitivamente, yo me ofrecería a solucionar, pues, aunque no me considero un obsesionado de la limpieza, hube crecido con el hábito de siempre mantener todo en orden.

- P-Perdón por el desorden - Taehyung se encogió avergonzado sobre su lugar -. Sabes que no soy alguien sucio, pero, ayer luego de la escuela, comencé a sentirme mal mientras hacía la tarea, entonces caí enfermo y ya no he podido arreglar mi habitación - se explicó, con una sonrisita penosa y la voz ronca -. Se supone que debía volver de la escuela y poner a lavar mi ropa, pero comencé a sentir dolor de cabeza, escalofríos y lo único que hice fue irme a dormir, incluso olvidé tomar alguna medicina y desperté con fiebre alta por la noche, así que llamé a mi mamá, pero no contestó, porque estaba en urgencias; ella luego me escribió - aclaró -, pero decidí mejor no molestarla y opté por bajarme la fiebre yo mismo - se encogió de hombros, restándole la debida importancia al asunto.

- ¿¡Qué!? - lo miré confundido - ¡Cómo haces eso, Taehyung! - le recriminé, todavía desconcertado - ¿Y si la fiebre no hubiese bajado? ¿Qué se supone que ibas a hacer, ah? - le cuestioné, mi voz habiéndose alzado con preocupación, algo exasperado - Debiste haberme llamado si quiera. Sabes que hubiese venido de inmediato. ¿Por qué  te atreviste a correr con el riesgo? - lo miré con desaprobación.

- Ash, ya cállate - perdió la paciencia -. Si has venido para recriminar mis decisiones y que empecemos otra discusión, entonces mejor vete, que me duele un poco la cabeza como para soportar más dramas - se cruzó de brazos, fastidiado -. Además, no es la primera vez que hago esto por mi cuenta - mencionó, terco -. Sé lo que se debe hacer para bajar la fiebre; mamá me lo ha enseñado bien - dijo, totalmente despreocupado.

- Eso no me alivia, sabes - lo miré de reojo -. Se supone que tu salud debería ser más importante para tu madre, que la salud de otros. Ella debería estar aquí contigo - señalé.

- Oye, oye, deja a mi madre fuera de esto, ¿quieres? - me advirtió, mostrándose a la defensiva -. La haces ver como si ella fuese una madre terrible y no lo es - refutó con firmeza -. Es solo que su trabajo le exige demasiado y yo entiendo eso, ¿bien? Además, aún no le he dicho que estoy enfermo, y lo más seguro es que cuando regrese más tarde del trabajo, también me regañe por no haberselo dicho - bufó.

Todo lo que nunca te dije - KookVWhere stories live. Discover now