𝘃𝗶. inglés

177 34 116
                                    

          El dedo de Cirrus tembló en el momento en el cual tuvo que presionar el timbre de aquella casa

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

El dedo de Cirrus tembló en el momento en el cual tuvo que presionar el timbre de aquella casa. La yema de su falange rozó el botón, mas no lo presionó. Apretó los dientes, y entonces, ejerció la presión que hizo sonar una melodía dentro de aquel piso.

—¡Mamá, abre tú! —exclamaron desde dentro de manera repentina, lo que hizo que Cirrus diera un pequeño saltito en el sitio por el susto.

—¡Ya voy, puto vago...! —la puerta de madera se abrió ante él— Oh, tú debes de ser Cirrus, ¿verdad? —sonrió la mujer— Pasa, pasa. Soy Hana, la madre de Keisuke.

—Encantado de conocerla. —sonrió el peliblanco de manera amable cuando entró al interior, quitándose los zapatos en la entrada— Tiene una casa muy bonita.

—¡No seas tan formal, qué no soy tan mayor! —rio la mujer, dándole al adolescente un suave golpe juguetón en la espalda— Keisuke está en su cuarto, es el que está al final del pasillo. A ver si tú puedes hacer que aprenda algo de inglés.

—Se intentará. —sonrió una vez más Cirrus de manera brillante, cómo él solía fingir; logrando que la mujer le devolviera una misma sonrisa que, por el contrario, era verdadera.

Todas las mujeres que Cirrus conocía eran cálidas y reconfortantes, como un abrazo tras el llanto. La madre de Misu era una prueba de ello; pues cada vez que veía al hijo de su ex marido, no perdía el tiempo en darle un gran abrazo y en besarle la frente. Sin embargo, los hombres eran todo lo opuesto; y Cirrus muchas veces se llamaba estúpido por sentirse atraído hacia ellos.

Los nudillos de Cirrus entraron en contacto con la puerta del cuarto de Keisuke, y la abrió cuando escuchó cómo el dueño le daba permiso para entrar. El moreno se encontraba sentado en su cama, cruzado de piernas al estilo indio mientras tenía el libro de texto de inglés en sus manos.

Por un momento, Cirrus se quedó congelado. El pelo de Keisuke, el cuál siempre llevaba suelto, estaba atado en una coleta; dejando un par de mechones de su flequillo sueltos, dándole un toque despreocupado. Además, unas gafas de pasta negra decoraban su rostro y, como de costumbre, se mordisqueaba el labio inferior con su colmillo.

Hasta el momento no le había visto de aquella manera. Es decir... Keisuke en la escuela parecía tener siempre cara de culo a pesar de que atendía rigurosamente a todas las lecciones. Pero, ahora tenía un toque despreocupado; relajado. Como si hubiera dejado entrar a Cirrus a su pequeña burbuja personal dónde él podía estar tranquilo.

—Cierra la puerta. —pidió Baji con su típica voz grave— Mi madre tiene puesta la radio, y no nos dejará hacer el trabajo tranquilos.

Cirrus se limitó a asentir, pasando completamente dentro del cuarto y cerrando la puerta tras de sí; sintiendo de manera inconsciente como un escalofrío recorría su espalda. Sus rojizos ojos escudriñaron a su alrededor; viendo una percha colgada de la puerta del armario dónde estaba puesto el uniforme de la pandilla a la cuál pertenecía. Habían unos cuantos mangas en unas estanterías.

𝗘𝗦𝗧𝗜𝗚𝗠𝗔,          baji keisukeWhere stories live. Discover now