Capítulo 11

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¡¿Estás...?!

T/N

¡¿AH?! —grité por lo que me habían dicho—. ¡¿Por qué?! —me pasé las manos por el cabello.

—¡No te alteres! —me decía mi acompañante.

—¡¿Qué no me altere?! —me giré bruscamente—. ¡Está arruinando mis planes! —golpeé la pared—. ¡Temee! —la golpeé de nuevo.

—¡T/N, yamero! —fue hacia a mí y me jaló de la franelilla de tirantes.

—¡Ese hijo de perra va arruinar lo que he estado armando!

—¡Ya lo sé, pero pronto lo vamos a resolver!

—¡¿Cuándo?! ¡¿Cuándo lo maten?! —bufé—. No hay otra forma, hay que quitarlo del camino... Hay que matarlo —dije sin pensarlo.

—¡No! ¡Dijimos que no íbamos a matar a nadie!

—¿Desde cuándo te preocupa que diga eso? —le lanzó una mirada de extrañes—. Recuerdo que te encantaba que dijera eso.

—Lo sé, pero... Por favor, no lo mates.

Fruncí el ceño e hice una mueca de desagrado.

—¡¿No me digas que te gusta?!

—¡¿Ah?! —su cara se deformó por lo que dije—. ¡¿De qué mierda hablas?! —gruñe—. ¡¿Qué me guste?! ¡Prefiero lamer el piso de una gasolinera que gustarme ese imbécil!

—Relax~

—Y ya lo dijiste —hizo facelpam—. Todo se fue a la mierda.

—¡No digas eso! —rechisté—. ¡Todo se resolverá! —avanzo hacia el armario y busco mi ropa.

—Ajá.

Me quité la frenelilla y los shorts de pijama. Mi acompañante camina por la habitación y luego escucho como se tira en la cama y dice:

—¿Ya hablaste con Mikey?

Me pongo el brassier blanco y una camiseta manga larga blanca. Veo por el rabillo del ojo que, está mirando el techo y moviendo sus dedos sobre su abdomen.

—No —dije.

—Ya llevas con eso desde...

—No sé cómo decírselo.

—Si sabes, solo tienes miedo de cómo vaya a reaccionar.

—Y ya sabes cómo se pondrá.

—Y más si no se lo has dicho —suelta un suspiro—. Dime, ¿no te cuesta dormir sabiendo que tú, la novia del "Invencible Mikey" es...

***

—Te amo, te amo, te amo —me decía Mikey una y otra vez, dándome muchos besos en los labios—. Te amo tanto —acuna mis mejillas en sus manos, están frías—. Tanto, tanto —me abraza y aspira mi aroma.

—Mikey, tengo que irme —reí—. Mi vuelo se irá.

—Es que ya te extraño —reparte pequeños besos en mi cuello, causándome que me estremezca.

—Mikey, detente.

—No te vayas —susurra—. Quédate conmigo esta noche —pasa la punta de la lengua en línea recta por el cuello hasta llegar a mi barbilla y darle un pequeño mordisco—. Te prometo que te haré sentir bien.

La Chica de ToMan (Mikey x Tu)Where stories live. Discover now