Capítulo 15

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Su madre había destruido su mundo en tan solo unas pocas palabras, algo que era habitual, pero por alguna razón, esta vez era algo mucho más pesado y difícil de digerir.

Wu: — ¿Por qué pones esa cara? — se lo preguntó como si no pensara en que probablemente Ming había cambiado de idea.

Ming: — Mamá, yo quizás... bueno... — empezaba a tartamudear por los nervios

Wu: — ¿Qué sucede? — la mujer había puesto una penetrante mirada en los ojos de su hija

Ming: — Mamá, ¿que pasaría si no quiero quitarme el panda? Digo, solo necesito controlar mis emociones, y no habrá problema...

Aquella sugerencia había cambiado la actitud amable de Wu, tornandola en una de enojo total.

Wu: — ¿Qué estás diciendo? ¿Te quieres quedar tu panda? Ming, es fácil decirlo, pero lograrlo es algo muy diferente, y créeme, yo lo experimenté — de nuevo usando algo que molesta a Ming, usando su "experiencia" para reafirmar su orden.

Ming: — Mamá, por favor, confía en mí, yo sé que puedo controlarlo, en estos meses que estuve con él me acostumbré y... ya no se volvió un problema para mí... — en su interior de verdad deseaba conservar a su panda, se había vuelto parte de ella.

Wu estaba empezando a desesperarse.

Wu:  — No entiendo por qué el contradecirme se ha vuelto un hábito tan frecuente en ti... — el rostro de la mujer empezaba a provocar miedo en su hija

Ming: — ¿qué? Yo no... — su madre lo había entendido todo mal

Wu: — Ming, te lo diré así, no te estoy dando a elegir, te vas a quitar a tu panda, quieras o no, solo va a perjudicar tu vida, y  no vas a poder controlarlo

Una vez más.

Ming: — ¿Por qué, mamá? ¿Por qué nunca puedes confiar en mí? — su voz se quebraba

Una vez más destrozando el autoestima de Ming.

Wu: — Desde que eres pequeña siempre has demostrado ser inferior a tu hermana, siempre me has dado problemas.

Aquellas duras palabras desquebrajaban el corazón de Ming, el cual ya estaba bastante agrietado. Ante la declaración tan cruel de su madre, sus lágrimas, naturalmente empezaron a fluir.

Wu: — Y eso, es otra cosa que me molesta de ti, eres débil, una sola frase te puede quebrar — la crueldad de sus palabras nunca ha tenido moderación.

Ming: — No, mamá, no estás entendiendo, no es la palabra de cualquiera la que puede quebrarme, solo las tuyas son capaces de generar un daño tan profundo — eso pensaba la joven.

La chica lloraba sin consuelo, se abrazó a sí misma con dolor, sintiéndose insuficiente y frustrada.

Wu: — Deja de llorar de una vez, empieza a endurecerte, no puedes ir por la vida lloriqueando por estupideces — lágrimas respondidas con regaños

Su madre se fue, dejando sola a Ming, ella se fue caminando hacia su cuarto, en donde se vio al espejo que tenía ahí.

Ming vio su cabello rojo, comenzó a tocarlo con suavidad, ya se había acostumbrado a el, su color le gustaba, pero eso también se iría, pues al retirar a su panda, todo relacionado a él se desaparecerá.

Ella caminó hasta su cama y se sentó, en su pecho sentía una presión fuerte que no sabía cómo controlar. Su madre es una persona que no escucha razones, siempre ha sido así, decidiendo sobre su vida, sin opción a opinar.

Ante las pesadas emociones que estaba sintiendo, recordó que a Jin le gustaba el color de su cabello, era algo que le decía con frecuencia.

Ming: — Sin mi cabello rojo... ¿Dejaré de gustarle? — ella solo se recostó en su cama, permitiéndose llorar.

Turning Red: La Adolescencia de MingWhere stories live. Discover now