La Chica de ToMan (Mikey x Tu)

Capítulo 12

Lo que pasó en realidad aquella noche

T/N

Cuando era pequeña, no tenía una infancia como la de los demás niños; alegre, divertida, con el amor de sus padres.

No.

La mía era muy distinta.

Oka-San siempre está para mí. Nunca se llegó a separar de sus hijos. Ella ha sido una mujer fuerte, inteligente y valiente.

Pero, antes no lo era.

Y todo eso fue...

Por él.

Mi padre.

Akuma Sosuke.

¿Akuma? ¿Pero tu apellido no es Yami? Sí, mi apellido es Yami, es por parte materna, pero en realidad soy Akuma T/N, y prefiero mil veces que me digan por el apellido de mi Oka-San que el de mi padre.

Prosigo. Mi padre, como les había mencionado, era un Comandante de una pandilla enemiga donde estuvo Oka-San y My father cuando eran jóvenes. Luego de que The Blazing Flames perdiera Oka-San se fue con la pandilla de Akuma Sosuke, mi padre biológico.

Pero, nunca creí que mi infancia iba a ser una pesadilla viviente, un infierno, un castigo.

Akuma Sosuke la golpeaba y maltrataba desde que tengo memoria, una vez casi la asesinaba cuando tenía 4 años de edad, pero no logró hacerlo porque los vecinos llegaron por oír gritos y objetos rompiéndose.

Pero, Oka-San por miedo no lo denunció.

Lo que si nos hizo fue sacarnos de la casa. Pasamos 3 meses con mi tía materna en un hogar muy alejado y escondido de donde vivíamos. Pero un día, Akuma Sosuke pidió disculpa y Oka-San... Lo perdonó.

Sí, así mismo, lo perdonó.

Pasó el año y Akuma Sosuke y Yami Azumi fueron un matrimonio bastante normal a decir verdad. Tan normal que creía que en serio él había cambiado.

Aunque...

No fue así.

Al segundo año volvió a golpear a Oka-San, le fue infiel millones de veces, la humillaba y manipulaba a su antojo, y así siguió cuando cumplí 8 años, cuando me mudé a ese lugar y cuando él llegó a mi vida.

Sano Manjiro.

Cuando lo conocí la primera vez me causaba mucha curiosidad su mirada, era tan profunda como un agujero sin fondo, como el universo antes que estallara el Big Bang y creara las constelaciones, los planetas y las estrellas.

Y por la forma en que me hablaba, me causaba mucha calma, era un sentimiento que no reconocí a lo largo de mis años de vida, un sentimiento no identificado.

Después pasó lo que pasó en mi cumpleaños, Sano Manjiro me pidió ser su novia. Ese sentimiento no identificado ya por fin tenía un nombre, y ese era «Amor» pero otro tipo de amor; uno donde sientes que, tú ser se derrite y tu sonrisa se extiende cuando esa persona te habla o te dedica una mirada.