Ensayo y error nº1: ¿Niño o niña?

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Año 1996, P-5, clase de los delfines.

Biel, era el niño más rubio, simpático, listo, guapo y mejor deportista de la clase; todo un príncipe. Las niñas estábamos obsesionadas con tal perfección, y nos pusimos de acuerdo para ser sus novias semanales; no se nos ocurrió preguntarle si quería, pero era un niño muy guapo, y los niños guapos tenían novias.

Mientras nosotras nos repartíamos a Biel —o entre Biel—, los demás niños trabajaban individualmente para ser los mejores pretendientes de Ada, de cabello negro, tez blanca, ojos oscuros, amable, con talento para la música; la princesa ideal.

Todo cuanto sabíamos sobre el funcionamiento de la vida era que el príncipe y la princesa debían acabar juntos, pero si Biel y Ada se hacían novios, nadie tendría una oportunidad; Ada jamás debía ser incluida en la lista semanal "Novias de Biel".

Por fin llegó la semana, me tocaba a mí. Biel y yo habíamos acordado que, a la hora del patio, iríamos a escondernos bajo los grifos del baño para darnos besitos. Me fui a dormir con la emoción a flor de piel, como la noche de un cinco de enero. Tras sentir el contacto suave de las sábanas en el rostro, lo siguiente fue verme al pie de unas colinas verdes, descalza, vestida con una camisa blanca y pantalones de lino, mirando los árboles al fondo y el cielo anaranjado sobre ellos. Al fijar la vista en la colina más cercana, vi que alguien corría hacia mí con un vestido blanco, los brazos extendidos como alas, sonriendo como si fuera su persona favorita en el mundo. Era Ada. Se detuvo ante mí, brillante, y al darnos la mano sentí cosquillas, entonces sonreímos y corrimos sin dirección en un plano de cámara que se alejaba de la escena.

Abrí los ojos como un búho en la oscuridad, clavada la mirada en el techo, antes de darme cuenta de que: Oh, no... ¡Quiero ser novio de Ada!

¿Novio o novia? Ada me gustaba tanto como a los demás niños, pero eso no podía ser, porque yo, por mucho que pretendiera no serlo, era niña.

Por supervivencia, seguí el calendario establecido con Biel, escondiendo ante toda la clase que todo mi interés era para Ada. ¿Acaso una chica podía darse besitos con otra chica bajo los grifos del baño? Nunca había visto ni oído que las chicas fueran novias entre ellas, de modo que solo había una explicación posible:


Resultado ensayo y error nº1:

1. A los niños les gustan las niñas.

2. Me gusta una niña.

3. Soy un niño. 

Una lesbiana desubicada: Treinta años de ensayo y errorWhere stories live. Discover now