Capítulo 11°

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¿Puedo contar este secreto? Es algo de lo que jamás me he atreví a hablar o a escribir, hasta ahora, que he estado comenzando a llevar terapia. Se trata de algo con lo que estuve batallando toda mi vida. Algo de mi pasado que espero dejar atrás pronto, incluso tratándose de uno de los hechos que marcó mi vida para desdicha. Ni siquiera Taehyung lo sabe, y puedo decir que Taehyung es la única persona que me ha visto en situaciones de mucha vulnerabilidad. Él es la única persona sobre la faz de la tierra que realmente se preocupó de una manera muy especial por mí y en quien yo pude confiar hasta donde me permití hacerlo.

Estoy seguro de que es un tema demasiado delicado para muchos, pero que me vendría bien soltarlo, por todo lo que me debo a mí mismo y a Taehyung, quien me salvó tantas veces sin saberlo, al grado de considerarlo mi ángel asignado.

¿Pueden creerlo? No creo en el horóscopo, pero sí quiero creer en la existencia de ángeles; personas como Taehyung, que realmente se esfuerzan por hacerte sentir que tu existencia sí tiene razón de ser, a pesar de todo lo malo que se te pueda venir encima.

Antes de Taehyung, yo realmente estaba seguro de que mi existencia era solo un error cometido por dos personas ignorantes e irresponsables. Mi existencia no era más que materia, una carga más con la que el mundo debía lidiar.

Mi mente, desde muy pequeño, comprendió que debía prepararse para asumir muchos problemas y vivir lleno de incertidumbres, ignorando un vacío que iba creciendo dentro de mí, pero mientras iba entendiendo un poco más la clase de contexto que lamentablemente me tocó vivir, sucedió una las cosas más horribles y enfermas con las que se ve a lidiar la humanidad constantemente. Una de las cosas que siempre observamos por las noticias y nos horrorizamos y asqueamos. Algo con que los niños y las mujeres especialmente tienen que obligarse a lidiar en un mundo machista, donde la justicia parece que jamás les dará consuelo alguno.

Me sucedió a mí, a un niño de solo 11 años, que lo único que pedía en cada cumpleaños, era que su mamá volviese para sacarlo de esa vida infernal al que se estaba acostumbrando.

Fue una noche cuando sucedió. Pareció que sería una noche tranquila para mí, pues me hallé, en lo que me permití, un poco emocionado, porque estuve a solo días de cumplir los 12 años, una edad en la cual solía pensar que me volvería un poco más independiente y hasta, tal vez, en mi ilusión de niño, comenzaría a crecer en musculatura y altura, lo suficiente como para comenzar a defenderme de mi abusivo padre.

Había conseguido algo de dinero de la propina que recibía de mi vecina de al lado cada vez que le ayuda a cargar con sus cosas del mercado, y era lo suficiente como para permitirme una pequeña celebración conmigo mismo, no sé, tal vez permitirme un pequeño pastel y soplar unas cuantas velas, como pocas veces se me hubo permitido en uno que otro cumpleaños pasado, solo cuando mi abuela paterna había venido a visitarme. Estuve tan ensimismado en ello, que no noté cuando un hombre había entrado sigilosamente a mi habitación, hasta que sentí mi vieja cama hundirse a mis espaldas, una sombra en mis cortinas y una mano enorme y hostil en mi muslo descubierto por los shorts que traía puesto como pijama, que me hizo estremecer del miedo en mi lugar.

Una escena de mismísimo terror.

¿Quién era este hombre y por qué había entrado a mi habitación? ¿Por qué me estaba mirando de esa manera tan desquiciada y oscura? ¿Por qué me hacía sentir como una presa? ¿Por qué me pedía que guardase silencio?

Mi cuerpo comenzó a sudar frío, mientras la confusión y el pánico nublaba cualquier tipo de razonamiento en mí, paralizándome. Estuve desorientado, esperando que todo se tratase de una pesadilla, pero entonces, escuché los gritos de mi padre alcoholizado desde la sala, y los latidos de mi corazón se volvieron erráticos.

Todo lo que nunca te dije - KookVNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