18. Electricidad

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Esa mañana había nevado por primera vez desde que comenzó el invierno. A Sua le había costado mucho despegarse de la cama, pero finalmente lo consiguió cuando apareció Siyeon en su puerta con el cabello húmedo y una toalla que intentaba secarlo, ofreciéndole desayuno. Terminaron consumiendo leche y cereal en la isla de la cocina, porque con el pago del alquiler, las deudas, la multa, la fianza y la última consulta en el hospital, ya no tenían más dinero. Pero la conversación amena sobre temas tontos y el cuidado de su pierna, ahora libre de yeso, las mantuvo entretenidas. Ahora tendrían que caminar hasta el trabajo. Siyeon quería pensar que era peligroso manejar bicicleta hoy con las pistas congeladas, pero la verdad es que llevaban días caminando juntas. Pese a que hoy Sua ya no estaba usando las muletas y tenía que caminar más lento para proteger a su pierna vendada, podría decir que estaba disfrutando la mañana. La pelinegra sonrió cuando se dio cuenta que estaba caminando sola. Volteó.
- "¿Qué tanto ves?"
La voz de Siyeon no hizo que rompa su concentración. Era obvio lo que estaba viendo y no era necesario si quiera contestar. La pelinegra se paró a su lado, escondiendo las manos en los bolsillos del saco y arrugando la roja nariz. La vitrina y tienda en general, estaba llena de adornos navideños. Los mismos que veían todas las mañanas. Los mismos con los que Sua soñaba tener en casa. Pero hoy había un árbol inmenso y decorado al centro de 'La Tienda Verde', lo que probablemente hizo que la chica de reflejos cobrizos se detenga en seco y se quede más tiempo del usual. - "Ese se vería genial delante del ventanal."
- "No." - Respondió Siyeon y siguió caminando.
- "Imagínalo." - Caminó tras ella. - "El árbol inmenso, las luces, chocolate caliente..."
- "Bora." - La miró de reojo y fijó la vista al frente para seguir hablando. -  "No vamos a decorar el apartamento. Considera la decoración de Venus como tu sueño cumplido."
- "¿Por qué?"
- "¿No tenemos dinero para comprar más cereal y tú quieres comprar un árbol?"
Sua abrió la boca, pero se detuvo. - "Lo siento."
Siyeon sonrió, realmente había notado un cambio en la actitud de su roommate. - "Creo que alguien está creciendo..."
- "Pero podríamos ir a un mercado de pulgas." - Propuso.
- "Retiro lo dicho."
Sua decidió guardar silencio. Desde hace días se preguntaba cómo sería pasar esta navidad juntas y si realmente Siyeon no regresaría a casa con su familia; ¿Sería muy tonto pensar que no iría a Daegu? Si decide viajar, tendría que pasar fiestas en casa de Dami, porque definitivamente no soportaría quedarse sola y no tenía dinero para llegar hasta América. Tampoco ganas. Sentía que su familia la había herido de una u otra forma, dejándola sola. Aunque fue ella quien había decidido irse en primer lugar. Estaba un poco confundida al respecto, pero sabía una cosa con claridad: Quería pasar navidad con Siyeon. Tendría que esperar para saber qué pasaría.
- "¿Me enseñas a hacer galletas?"
- "¿Tienes dinero para comprar ingredientes?"
- "En Venus hay." - Aseguró Sua.
- "¿Estás robándome?" - Dijo estando a unos pasos del café.
- "No es robo si tengo tu consentimiento."
- "Estás proponiéndome robar en mi empresa, Sua." - Dijo quejándose
- "Pero será divertido."
- "¡Soy tu jefa!" - Reclamó Siyeon, abrió la puerta del café y caminó mirando hacia atrás, mientras algo caía sobre su cabeza. - "¡YAH!"

- "¡YAH! ¡SIYEON-AH!" - Gahyeon estaba a su lado, parada en un banco pequeño, tratando de adornar la puerta con el muérdago que le había encargado Yoohyeon.
- "¡LAS VI!" - -Yoohyeon gritó desde la cocina, pasando por la barra y apareciendo a toda velocidad frente a Siyeon, Gahyeon y Sua.  - "Ustedes." -  tomó aire mientras ponía las manos en su cintura. - "Bésense ahora." - Señaló a las recién llegadas.
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- "¿De qué hablas?" Dijo Siyeon seria. Sua estaba sudando frío.
- "Ustedes-" - Se agachó para recoger el muérdago, - "se pararon justo..." - Lo acomodó en la puerta sin esfuerzo, parándose al lado de Gahyeon, quien por primera vez alcanzaba su altura gracias al banquillo. - "...debajo de este bebé, ahora tienen que besarse."
Siyeon la miró sin expresión en el rostro y los ojos entrecerrados, - "de hecho, nunca estuvimos bajo esa cosa. Son ustedes las que deben besarse." - Cruzó los brazos. Gahyeon se dio cuenta que estaba al lado de la chef y abrió los ojos hasta dejarlos redondos.
- "¡Si nosotras lo hacemos ustedes también!" - Reclamó la más alta.
- "¿Qu—?" - Gahyeon volteó y las manos de Yoohyeon capturaron su rostro, sus labios presionaron dulcemente los suyos con fuerza. El dulzor del lipstick de la más alta se había impregnado en sus fosas nasales y estaba petrificada solo procesando información Sua tenía una media sonrisa sorprendida y Siyeon asintió, aún sin expresión.
- "¡SU TURNO!" - Dijo Yoohyeon, retándolas.
- "Jamás dijimos que sí." - La pelinegra caminó hacia la cocina y la chef más alta la siguió reclamando justicia por lo que habían presenciado todos. Quizás era bueno resaltar que, cuando Yoohyeon se movió de la puerta, Sua pudo ver a Handong tras la puerta de vidrio, con la boca abierta y los ojos salidos, estática, solo observando en dirección a Gahyeon, quien seguía inmóvil también, desde hace varios segundos.

El Departamento [Adap.Suayeon]Where stories live. Discover now