Naan

40 7 0
                                    

La risa que llegaba desde las escaleras hizo que la pareja de buenos amigos se despertaran. Se fijaron en como Miguel estaba con los surcos de las lágrimas, encima del pecho y la pequeña barriga de Peter, quien tenía una postura que no parecía nada cómoda. Ambos cruzaron miradas por un instante y salieron corriendo a ver a una despierta y avispada Mayday, quien reclamaba atención de sus dos papas. Cortado como un brick de leche al sol, Miguel le dijo que se daría la ducha primero, dejándolo solo con la niña para cambiarle los pañales. 

Se le hacía difícil empezar una conversación con él después de todo lo compartido. No era para nada una tarea sencilla, si bien lo parecía, no dejaban de ser dos padres completamente incultos en el arte de expresar sus emociones. Tampoco es que hubiera un manual que explicara al dedillo los pasos para tener una conversación con alguien que había perdido a su hija por un taxista del mal, como manejar el dolor de una desaparición o esos temas que siempre parecían lejanos. Él nunca se había planteado que fueran a secuestrar a su hija o que su mujer fuera a morir por un cáncer. 

"Ya, ya..." suspiró mientras tranquilizaba a su pequeña hija.

Le dio un breve vistazo al reloj antes de empezar con las prisas. Era su segundo día, no podía fastidiarla. Se alistó lo más rápido que pudo, mientras vigilaba que la niña estuviera correcta.

" Está aquí MJ " escuchó a su compañero desde las escaleras.

Hasta se había olvidado que hoy se llevaban a la pequeña. Suspiró, agarró la bolsa de paseo y bajó a toda prisa. Aun tenía ese choque emocional dificil de explicar con ella. Miguel los dejó solos para ir arrancando el taxi. Él era conocedor de su mala tensión unidireccional, del cual solo él lo pasaba mal. Ella podía llevar bien ese cambio, se había mentalizado, era fuerte... no como él. Aun estaba arrancando en esa nueva vida. Sonrió al ver que ella se fijo en su cara de molestia.

" ¿Estás bien? " se atrevió a preguntar ella al ver como seguía perdido en sus pensamientos.

" ¡Si! " respondió de forma atropellada " Cada día Miguel y yo nos llevamos mejor, ayer estuve trabajando por primera vez en un bar y fuimos a una fiesta de los chicos que nos ayudaron cuando lo de la pequeña "

Sin darle oportunidad a que le diera la enhorabuena, le dio la niña y le empezó a explicar las cosas buenas con gestos exagerados, moviéndose hacia la puerta. Era una salida que rozaba la comedia exagerada, llegando a incomodar a la familia entera. Una vez pudo cerrar la puerta, se despidió y salió corriendo al taxi de Miguel, quien cantaba alegre Cuando Calienta el Sol. Por educación, saludó con un pitido del coche, haciendo reír a la pequeña Mayday. Durante el viaje, no hablaron, pues Miguel estaba demasiado concentrado en las canciones de su ídolo y Peter buscaba la traducción. Pues no terminaba de entender como era que le gustaba tanto aquella canción. Con una suavidad difícil de describir, aparcó y entraron al bar, donde Pavitr los esperaba con los brazos cruzados.

" ¿Sois amigos de los Punketos? " sin un hola o gesto amable, entro de lleno en un tema que no terminaban de entender.

" Fueron los que... "

" ¡No! ¡No! " lo interrumpió de mala manera " Los tengo sentados en la barra esperando por vosotros. Que sepáis que os serviré decaf por ello "

" Oye, no seas injusto Pav " casi suplicó Miguel al escuchar la peor de sus pesadillas. Un descafeinado, ese agua manchada que quería ser café pero no llegaba. Sin su buen americano doble, más negro que su cabello, no podría soportar su mierda de vida.

Pavitr no les dijo nada. Simplemente entró y empezó a servir los descafeinados como si no hubiera un mañana. Peter no entendía nada, simplemente podía sentir que entre los chicos punk y Pavitr había una rivalidad que nadie se había molestado en explicar. ¿Por qué les querría prohibir la entrada una persona que era como un cielo? Más tarde se lo tendría que preguntar a Hobie, quien estaba sentado con cara de aburrimiento, picando un poco de pan con las manos antes de untarla en una salsa que se veía que estaba bien fría.

