Honestidad

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Otro día, otro dólar.

Deseando ver su primera nómina con Pavitr, Peter cerró el restaurante y empezó a limpiar a conciencia. Era noche de limpieza, con música de videoclip del que no entendía ni papa y podía ver como Pavitr sacaba los pasos prohibidos mientras limpiaba con el resto de los empleados. Se sabía cada letra y cada paso, algo que le daba profunda envidia al mayor, ya que ni le salió bien el primer baile de casados con MJ. Su espalda crujió mientras barría a un tempo lento. Se sentía demasiado old  para trabajar.

" ¿Esta bien, señor Parker? " del dolor, no sabía si estaba burlando de él o preguntando en serio. Intentó esbozar una sonrisa para quitar toda preocupación, pero solo pudo verbalizar quejas.

" Solo tengo treinta y pocos años... "

Le ayudaron a sentarse y le trajeron un té de jengibre. Le quemó un poco la lengua pero, después de ese crujido, que su lengua no supiera si era dulce o salado le importaba bien poco. La tía Maya le trajo su nómina y se sentó a su lado, a acompañarlo mientras que era Pavitr el único que limpiaba. El resto se marchaba, con excusas cada vez más tontas, pero parecía dar igual. Suspiró e intentó seguir con la conversación de la señora, pero parecía en balde.

" ¿En que piensas, Peter? " preguntó la señora antes de servir otra taza " ¿en el señor Miguel y el caso de su hija? "

Era imposible no pensar en aquello. Si bien aun le pasaban cosas extrañas cuando pensaba en Miguel O'hara, con todo ese plan que estarían llevando a cabo se habían vuelto en un tema que no podía dejar de pensar. Si, negaba que fueran sentimientos tan fuertes como lo que habían platicado esa misma mañana con ese maravilloso desayuno, pero aun no le podía dar un nombre a toda aquella sintomatología que sufría como un idiota. Intentó decir algo, pero ni él mismo sabía que decir.

Solo en ese momento escucharon gritos fuera del bar.

Se escucharon tiro y, completamente asustados, empezaron a apagar las luces y quitar todo rastro de vida. A pesar de los fuertes dolores de espalda de Peter, pudo desconectar los teléfonos y ayudar a cerrar. Se fijo en la rapidez con la que la señora y su sobrino bajaban todo cerraban las puertas principales. A pesar de ser un trabajador nuevo, sabía donde estaba la llave de emergencia para el cerrar las puertas traseras, por lo que no vaciló ningún solo segundo para ir, usando la escoba de bastón, para cerrar aquella puerta. Intentó arrastrar algunas cosas a modo de barricada, pero aquel dolor solo le dejó poner un par de sillas. Escuchó a Pavitr y Maya gritar cosas en hindú, por lo que se imaginaba que estaba todo terminado. Se dijo en lo oscuro que estaba todo. Encendió el teléfono y apagó el sonido antes de usar la linterna para volver con la familia Pravakhar. Intentando andar en aquella oscuridad mal construida, escuchó ruidos. Pensó que era él mismo, pero al volverlo a escuchar, se asustó.

" ¿Quién anda ahí? " Se atrevió a preguntar a pesar de ser la cosa más cliché y absurda, pues si de verdad había alguien, no le diría que estaba.

" ¿Estas bien, Peter? " escuchó gritar a la tía

" Creo que alguien se ha colado " decidió ser honesto mientras intentaba buscar al ratón.

Aquella familia se acercó a ver y empezaron a buscar esa teoría. Se escuchaban algunos ruidos, pero no había ninguna respuesta. Si, alguien había entrado pero no se podía ver quien era. Aun se escuchaban los ruidos de disparos y gritos fuera, por lo que tenían mucho cuidado con las luces. Peter suspiró y siguió buscando a aquella persona, repitiendo en su mente que pronto vería a su hija.

"¡Es una niña!" se escucho el grito de Maya.

Alarmados, Peter y Pavitr fueron al lado de la señora, quien revelaba con la poca luz del movil a una desmelenada menor, con la ropa rota y ensangrentada. La reconocieron enseguida.

Dios, ¿qué estaba pasando?

TaxiWhere stories live. Discover now