𝘅𝗶𝘃. pijamada

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          Cirrus se prendió un cigarrillo en los labios, inhalando el humo que más tarde salió por su boca en forma de humo gris

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          Cirrus se prendió un cigarrillo en los labios, inhalando el humo que más tarde salió por su boca en forma de humo gris. Sus ojos rojizos divagaron por el paisaje, mientras fumaba en silencio y los recuerdos invadían su atontada mente una vez más.

Cuando dio una nueva calada al cigarrillo, sus dedos rozaron levemente sus labios; y entonces, recordó aquellos besos con Keisuke, lo cual logro hacerle sonrojar y sentirse nublado. Su ritmo cardiaco se aceleró, como si aún pudiera sentir el sabor de los besos de Baji, el cual resultaba ser sorprendentemente placentero.

Se sentía un idiota embobado por un chico guapo que parecía un vampiro al sonreír y que le gustaba ponerle rojo llamándole "bonito".

Sentía que debía de poner un límite a aquella situación. No quería que fuera a más; y todo indicaba que los sentimientos entre ambos solamente seguían creciendo. Quería abrazar y besar a Keisuke; por supuesto. Pero, no quería que los demás se enteraran.

No quería que todo se volviera a repetir. Y, principalmente, no quería que Keisuke supiera cómo era la sensación de ser apartado de los demás simplemente por amar a otro hombre.

—¿En qué piensas?

—¡Joder, Baji! —se exaltó el peliblanco ante la repentina aparición del nombrado; el cual soltó una pequeña risita por la reacción del primero— ¿Cuánto tiempo llevas ahí?

—No lo suficiente. —Keisuke se apoyó a su lado en la pared, haciendo que sus brazos se rozaran— Aún sigo queriendo ver lo bonito que eres. Así que, haz como que no estoy.

—Eso es imposible. —resopló Cirrus.

—¿Tan nervioso te pongo? —se mofó el moreno.

—Vete a la mierda.

Keisuke volvió a reír, y en aquel momento, a su acompañante le fue imposible no sonreír al escuchar tan armoniosa melodía.

—Pensé que estarías con Chifuyu. —admitió Cirrus volviendo a dar una pequeña calada al cigarrillo.

—Le han castigado otra vez. —contestó Keisuke— Creo que ayer se desveló leyendo algún manga y se ha quedado dormido en clase. Así que, ahora tiene que recuperar en el tiempo de descanso. —Cirrus soltó una pequeña risita— Pero, bueno... Mira el lado positivo. —ahora, Baji se puso delante de él y colocó ambas de sus manos a los costados de la cabeza del peliblanco. —Podemos besarnos sin que nadie nos vea.

El moreno comenzó a acercarse de manera lenta, y Cirrus tragó saliva. Los labios de ambos chicos se rozaron de manera peligrosa a la par que tentadora, y el peliblanco tuvo que batallar consigo mismo para agarrar a Keisuke del mentón y así frenarle.

—No, aquí no. —negó Cirrus— Cualquiera podría aparecer, Baji.

Al ver la pequeña incomodidad que reflejaba el rostro del peliblanco, Keisuke sonrió mínimamente respetándolo y se apartó, volviéndose a apoyar en la pared junto a él.

𝗘𝗦𝗧𝗜𝗚𝗠𝗔,          baji keisukeUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum