Capítulo 13: Exploración

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"EXPLORACIÓN"

Una pesada y aburrida semana para el escuadrón estaba finalizando con una cálida escena bajo el atardecer. Los miembros se encontraban montados en una carreta, completamente exhaustos luego de haber trabajado todo el día bajo el sol en la construcción de las nuevas vías de tren.

En un extremo, Armin dirigía la máquina rudimentaria que tiraba de la carreta, y en el otro, Scarlett evitaba mirarlo. El silencio se había vuelto incómodo, no sólo entre esos dos, sino entre todo el grupo, luego de que la comandante Hange les dejara saber que los Azumabito no estaban dispuestos a ayudarlos. A Scarlett no le sorprendió, Kiyomi tenía en sus ojos la misma ambición que la jefa del Departamento espacio-temporal, y supo, en cuanto la vio relamerse los labios, que sólo le importaba lo explotable que era Paradis gracias a sus años de aislamiento del resto de países del mundo.

A diferencia de otras ocasiones, el brillante atardecer no había capturado la atención de Scarlett esa tarde. Sus ojos estaban más bien clavados en el rastro que dejaba la carreta al pasar por las vías recién construidas, entrecerrando los ojos para que no le entrara polvo en ellos.

Cada vez se sentía más insegura, más perdida en ese lugar. Y aunque aquella noche bajo la luz de luna creyó haber hallado la señal que estaba buscando, cuando Armin se fue, volvió a perderse en el vacío oscuro de su mente.

¿Acaso no había sentido nada real hasta el momento en el que pisó el planeta tierra? ¿Acaso su vida en la nave ya no significaba nada para ella?

¿Qué pensaría su madre si la viera cuestionar sus ideales con tanta facilidad?

Se maldecía a sí misma cada que recordaba las veces que pensó que sería fácil entrar y salir de Paradis sin ningún remordimiento. Quizás por lo solitaria que era su vida en la nave, había llegado a creer que era natural en ella no encariñarse con la gente.

Pero en ese lugar, por primera vez... se sentía visible. Se sentía parte de algo.

Alzó la mirada en busca del rubio con el que había compartido la mayoría de sus conversaciones, no sólo las casuales sino también las personales. Sin saber por qué, su mente se abría con la serenidad de una balada de piano cada vez que se hallaba bajo los sinceros ojos azules de Armin.

Entonces observó a sus compañeros: a su izquierda, Jean, quien, aunque bromeaba con ella, aún parecía establecer una distancia más bien emocional; a su derecha, el propio Eren, que con cada día que Scarlett había pasado en ese lugar, se había vuelto más silencioso; frente a él, Mikasa, con su silencio de siempre y su característica mirada pensativa y misteriosa.

Era mucho más simple pensar en el silencio del camino, aún con el sonido de las ruedas crujiendo. No obstante, Eren decidió interrumpir la paz de Scarlett con una declaración:

—Si tan sólo tuviéramos más tiempo — murmuró como si no quisiera que nadie lo escuchara, pero la mirada de Scarlett se dirigió hacia el castaño de manera inmediata gracias a su buen oído —. Sólo me quedan cinco años — esta vez habló con más claridad, robando la atención del resto —. Tenemos que decidir quién heredará mi titán.

No lo había considerado, pero era bien sabido que los portadores de un titán sólo contaban con 13 años tras obtener el poder. Sin embargo, ninguno de los expedientes de los amigos de Eren señalaba que fuera el heredero del titán de ataque. Entonces, ¿quién lo heredaría?

𝐆𝐔𝐀𝐑𝐃𝐈𝐀𝐍𝐀 𝐃𝐄𝐋 𝐓𝐈𝐄𝐌𝐏𝐎 ; 𝐀𝐫𝐦𝐢𝐧 𝐀𝐫𝐥𝐞𝐫𝐭Where stories live. Discover now