𝗘𝗦𝗧𝗜𝗚𝗠𝗔, baji keisuke

𝘅𝘃. novio

¡Aviso! Este capítulo contiene escenas sexuales.

          Cuando Cirrus despertó a la mañana siguiente, se encontró con que Emma estaba babeando encima de su pecho, mientras que le abrazaba como si fuera un oso de peluche y murmuraba de vez en cuando cosas sin sentido. El peliblanco bostezó, pestañeando para aclarar su vista, mientras acariciaba el pelo de la rubia tratando de despertarla.

—Ah... Buenos días. —murmuró la fémina abriendo los ojos, pero sin apartarse ni un milímetro de su amigo— ¿Cómo demonios eres tan cómodo para dormir? —se apoyó mejor en él, restregando su mejilla contra el pecho del contrario; provocándole la risa— Quedémonos cinco minutos más...

—Eres cómo mi hermana mayor. —rio Cirrus con la voz ligeramente más ronca de lo normal, puesto que se acababa de despertar— Misu siempre se duerme encima de mí cuando vemos alguna película juntos.

—Tu hermana es una mujer sabia. —Emma emitió un ligero sonidito de felicidad— Tenemos que hacer pijamadas más a menudo, me lo he pasado tan bien contigo...

Cirrus y Emma, en perfecta sincronización, miraron hacia la puerta que se acababa de abrir de manera repentina. El peliblanco tragó saliva, viendo como Keisuke era quién había abierto y que estaba apoyado en el marco de la puerta, mirándoles a ambos de manera intermitente.

—Mikey me ha pedido que os despierte. —habló— El abuelo Sano nos ha hecho el desayuno antes de marcharse.

Y sin decir una palabra más, cerró la puerta. Cirrus frunció el ceño, pensando que Keisuke se veía algo molesto. ¿Acaso estaba celoso? ¿Se acababa de poner celoso de Emma simplemente porque les había pillado abrazados en el colchón?

—¿Huh? ¿Qué te ha pasado en el cuello? —preguntó la rubia confusa, levantando su cabeza para inspeccionar mejor la piel de su amigo; el cual rápidamente trató de tapar aquella marca con el cuello de la camisa.

Los colores tardaron poco en subir hasta su rostro; aunque aquella vez supo controlarse y no fue tan notorio como de costumbre. Aún así, en su mente, maldijo a Keisuke por haberle hecho aquella marca la noche anterior cuando ambos estuvieron en el jardín a solas.

—Un mosquito. —se limitó a responder el chico, levantándose de la cama.

—Qué curioso. —Emma rio de manera maquiavélica, levantándose también— Porque ese mosquito parecía tener colmillos.

—Era un mosquito agresivo.

—Sí, y seguramente se apellidaba Baji también.

Cirrus y Emma salieron de la habitación juntos, hablando sobre cualquier cosa mientras caminaban al comedor de la casa de los Sano; dónde ya se escuchaban las voces de Mikey y Keisuke. Sin embargo, al llegar, ambos jóvenes se dieron cuenta de que había alguien más.