20. Celos

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"¡BUENOS DÍAS!" Jiwoon caminó sonriente fuera de la habitación, en una polera, un pantalón de deporte y medias. "FELIZ NAVIDAD, SIYEONNIE."
"Feliz navidad." Siyeon estaba tomando café, recostada a un lado del frigorífico.
"¿Por qué esa cara? ¿No estás feliz de ver a oppa?"
"Cállate."
"Alguien está de mal humor."
"¿Vas a comer algo?"
"Yah, Siyeon-ah, ¿Quieres morir?"
"No estoy de humor, Jiwoon." Caminó hacia el lavadero, dejó la taza dentro y luego caminó hacia su habitación. Él fue tras ella y se paró en el marco de la puerta.
"¿Fue porque dormí en tu cama?"
"No eres tú."
"Recogeré mi ropa, lo prometo."
"No eres tú, Jiwoon." Tomó asiento.
"Hablemos."
"Solo estoy de mal humor." Suspiró. "No quiero hablar."
"Tienes que hablar, Siyeon-ah." Se sentó a su lado al borde de la cama.
"¿Tienes que dejar tus calcetas tiradas?"
"AMAS MIS CALCETAS DE OSITOS..." Las recogió, las volvió una pelota de tela y las tiró cerca de su mochila. "Listo. Ositos fuera, ¿Qué te molesta?"
"Oppa..." Se quejó por la presión.
"Siempre hemos hablado de todo. Habla conmigo, por algo estoy aquí."
"Para robar mi cama y mi comida."
"Eso fue bajo, Siyeon-ah, incluso para ti." Siyeon lo empujó y tomó ropa para bañarse.
Estaban caminando en las calles casi vacías y se sentaron en una banca del parque. Tenían que comprar ingredientes para el almuerzo, pero no habían tiendas abiertas a esa hora. Siyeon enterró la nariz en su bufanda y Jiwoon se relamió los labios secos. Había esperado horas para que su hermana hable y pretendía seguir esperando. "Siyeonnie"
"Hm."
"Singnie"
"Hmm..."
"Querida hermana" Jiwoon miraba al frente pero insistía topándola con su codo derecho. Siyeon solo respiraba profundo y luego volteó hacia él, pero Jiwoon no giró su rostro, solo siguió esperando mientras miraba la vereda vacía. "Confía en mí."
La voz de su hermano siempre había sido reconfortante. Siempre amena y grave, desde pequeños era su voz la que lograba calmarla de una crisis de llanto, así haya sido él el principal causante. Jiwoon siempre lograba hacerla sentir mejor. Inhaló. "Me gusta mucho alguien." Dijo ella mirando hacia el mismo punto que su hermano. "Y ella está con su exnovio, otra vez, haciendo preparativos y recorriendo una ciudad. Porque él tiene auto y es tan perfecto, impecable e inmenso que la familia lo adora. Probablemente ella también." Se tomó la frente y la masajeó con los dedos de una sola mano. "Él parece recortado de una revista de millonarios jóvenes. Yo tengo un café, deudas y una bicicleta vieja. Sin mencionar que estoy aquí, exiliada, al lado de mi hermano que aún usa medias de osito. Mientras él está con ella, comprando un traje carísimo que haga juego con el que ella consiguió para la fiesta de año nuevo del siglo." Presionó los puños.
"¿Sua?"
"Jamás dije que era ella."
"Podríamos aparecer en su fiesta." Pensó él.
"¡YAH! ¡NO DIJE QUE ERA ELLA!"
"Ya cállate, estoy pensando."
"Oppa..."

"Así que mamá tenía razón de alguna forma." Siyeon sentía el rostro hirviendo, era como entrar a un callejón sin salida. "¿En serio piensas seguir negándolo? Porque te recuerdo que eres muy mala para tres cosas y una de ellas es disimular." La pelinegra hizo una mueca de fastidio y hundió sus manos en los bolsillos. Vaya que la mañana estaba fría y no lograba encontrar un buen lugar para esconderse hasta que se acabe el invierno o por lo menos hasta que Jiwoon decida regresar a casa.
"Regresemos."
"¿Qué haremos?"
"Ir a casa y pedir comida para el almuerzo." Siyeon se alejó caminando.
"Nada está abierto."
"No hay nada en casa."
"Así que eso es todo... Solo esperarás a ver qué pasa."
"Intentemos ordenar comida, ya lo dije."
"Hablo de ella."
"Está en América."
"¿Cuándo regresa?"
"¿Un mes y medio?" Ella volvió a esconder su nariz en la bufanda. "No lo sé..."
Jiwoon se detuvo y cruzó los brazos mientras ella seguía avanzando. "¿Qué tan especial es esta Sua como para que quieras esperarla tanto tiempo"
"No es mucho tiempo."
"¿Más de un mes? ¿Con su ex? Vaya que estás enamorada, hermana..."
"Déjame en paz."
"¿Y es bonita?" Siyeon le tiró otro puñete en el brazo. "¿Ya le dijiste lo que sientes?"
"No."
"¿Entonces ella en verdad podría estar con él?"
"No—no lo creo... No lo sé..."
"¿No piensas decírselo?"
"Claro, la llamaré y le diré: Oye, soy Siyeon, te llamo desde Seúl para decirte lo mucho que me gustas y que quizás podríamos tener una cita por Skype, ya sabes, hasta que regreses y pueda llevarte a cenar a algún lugar a donde no te haya llevado antes esa IMITACIÓN BARATA DE MILLONARIO ABURRIDO Y PELUDO A LA QUE LLAMAS EX."
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"Suena bien pero yo no insultaría al ex."
"¡No has visto sus cejas!" Siyeon usó sus dedos para cubrir sus propias cejas.
"Tranquila, hermana."
"Lo siento, no debí decir eso." Respiró tratando de calmarse. "Deberías encontrar la forma de decírselo, sin los gritos."
"Cuando regrese."
"No, Siyeon." Jiwoon apareció de un salto frente a su hermana, bajo un árbol seco por el frío, en el camino que los llevaría al norte del parque. "¿Qué pasa si no regresa?"
"¿Por qué no regresaría?"
"Quizás porque su familia está allá. Es su país y no creo que cuatro meses aquí sean suficientes como para que simplemente vea su vida realizada en Seúl. Sin contar con que allá está el tipo de las cejas y no creo que de brazos cruzados..." Siyeon intentó hablar, pero solo se quedó con la boca abierta, tratando de asimilar la verdad. "Dale una excusa para volver, Singnie."
De pronto Siyeon asimiló información que no había digerido antes. Existían asuntos pendientes, problemas esperando ser resueltos. La vida de Sua estaba allá y ella no debería intentar arrancarla de ello... Después de todo, aquí siempre se sentía sola y en todo este tiempo no pudo buscar soluciones reales, solo huir de todo como ella. Siyeon no iba a permitir que Sua huya también. "Yo no quiero ser solo una excusa, oppa." Dijo y siguió caminando. Jiwoon vio la espalda de su hermana alejándose frente a él, se rascó la nuca y caminó tras ella para darle espacio y tiempo. Nada de esto podía ser fácil.

El Departamento [Adap.Suayeon]Where stories live. Discover now