✧ Capítulo XXXI | Final ✧

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Minseok, quien contempló la escena desde el suelo, miró con horror mientras su amado se desplomaba a su lado, sangrando profusamente. Gritó su nombre, sintiendo el terror y la impotencia abrumándolo.—¡Minhyung! ¡No, no, no! —lloró impotente mientras sostenía a su amado, tratando desesperadamente de detener la hemorragia con su ropa, pero era inútil, la sangre seguía fluyendo, tiñiendo de rojo las rosas blancas. La herida en el pecho era visiblemente grave, y la sangre seguía fluyendo incesantemente, incapaz de ser detenida.

El brillo maligno en los ojos de la sombra se intensificó mientras observaba la agonía y el sufrimiento en el rostro de Minseok. Sabía que, aunque el menor se aferraba a su amado y lloraba con desesperación, ya no podía hacer nada para salvarlo. Las palabras finales de aquel ser resonaron en su mente mientras luchaba vanamente por salvar al mayor.—Tu amor ha sellado su destino, y ahora, su sangre fue el precio a pagar para sellar su unión. Eres libre de la extinción y de la oscuridad Minseok.—Aterrado y desesperado por la vida del otro, vio cómo la figura oscura se desvanecía poco a poco en la nada, como si hubiera cumplido su propósito y finalmente se extinguiera triunfal entre las flores rociadas con el líquido carmesí.

El claro del bosque estaba sumido en un silencio mortal mientras Minseok mantenía al otro en sus brazos. La vida del mayor se desvanecía rápidamente, y su piel se volvía pálida mientras la sangre se acumulaba en el suelo. Las lágrimas de Minseok caían sobre el rostro de Minhyung mientras lo sostenía, deseando con todo su ser que el amor que sentía por él pudiera salvarlo.

—Por favor, Minhyung, no me dejes. No me dejes solo. —Con un esfuerzo sobrehumano, Minhyung levantó su mano, y con sus dedos ensangrentados empezó a intentar limpiar las lágrimas del rostro del menor. Instintivamente, Minseok se aferró a su mano, la cual estaba cada vez más fría. Los ojos del mayor, llenos de amor y determinación, lo miraban mientras luchaba por mantenerse consciente. Cada latido de su corazón era más débil que el anterior, y el mundo a su alrededor parecía desvanecerse en la oscuridad.

—Minseok... —susurró con voz tenue, su aliento entrecortado.

Minseok apretó con más fuerza la mano ensangrentada de su novio, desesperado por mantener a su amado con vida.—No, Minhyung, no puedes irte. No sin mí. Te amo, te necesito...—sollozó, inclinándose para besar los labios helados de Minhyung. Sus lágrimas se mezclaron con la sangre que cubría el rostro del mayor, y sus labios se encontraron en un beso desesperado. Aunque a este punto en sus adentros sabía bien que no podía salvarlo, se aferraba al amor que sentía, buscando despedirse de la forma más cercana y apasionada posible.

Minhyung, a pesar de estar al borde de la muerte, experimentó una extraña sensación de paz en medio del caos y el dolor. Las palabras de Minseok, su voz llena de amor y desesperación, llenaron su alma y le dieron consuelo en su último momento. Sabía que estaba muriendo, pero también sabía que había hecho lo correcto al proteger a Minseok a toda costa. A través de la neblina que comenzaba a invadir su mente, logró esbozar una tenue sonrisa, y sus labios fríos respondieron al beso apasionado. En ese final momento de conexión, Minhyung encontró un inmenso alivio y redención. Durante años, había cargado con la culpa de no haber podido salvar a Minsung de aquel fatídico accidente, y esa culpa lo había atormentado día y noche. Pero ahora, estaba salvando a Minseok, protegiéndolo de la sombra y enfrentando la oscuridad en su interior. En su mente borrosa, una voz suave y reconfortante le decía que finalmente estaba cumpliendo su promesa, la promesa que le había hecho a su amigo fallecido. Era una sensación de paz y cumplimiento que no tenía precio.

A medida que Minhyung luchaba por mantenerse consciente, su mente comenzó a vagar por los recuerdos de los momentos felices que habían compartido con Minseok. Cada sonrisa, cada risa, cada caricia y cada beso se convirtieron en un último tributo al amor que habían compartido. Sus últimos pensamientos se centraron en el menor, en su dulzura, en su pasión y en la forma en que se habían apoyado mutuamente. Minseok había traído luz y felicidad a su vida, y aunque su tiempo juntos había sido breve, había sido lo más hermoso que había experimentado. Con su último aliento, Minhyung miró a los ojos llenos de lágrimas de Minseok y le sonrió débilmente. Sabía que estaba a punto de dejar este mundo, pero su corazón se llenó de gratitud por haber tenido la oportunidad de amar y ser amado por el hermoso joven que lo sostenía en sus brazos. Con su voz apenas audible, dijo las palabras finales que deseaba transmitir a su amado.

Shooting star ;; Keria x GumayusiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora