Capítulo 6

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— ¿Qué estás haciendo aquí? — preguntó Fluke realmente sorprendido.

— Eso no te importa. He venido con Constanza y me ha dicho que ahora trabajas aquí en las tareas domésticas — Rochelle sonrió con satisfacción. — Ohm está siendo muy duro contigo y no te imaginas cómo me gusta eso. Pero yo no tendría muchas esperanzas en que se hiciera realidad el cuento de cenicienta en Ballybawn...

Mortificado y ruborizado Fluke deseó, y no por primera vez, poder tener la misma lengua aniquiladora que su hermanastra. Y por mucho que a Fluke le hubiera gustado ver que Rochelle se había marchitado desde la última vez que la vio cinco años atrás, su hermanastra parecía desafiar la creencia de que demasiada bebida, demasiado trasnochar y demasiados hombres eran un castigo para el aspecto de una mujer. Rochelle lucía una piel cremosa, una cabellera rubia natural y una figura fantástica, realzada por una falda cortísima de cuero y un top blanco ajustado.

— No estoy buscando ningún príncipe mítico — murmuró Fluke cayéndosele el alma a los pies al darse cuenta de que estaba de nuevo comparando los atractivos de su hermanastra con los suyos propios.

Los rizos alborotados con forma de sacacorchos y unas facciones corrientes no podían competir con un glorioso cabello rubio natural y una belleza clásica. Y su cuerpo pequeño y delgado tampoco tenía nada que hacer frente a las curvas sensuales de Rochelle y sus piernas largas y bien moldeadas.

— Definitivamente, llevas cinco años de retraso — dijo su hermanastra con sorna. — Pero la verdad es que hoy siento pena por ti.

Fluke levantó una ceja.

— ¿Cómo puede ser eso?

— Bueno, has vuelto a perder el tren con Ohm... ¿Por qué si no me haría volar en su jet privado? Eres un perdedor, Fluke. Has tenido el campo libre con él durante más de una semana y estoy seguro de que lo único que has hecho ha sido quejarte.

— No voy a seguir escuchándote — dijo Fluke dándose la vuelta.

— También es muy triste que estés a punto de perder cualquier esperanza de recuperar el castillo familiar...

Fluke dudó y volvió a mirar a Rochelle.

— ¿De qué estás hablando?

— Según Constanza, Ohm acaba de recibir una oferta de compra de Ballybawn, de manera que podría sacar muchos beneficios — contestó Rochelle con superioridad. — ¿Crees que Ohm dejaría pasar una oportunidad como esa?

La noticia de que Ohm estaba considerando la posibilidad de vender el castillo a unos extraños.

— Yo creo que la va a rechazar. Si quiere vender, ¿por qué está haciendo todas estas reformas?

Rochelle abrió sus burlones ojos verdes fingiendo asombro.

— Querido, querido... Ni siquiera ahora te das cuenta, ¿verdad? Ohm no está fuera llevándose todo lo que tiene valor para ti. Hace varias semanas ví su deseo de venganza... ¿Dónde has estado? ¿En otro planeta?

Fluke se puso pálido. Para ser sincero consigo mismo, había tenido ese mismo temor en cuanto vio a Rochelle: seguramente Ohm la había invitado a Ballybawn con el único propósito de herirlo y humillarlo. ¿Es que estaba dispuesto a tener una aventura con ella bajo sus mismas narices?

Después de todo, Fluke había rechazado la proposición de Ohm y lo había estado evitando desde entonces. De hecho, le había dejado claro que no quería tener nada más con él al pedirle que lo tratara como a un simple empleado. En ese momento, Fluke descubrió algo bochornoso: ¡Había dicho eso pero no quería haberlo dicho!

Un ángel con deseo de venganza   (4° Historia enlazada Con Algo más que deseo)Where stories live. Discover now