Donde el poseedor de unos grandes ojitos de Bambi llegó a la vida de Yeonjun y Beomgyu para ganarse su corazón y así crear un bonito color: el amarillo.
❝El color favorito de todo lo contradictorio, o del optimismo al igual que de los celos. Es el...
El baño era espacioso y olía a pino con canela, la tina tenía una tela especial para que Tae no pudiera resvalarse, además de algunos juguetes chillones para acompañarlo como una familia de patos. El agua estaba tibia, había espuma y burbujas, las favoritas del menor.
La primera vez que Tae tomó un baño, fue un verdadero reto para ambos debido a que el niño desconocía distintas sensaciones y algunas le dolían por heridas frescas. Primero había sido un baño a profundidad; quitando toda mugre detrás de sus orejas, en sus dedos, ombligo y parte intimida, la más difícil por las reacciones de Tae.
El corazón de la pareja se había roto al presenciar el miedo y la angustia en los ojos alguien tan pequeño, y sus gritos fueron tal vez lo que más querían olvidar.
El mundo estaba verdaderamente perdido y más con una humanidad tan lamentable.
ㅡMira JunJun, patito feliz.
ㅡOh ¿por qué está feliz el patito?
ㅡYa no ta solito.ㅡ Entre sus manos sostuvo al pequeño pato de hule y luego tomó otros dos más grandes y comenzó a jugar con ellos, sin prestarle atención a la cálida sonrisa que se formó en los labios de Yeonjun.
ㅡNo, ya no está sólito, Tae.
Siguió lavando su cabello con uno que otro pegándose a la esponja, cortó sus uñas y limpió bien sus orejas cuando le colocó la bata de dinosaurio, al salir lo llevó a la habitación púrpura para colocarle una playera de manga larga junto a unos pantalones flojos, un poco de perfume para bebé así como algunas cremas.
En el comedor el peligris ya tenía la mesa servida, en la cabecera de la mesa estaba la silla con cojines para Tae y su biberón personalizado con leche tibia.
ㅡ¡Te ves muy bonito Tae!ㅡ Halagó Beomgyu al verlo entrar en los brazos de Yeonjun, provocando que el menor arrugara su nariz con una sonrisa. Un nuevo gesto que lo hacía ver aún más adorable.
A Tae le gustaba mucho que le dijeran bonito después de que las personas le dijera cosas feas cuando vagaba en la calle, aunque él pensaba que los feos eran ellos por ser malos y sus gestos de ancianos malhumorados.
El rubio dejó al menor en su silla y le puso un babero que el azabache seguía encontrando raro, pero aún así comió con gusto lo que se le daba en el plato.
ㅡDeberíamos medir su altura y su peso, para tener conciencia de los avances que llegue a tener estos días.
Beomgyu asintió de acuerdo ㅡEstaba pensando usar la cosa que compré hace unos añosㅡ Dijo llevando un gran bocado de arroz a su boca.
ㅡ¿Estás seguro? La pesa...
ㅡBah, eso ya es tiempo pasado cielo, no hay nada que pueda afectar mi salud además del azúcar así que no te preocupes, esto es para bien, ¿te diste cuenta de que su cabello está creciendo y está más brillante? Los shampoo para bebé funcionan de maravilla en él.
ㅡDudo que los cuidados no sean efectivos, creo que lo estamos haciendo bien para cuando llegue el día.
Beomgyu entre cerró los ojos ante las palabras del rubio que le repartía algunos vegetales al azabache desde su plato, así como trocitos de carne, no entendía a qué se refería con el "día".
No le tomó más importancia y siguió comiendo, desviando su mirada a la alacena donde no había más que una caja de cereal y unas cuantas latas de mantequilla de maní.
ㅡ¿Podemos ir al supermercado más tarde?
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El carrito comenzaba a llenarse con toda clase de productos que habían anotado antes de salir, así como algunos caprichos en dulces que Beomgyu pedía para él haciéndole caritas a Yeonjun para que lo dejara comprarlo, el rubio simplemente no podía decir que no.
ㅡDebería llevarme éstas salsas, están en oferta.
ㅡPor que pronto van a expirar será mejor llevar algo más reciente y fresco.
Beomgyu viró los ojos ㅡComo diga señor experto.
En la silla para niños que los carritos tenían, iba sentado Tae junto a una mochila pequeña en forma de tortuga, balanceaba sus pies y miraba con atención todo a su alrededor, sus pequeños ojos brillando con cada producto desconocido ¿qué eran? ¿a qué sabían? ¿podía comerlos? ¿por qué van en el carrito? y miles de preguntas que soltaba con dificultad para que Yeonjun le respondiera con paciencia cada una.
ㅡJunJun, bajo bajoㅡ Dijo, alzando sus brazos.
ㅡ¿Te quieres bajar?ㅡ Tae asintió, agitando su cabello que era adornado por una bandana roja al igual que Yeonjun. Tomándolo por las axilas lo bajó, manteniéndolo adelante de él y detrás de Beomgyu.
ㅡYeonjun ¿te parece si vamos al pasillo para bebés? Necesito algunas cosas para Tae, los pañales también se están terminando entonces...
ㅡ¿Beomgyu?
La voz grave de una mujer detuvo toda acción del peligris, obligándose a dar la vuelta para encarar a la castaña de vestido floral que era acompañada por un hombre más bajo.
Sí antes la expresión de la misma se veía sonriente, cambió por completo cuando notó la presencia del rubio con el niño de la mano. ㅡChoi Yeonjunㅡ Dijo con desprecio.
ㅡSeñores Park.
Ignorando las palabras del pálido el hombre se acercó a su hijo; parecía una réplica pero más amarga, dejando atrás a su esposa que seguía lanzando dagas con la mirada. ㅡ¿Cómo estás Beomgyu? Llevamos tiempo sin verte, que alegría verte de nuevo.
ㅡComo ven, vivo felizmente junto a mi esposo, en un hogar cómodo. Si me disculpan tenemos algo de prisa.
Estaba por pasar de largo junto a Yeonjun y Tae, pero la castaña lo detuvo sosteniendo su muñeca, usando sus uñas para apretarla, hablándole al oído con su voz gruesa llena de reproche . ㅡ¿Cuándo vas a entender que ésta vida no te conviene ni en lo más mínimo? Estás perdiendo miles de oportunidades allá afuera por estar atado a un suicida, y ahora con un niño. Que lamentable.
ㅡAdiós, mamáㅡ A su lado llegó Yeonjun con Tae en el carrito, abrazando su mochila de tortuga, virando los ojos como Beomgyu cuando la mujer se le quedó viendo.
Una acción que Yeonjun no debió felicitar pero lo hizo de todos modos.
Pasando de ellos se dirigieron al pasillo de carnes, donde una mujer le regaló una muestra a Tae y a Yeonjun que compró unas cuantas libras de carne. Beomgyu se había mantenido callado en todo momento, parecía perdido, distraído.
ㅡCreo que eso es todo ¿deberíamos irnos ya, cariño?ㅡ Preguntó Yeonjun.
ㅡSi claro, vámonos.
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