" Pav deja esa asa naranja donde yo lo vea " demando Miguel

" No nos sirvas descafeinado, Mumbatthan " dijo uno de los integrantes de la banda

" No es justo, no hemos hecho nada " respondió otro

Sin escuchar sus reclamaciones y quejas, Peter vio como les servía de lo peor que tenían. Molesto, intentó hablar con él, pero este entró en la cocina. Este lo siguió, pero se quedó en una esquina al ver como la tia Maya lo regañaba por su actitud, o eso parecía. Hablaban en hindí de una forma que parecía un regaño, pero los gestos daban otro mensaje. Maya se marchó por otra puerta y vio que Pavitr empezaba a sacar mango y yogur. Era el momento.

" ¿Qué problema hay entre estos chicos y tu? " preguntó directo " Pareciera que a Maya no le importara su presencia "

" A la tía no le importan esos britanicos estúpidos, les cae bien porque a veces ayudan con los otros maleantes " respondió mientras sacaba la batidora " pero en más de una ocasión nos han traído problemas, policías... no los quiero aquí "

" Si lo conocieras... "

" Tendría el mismo resultado " completó su frase antes de seguir con la receta.

Con las respuestas peor explicadas que pudo obtener, salió para ver un panorama completamente distinto al que había dejado: Miguel se había marchado, fuera no se veía su impoluto taxi, un trozo de la banda estaba al billar y otra pegándose, ahuyentando así a parte de la clientela. Lo mejor era que, en mitad de ese pequeño caos, estaba Hobie peleando por terminar su decaf. Cuando el salió, todos lo miraron e intentaron aparentar una normalidad que era evidente que no había.

" Dime que puedes servir café normal, por favor " aquella frase de Hobie sonaba más a súplica que otra cosa

" Claro "

Con la libreta de cafés en mano, con un pulso similar a tener parkinson y la determinación de un alumno de bachillerato en la prueba de acceso de la universidad, empezó a sacar sus skills de camarero. Siguiendo al pie de la letra cada receta, fue sacando diferentes lattes, americanos y bebidas con cafeina que lograban transformar a las bestias en personas normales. En ningún momento vio salir a Pavitr, aunque no podía por la cantidad de cafés que estaba haciendo por minuto. Luego tocaban los bagels, ahí se complicó un poco, pero con paciencia y mantequilla, todo se resolvía. Cuando paso la primera hora, ya pudo comer su propio desayuno, sentado teniendo al otro lado de la barra a Hobie, quien parecía otro hombre después de un bagel y un café-café.

" He hablado con tu amigo... esta bien fastidiado. Y eso que se ha explicado como el culo " dijo de pronto él, antes de seguir comiendo de su segundo cheese-naan. " pero creo que he pillado el mensaje: hay que buscar una niña "

" ¿Conoces a esa gente? " fue lo único que supo preguntar

" Más o menos... son los que llevan el HK " Peter no pudo disimular su desconcierto " gente muy peligrosa. Tuviste suerte con tu pequeña, ahora que lo pienso. Nosotros no dejamos de tener problemas con esa gente "

" ¿Cómo? "

Su conversación se vio interrumpida por una fuerte explosión. El suelo temblaba y se notaba un fuerte olor a gas. Toda la clientela salió disparada, gritando completamente aturdida. Hobie saltó de la barra y entró en la cocina. Ambos entraron para ver como estaba mal herida Maya y Pavitr la cargaba. Entre los tres la pudieron sacar. Ya fuera, se fijo que no fueron ellos, si no un coche alejado del parking. Llamaron a los bomberos y a los médicos, para poder evitar desgracias futuras. Intentó mantenerse tranquilo y ayudar, sin entender nada de lo que estaba pasando.

" Por cosas como estas no quiero que estéis aquí " escuchó quejarse a Pavitr " Hobie, sois una desgracia "

" Pero seguiremos, Naan... "

El mote, las miradas y la preocupación hicieron ver a Peter que habían más historias y entrelaces que no terminaba de comprender. Pensaba que iban rápido, que en menos de una semana habían recorrido lo que de normal le costaría un mes, pero la realidad era que habían melones sin abrir, elefantes de los que nadie hablaba y gente perdida en un mundo que para nada conocía.

TaxiWhere stories live. Discover now