𝐆𝐔𝐀𝐑𝐃𝐈𝐀𝐍𝐀 𝐃𝐄𝐋 𝐓𝐈𝐄𝐌𝐏𝐎 ; 𝐀𝐫𝐦𝐢𝐧 𝐀𝐫𝐥𝐞𝐫𝐭

Capítulo 6: El diario de Scarlett

"EL DIARIO DE SCARLETT"

Se acercaba cada vez más el día de la "graduación", que no era más que una formalidad para decir que los reclutas que había entrenado Shadis serían (o no) elegidos como soldados de la legión de reconocimiento.

A Scarlett no le preocupaba ser rechazada porque estaba segura de su desempeño sobresaliente en la prueba del bosque. Sin embargo, había otras cosas que la aquejaban.

"No suelo filosofar. Al menos no en textos de esta índole. No sé qué tan relevantes sean mis sentimientos en este que se supone sería un libro de bitácoras. Un libro informativo para uso militar. ¿Y ahora escribiré sobre las lágrimas que derramé la noche que volví del bosque de árboles gigantes?

Supuse que sería duro. Que extrañaría a Rost y que me sentiría como una intrusa en este sitio, pero... ¿por qué nunca pensé que me replantearía todo a lo que me he dedicado mi vida entera?

¿Por qué nunca me atreví a preguntarme a mí misma qué era lo que yo quería en vez de solo seguir los pasos de mamá?

¿Qué diría ella...?"

—¿Qué dirías, mamá? — sollozó Scarlett, sentada en la pequeña mesa de su pequeño dormitorio del cuartel — ¿puedes verme desde algún lugar?

Ya había anochecido. El clima era frío y el canto de algunos grillos hacían de banda sonora mientras Scarlett miraba su libro sin saber qué más escribir. Otra vez estaba en blanco como cuando cabalgaba a la espalda de Armin; otra vez todo parecía carecer de sentido. Evitó dejar que su mente vagara preguntándose cuál era el punto de estar ahí, y en lugar de eso, decidió salir de la habitación cargando el libro en la mano.

Se cruzó con algunos reclutas que la ignoraron gracias a lo ocurrido el día de la prueba. No sabía qué tan bueno o malo sería eso. Caminó sin rumbo, cómo si fuera en busca de algo que aún no sabía que necesitaba encontrar.

Y sin querer, llegó hasta dos amplias puertas que lucían desgastadas y parecían pesadas. No le habían negado pasearse por el cuartel, así que empujó la puerta intentando no hacer ruido y se encontró con unas aterradoras escaleras que bajaban hacia lo que parecía un abismo sin fin. Frunció el ceño con extrañeza y echó un vistazo a sus espaldas antes de adentrarse en el lugar. ¿Qué podría esconder la legión en un sótano tan grande?

Mientras bajaba, iluminada solamente por algunas antorchas, lo único que escuchaba eran sus suaves pisadas, hasta que comenzó a ver el final de la escalera.

—Por favor, Annie...

No podía confundir esa voz ni aunque estuviera rodeada de una multitud ruidosa en una estampida.
¿Estaba... rezando? Tal vez "Annie" sería una diosa en la que creen los habitantes de Paradis.

—Dinos algo — la voz de Armin era susurrante y temerosa.

Scarlett no se detuvo hasta que llegó a donde estaba el rubio, y lo que encontró la confundió aún más.

Armin estaba sentado frente a una especie de cristal gigante colocado sobre un posadero de madera... y le hablaba. Pero eso no era lo peor de todo.

¿Había alguien dentro del cristal?

¿Cómo era posible que no supiera sobre esto? Debería estar en los expedientes... deberían haberle advertido. ¿Por qué se lo ocultarían?