13. Atracción

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- "Maldición." - Se le derramó un poco de café sobre el mueble.
El estado de ánimo de Siyeon no había mejorado con el pasar de los días. A Sua, quien observaba discretamente mientras tomaba su ración humeante, empezaba a preocuparle. Y no solo por el mal humor, la seriedad y la sequedad de su roommate... Las pocas horas que ahora pasaba en casa estaban empapadas en un silencio incómodo. Si estaba sola, el ambiente se sentía vacío. Si estaba la otra parte, solo escuchaba ruido y murmullos. Le preocupaba también que un gran porcentaje de esos murmullos sean groserías; la reducción de uso de vegetales en el vocabulario de la pelinegra era evidente. La poca presencia de Siyeon en casa era indiscutible, aunque, eso sí: Siempre llegaba en algún punto de la noche para dormir. Lo sabía porque, a veces, su cerebro automáticamente esperaba a escuchar que se abra y cierre la puerta principal en algún momento de la madrugada para descansar. Ese 'a veces' era cada vez más seguido. Pero lo que más le preocupaba a Sua no era todo eso, sino 'por qué' sentía preocupación en sí. Siyeon no podría importarle tanto. No lo valía. Bueno, sí, pero no. ¿O sí?
- "Me voy ya, ayudaré a Gahyeon con unos paquetes." - Siyeon tomó las llaves y caminó a la puerta. Su bicicleta esperaba por ella asegurada en el primer piso del edificio. Sua revisó el reloj, pues usualmente salía quince o veinte minutos antes que la pelinegra; era el tiempo que, con el pasar de los días, había impuesto como nuevo récord caminando con muletas desde casa al trabajo. Y le iba bastante mejor, así evitaba el gasto y las discusiones. Hoy Siyeon simplemente decidió salir más temprano. Apoyó los codos sobre la mesa y se tomó la cabeza. Ese día, como algunos otros, se sentía sola. Y cuando ella pensó, meses atrás, que necesitaba alejarse de todo y todos para estar sola, no pensó que esa era la sensación. Era terrible. Su familia estaba lejos y se mantenía al margen, salvo por los mensajes que a veces intercambiaba con sus hermanos. Dami y Minji seguían en clases, aunque habían prometido visitarla. Un día. En algún momento en el que no esté trabajando o durmiendo. Siyeon era, pues, la persona que se había acomodado mejor a lo que ella parecía necesitar en el momento. Se había estado convirtiendo poco a poco en esa pieza que le faltaba por llenar y no sabía cómo, pero cuando creía tenerla, la terminó apartando. Sintió un nudo en la garganta. Presionó la mandíbula con culpabilidad. Quizás sí sabía cómo. Entonces frunció el ceño. Porque obviamente no era su culpa. Ella no la apartó. Las circunstancias la apartaron. Ella era víctima de las circunstancias. ¿O no? Quizás necesitaba un consejo. Pero Bora... Bora estaría cansada de todo su drama para entonces y no merece solo dar sin recibir. Su amistad se había vuelto un juego de frontón, donde Sua parecía golpear la pelota y Bora era la pared recibiendo los rebotes. No era justo. Bora era su mejor amiga. Y le había enseñado qué hacer en esos casos: Dar el primer paso. Sua se prometió arreglar esa situación. Pronto. Lo más pronto posible. No podía permitir que su amistad se vea afectada y ella era responsable del posible malestar. ¿Y Siyeon no era también su amiga? ¿Qué era? O, ¿En qué se había convertido en este tiempo? Siyeon era su roommate. Entonces, ¿por qué se preocupaba tanto por lo que pase con ella? Bueno, obviamente porque convivían y no se puede convivir cuando tienes tantas tensiones con la otra persona, ¿Verdad? ¿Y qué era lo que creaba tanta tensión? Sua no podía seguir callando las voces en su cabeza que le hacían cada vez más preguntas y repetían que era ella, probablemente, la que causó sin querer las tensiones. Desde que la conoció, ella había sido la más hostil. Aunque Siyeon no se quedaba atrás. Claro que no. Siyeon era también una pesada que, llegado el punto de ebullición, respondía cargada de emociones o levantando la voz. Sí, pero una vez más, ¿quién empezaba cada situación? ¿Quién elevaba la temperatura? ¿Quién la hacía explotar? Oh por dios. Era ella. Tenía que hablar con Siyeon lo antes posible. Si tan solo tuviese una oportunidad para hacerlo... Siyeon entró rápido. - "Olvidé unas facturas." - La puerta se había abierto y Sua ni siquiera había sentido el sonido; para cuando la vio, solo hizo un movimientotorpe por la sorpresa y derramó el cuarto de taza de café que le quedaba sobre sí misma.

El Departamento [Adap.Suayeon]Where stories live. Discover now