✧ Capítulo I ✧

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La noche se extendía sobre la ciudad como un manto de terciopelo oscuro, salpicado de diamantes centelleantes. No era una noche cualquiera, era una de esas noches raras en las que el universo parecía desnudarse, revelando su inmensidad y su belleza a los ojos de quienes alzaban la mirada al cielo. Las estrellas parpadeaban con una intensidad especial, como si supieran que esta noche era diferente. El viento nocturno susurraba suavemente entre los edificios altos de la ciudad, llevando consigo el eco de voces lejanas y el tintineo de risas distantes. En medio de ese silencio apacible, en un rincón oscuro del parque de la ciudad, un joven solitario caminaba con la mirada fija en el suelo. Minhyung, con los hombros encorvados y las manos metidas en los bolsillos de su chaqueta, parecía absorto en sus pensamientos.

El recuerdo de esa fatídica noche lo perseguía como una sombra. Cada paso que daba lo acercaba un poco más a ese doloroso momento que se había convertido en una cicatriz en su corazón. Minsung, su mejor amigo desde la infancia, había compartido con él sueños, risas y secretos. Pero aquella noche, todo cambió. Minhyung cerró los ojos por un instante, intentando bloquear el recuerdo, pero era inútil. Las palabras de Minsung resonaban en su mente como un eco eterno. Esa noche, mientras observaban juntos el cielo estrellado, Minsung había comenzado a hablar de su obsesión por el universo y las estrellas, al igual que en la mayoría de noches.

—¿Sabes, Minhyung? —dijo Minsung con una mirada soñadora en los ojos, juntos recostados sobre la hierba—. Siempre he creído que las estrellas son como los deseos. Cada una de ellas representa un deseo en el corazón de alguien en algún lugar del mundo. Y cuando esas estrellas fugaces atraviesan el cielo, es como si esos deseos se hicieran realidad.

Minhyung sonrió ante la idea, sintiendo el peso de la oscuridad de la noche alejarse por un momento. Siempre había admirado la pasión de Minsung por el universo, incluso si él mismo no compartía la misma creencia en las estrellas y los deseos. —Tienes una imaginación increíble, Minsung —respondió con cariño—. Pero ¿qué pasa si alguien no tiene deseos?

Minsung rió suavemente, como si estuviera a punto de revelar un secreto.—Entonces, amigo mío, esas personas se convierten en estrellas fugaces —dijo, mirando fijamente una estrella fugaz que surcaba el cielo—. ¿Recuerdas lo que te he dicho? "Solo las personas que han disfrutado enormemente de su estancia en la Tierra, cuando dejan su cuerpo, se convierten en estrellas y viajan a esa otra dimensión, donde ya ninguna preocupación importa; pero las que no han vivido lo suficiente, están destinadas en convertirse en estrellas fugaces que caen nuevamente a la Tierra para cumplir el deseo verdadero de las personas y encontrar su propia felicidad". Es por ello que necesitamos alcanzar nuestros sueños, para así ser felices y convertirnos en estrellas juntos.

Minhyung no pudo evitar sonreír ante la explicación de su amigo. Era típico de él, siempre buscando magia y significado en el mundo que los rodeaba. Pero esa conversación se había convertido en la última que tendrían juntos, y Minhyung no lo supo en ese momento.

La brisa nocturna hacía que las hojas de los árboles susurraran sus secretos mientras Minhyung continuaba su caminata por el parque. A medida que avanzaba, su mente regresaba a ese fatídico instante. Los recuerdos fluyeron como un río en su mente, recordando cómo Minsung había mirado hacia arriba mientras caminaban por la calle y había señalado una estrella fugaz, insistiendo en que hicieran un deseo.

—Vamos, Minhyung, no pierdas esta oportunidad —dijo Minsung, emocionado—. ¡Pide un deseo!

Minhyung lo había mirado, su corazón lleno de cariño y complicidad. Sin embargo, en lugar de pedir un deseo, solo había sonreído y había hecho un gesto con la cabeza hacia Minsung, alentándolo a hacer su propio deseo. No obstante, antes que alguno de los dos pudiera añadir algo, el crujido de neumáticos y el chillido de frenos resonaron en la oscuridad, y sin que Minhyung pudiera reaccionar, un automóvil embistió a su amigo. El mundo se detuvo por un momento, Minsung yacía en el suelo, su rostro reflejando el asombro, el miedo y el dolor. Minhyung gritó su nombre, pero fue en vano. Las estrellas parecían observar en silencio mientras su mejor amigo se desvanecía, pareciendo distantes e indiferentes.

Shooting star ;; Keria x GumayusiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora