𝗯𝘂𝘁𝘁𝗲𝗿𝗳𝗹𝘆 ; lo'ak, neteyam.

xxix. déjame sostener tu mano.

act three. chapter twenty nine
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❪ déjame sostener tu mano ❫

QUERÍA MOVERSE, NO QUERÍA VER MÁS, ¿PERO POR QUÉ no podía?, no podía apartar la vista de aquel beso que estaban dándose los jóvenes. Lahela sintió su labio inferior temblar y cerró los ojos con fuerza, dejando caer sin pensarlo, un par de lágrimas. No quería sentir que estaba exagerando, pero amaba a Lo'ak, así como también amaba a Neteyam, y creía que Lo'ak aún seguiría sintiendo lo mismo. Pero ahora ya no lo sabía. Solo quería moverse de ahí, pero sin saber la razón, sus piernas estaban quietas y temblorosas, si daba un paso se tambaleaba. Sorbió su nariz y se reincorporó, sin despegar la mirada de aquellos jóvenes que aún seguían compartiendo ese beso.

Ellos están...

No podía dejar de mirar como las manos de Lo'ak titubeaban pero al final de todo, tomaron la cintura de la chica Metkayina. Y ahí fue donde Lahela no soportó más y caminó nuevamente hacia el marui. Secó el par de lágrimas que habían caído por sus mejillas calientes, con el dorso de su mano y el ligero puchero que se había formado en sus labios seguía intacto. Se preguntaba cosas, tales como... ¿Lo'ak estaba confundido?, ¿Lo'ak amaba a Tsireya? o ¿fue cierto que la amaba cuando se habían confesado hace años?, entre algunas otras preguntas.

¿Se quieren...?

Lo que más la hacía pensar, era que Lo'ak no iba a esperarla todo el tiempo, no fue culpa de ninguno que se hayan ido del clan Omatikaya. Sin embargo, antes de que la familia Sully se haya retirado del clan, Lo'ak, Neteyam y Lahela, tuvieron una cita, una última cita por así decirlo, pensando que no iban a verse nunca más. Pero la vida dio un gran giro y pudieron verse después de meses.

Y en el caso de Lahela, sus sentimientos por ambos chicos Sully no habían cambiado para nada, y por lo que sabía, los de Neteyam tampoco. Pero los de Lo'ak... no lo sabía. Y justo ahora no sabía qué pensar, su mente estaba en blanco. No podía sacarse la imagen de Lo'ak y Tsireya besándose. Era como si estuviera atormentando toda su conciencia.

Dolía... y mucho...

No paró de secar algunas lágrimas que resbalaban por sus mejillas de vez en cuando, y en cuánto llegó a la entrada del marui. Se detuvo y sorbió su nariz, tragó saliva y cerró los ojos respirando pausadamente. No quería que la vieran llorar, mucho menos quería que se enteraran de la razón. Así que suspiró y trató de que no notaran sus ojos rojos, hincándose al lado del camino, ahuecando sus manos para tomar un poco de agua y refrescarse el rostro con ella.

Solo quería cerrar los ojos y no saber nada hasta el día siguiente, tampoco quería verle la cara a Lo'ak, pero tampoco lo creía capaz de siquiera sincerarse con ella y decirle como se siente, o acercarse para decirle lo qué pasó. Aunque sabía que nunca formalizaron alguna relación.

— Todo es tan difícil —murmuró jadeante antes de entrar al marui. Encontrándose al resto de los Sully's sirviendo la cena.

Neteyam sonriente se acercó a ella y le tendió una hoja con comida. La cual Lahela aceptó sin tener apetito. Neteyam sin percatarse aún de los ojos ligeramente hinchados de la chica, la tomó de la mano libre y la dirigió más dentro del marui.

— Tìyawn, ¿encontraste a Lo'ak?

Lahela hizo una mueca y solo respondió afirmativamente con un sonido proveniente de su garganta, dejando la hoja con comida a un lado y acostándose en su catre, tapándose de pies a cabeza. Neteyam frunció el ceño confundido y miró a sus padres, que estaban igual de confundidos que él. Hasta que Neteyam entendió que algo había pasado.