Capítulo 11

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Fluke acababa de llegar a Londres cuando Miles lo llamó para decirle que estaba en el apartamento de Rochelle.

— Por el amor de Dios, ¿qué es lo que has estado haciendo? — preguntó él.

— Hablaremos cuando llegues. No le digas nadie dónde estoy — le pidió Miles.

Cuando Miles le abrió la puerta del apartamento, le echó una mirada furtiva al descansillo de la escalera y le dijo a Fluke que entrara rápidamente.

— Gracias por venir. Puede que esta sea la última oportunidad que tengamos para hablar en mucho tiempo y quería que conocieras toda la historia por mí, no por otros.

— No puedo creer que hayas estado tomando drogas. Necesitas ayuda profesional — empezó a decir preocupado. — ¿De qué te ha acusado la policía?

— De posesión y contrabando de cocaína....

— ¿Posesión y contrabando...? — totalmente sorprendido, Fluke se dejó caer en el sofá del salón ultramoderno. — ¿Contrabando?

— Tengo un hábito muy malo y muy caro — protestó Miles. — Necesitaba el dinero — la confianza de Fluke en su hermanastro había sufrido un duro golpe. Miles era adicto a las drogas y eso era una cosa, pero que hubiera caído tan bajo como para pasarlas de contrabando, eso era otra muy distinta.
— Hace mucho tiempo me endeudé y pedí prestado a la gente equivocada. Me amenazaron con romperme las piernas si no les devolvía el dinero, así que tuve que sacar el dinero de alguna parte. No hay ninguna forma de hacer que esto sea agradable, Fluke, así que lo diré directamente... ¡Yo fui quien robó el dinero de Natouchs hace cinco años!

Fluke se quedó boquiabierto.

— No... No me digas eso...

— Convencí a Steven para que falsificara los libros de cuentas por mí... Nuestro Steven tiene mucho talento con los números. Por supuesto, al principio él no quería tenderle una trampa a Ohm para salvarme el pellejo — su hermanastro hizo una mueca. — Así que le dije que les contaría a sus padres, que son totalmente rígidos, que estaba saliendo con un camarero. Y después de eso me ayudó encantado.

— ¿Chantajeaste a Steven? — Fluke no podía creer lo que estaba oyendo. — ¿Y estas borracho o lo dices en serio?  ¿Me estás contando todas esas barbaridades que hiciste como si fueran únicamente pequeños errores comprensibles?

— Quería que lo supieras por mí para que lo entendieras. Te tengo mucho cariño, y quiero que sepas que no intentaba herir a nadie —afirmó Miles con vehemencia inquietante. — Me endeudé aún más y todo se me fue de las manos...

— ¡La gente se endeuda, pero no roba ni chantajea para salvar el pellejo! — Fluke sintió náuseas mientras lo miraba, pero no podía dejar de mirar esos rasgos tan familiares.

Tenía el mismo aspecto de siempre, con el rostro delgado y atractivo, los ojos suplicantes y el cabello rubio cayéndole sobre la frente. Pero había una diferencia esencial, pensó Fluke. No era el hombre que él había pensado que era, y nunca lo había sido.

— El error que cometí hace poco fue decirle a Steven que aún tenía que atar unos cabos sueltos...

— ¿Intentaste involucrarlo otra vez? — Fluke tragó saliva y apartó la mirada con repugnancia.

— ¡No tenía elección! Ohm tiene detectives privados husmeando por todas partes y tenía que asegurarme de que no había ninguna pista que condujera a Steven o a mí...

— ¿O más bien esperabas que si hubiera alguna pista apuntara solo a Steven? — Fluke recordó que unas cuantas semanas atrás Miles le había sugerido que Steven podría haber sido el ladrón.

Un ángel con deseo de venganza   (4° Historia enlazada Con Algo más que deseo)Where stories live. Discover now