Niñeras

88 8 1
                                    

La alarma del teléfono despertó a Miguel. Le costó tiempo abrir los ojos y apagar aquel estruendoso teléfono. Con cuidado se movió, al darse cuenta de que la pequeña May estaba todavía dormida apoya en sus pectorales. Solo en ese momento lagrimas se dejaron caer. Echaba de menos a su pequeña Gabi, abrazarla, ver como se esforzaba dibujando y haciendo su tarea escuchando su música de fondo,  el como iban al estadio a ver cada partido de su equipo favorito o jugaba y perdía con deportividad... Nunca podría superar la situación y rezar para que la policía la encontrara era una plegaria desperdiciada.

Esa era la única motivación para seguir trabajando de taxista. 

" Buenos días, chamaquita " le dijo al ver que empezaba a despertarse. Rápidamente se quitó las lágrimas " ¿empezamos el día? "

Somnolienta, la pequeña asintió y la dejó en el suelo con cuidado. Le acercó los Lego y se fue al la ducha. Solo con el agua caliente y el olor de su jabón, podía pensar en como podría hacer algún avance. Tendría que dejar a la pequeña con alguien para no involucrarla en sus problemas. Su estómago gruñó, necesitaba desayuno de confianza antes de volver a la carga. Solo entonces pudo sumar el uno más uno que necesitaba y salir de la ducha. El vapor de la ducha empañó los espejos, por lo que uso sus manos de forma rápida para poder arreglar su mojado cabello. Se cepilló los dientes y salió con solo una toalla atada a la cintura. 

Solo le dio tiempo a vestir unos calzones cuando escuchó ruidos en la cocina. Tiró su camisa al suelo y salió corriendo. Su sorpresa fue mayúscula cuando vio a su amiga Jessica regalándole un biberón de leche a la pequeña May. A su lado, Byte había vuelto sola, con más comida. 

" ¡Tápate Miguel! " gritó indignada Jess al fijarse en su amigo. Intentó tapar la vista de Margo, pero ella ya se había adelantado con una rápida foto. Avergonzado de que sus amigas lo vieran casi desnudo, entró a en el pequeño cuarto y se vistió rápido posible. Al entrar, las chicas se rieron de la él " Así mejor, Miggy "

" ¿Se puede saber quien les ha dado permiso para entrar en mi casa? " preguntó enfadado mientras se escondía detrás de uno de los pilares. 

" ¿Tu? " la pregunta de Margo Kess estaba cargada de ironía " Veníamos a dejarte más comida y a cuidar a la pequeña" 

Miguel se sorprendió ante la respuesta de Byte y pasó a cambiarse antes de seguir la conversación. Agradecía el apoyo de las chicas, puesto que aquello no era absolutamente fácil para él, pero no se terminaba de acomodar en aquella situación. La carga emocional estaba demasiado alta, por lo que sentía que necesitaba huir en la mayor brevedad. Respiró hondo varias veces, queriendo acomodar las ideas una vez más, reestructurando el día para que nada volviera a salir de su perfecta ecuación. 

" ¿Y tu hijo? " fue lo primero que preguntó mientras cogía sus llaves

" Hoy es día de padre e hijo... además no creo que tarde en aparecer el padre de esta criatura " dijo ella con una confianza que a Miguel le daba mucha envidia. " Ve tranquilo, anda "

" No traigáis a ningún extraño en mi ausencia "

Jessica se fijo en la marcada espalda de su amigo mientras se marchaba de aquella forma tan anticlimática. Se acercó a su amigo e intentó darle apoyo moral, unas bonitas palabras que lo fueran a acompañar durante todo el día acompañadas de una mano hermana, pero se cortó al ver la dura mirada de Miguel al frente, huyendo de la pequeña extraviada. Las palabras ya no valían nada, además de que podía ver cuidar de aquella pequeña le estaba consumiendo la poca cordura que le quedaba. A Byte la podía engañar, pero no a ella, todos aquellos años de amistad avalaban su sexto sentido. Sus ojos, el ligero temblor, su agarre... Cualquiera que conociera bien a Miguel O'hara, sabía que habían ligeros detalles que a todos les preocupaba, unos más y otros menos, pero eran los que marcaban tanto su humor como ciertas ideas que no podía permitirse que volvieran. Con su cierre de puerta más fuerte que sus brazos, a Jessica le vino un recuerdo a la mente. Lo intentó ignorar mientras sacaba un biberón y preparado de leche para infantes. 

TaxiWhere stories live. Discover now