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Tenía su mirada fija en aquella publicidad, lo que sólo estaba logrando que se arrepintiera de su elección de lugar; su ceño se frunció al ver al pelinegro sonreír de esa maldita forma mientras arreglaba su corbata y se acercaba a un deportivo, muy similar al que el piloto poseía.
«La perfección va en su interior.»
Quiso soltar una carcajada, pues aquella estúpida publicidad de aceite de motor estaba insinuando que lo mejor del automóvil — además del producto que promocionaban—, era aquel idiota presumido que acababa de entrar al deportivo.
Gracioso, pensó.
¿Perfección? Aquel idiota no tenía absolutamente nada perfecto. Al contrario, a sus ojos no era más que un fallo de la naturaleza que el universo decidió cruzarle en el camino en forma de mentiras.
No era perfecto... No lo era aunque sus ojos destellasen como una invitación tácita. No había algo remarcable, aunque su corazón siguiera haciendo aquella extraña cosa cuando pensaba en él. No lo era, porque si eso era así, entonces era el modelo quien había perdido y jamás aceptaría algo así.
— ¡Taehyung! —Su atención se dirigió hacia la entrada de aquel bar en el que esperaba, sonriendo ampliamente al ver a su mejor amigo acercarse con su alegría característica, saludando a algunas personas que deseaban un autógrafo y excusándose para no seguir haciendo esperar al castaño que ya había pedido por ambos para ahorrar tiempo.
Apoyó su mentón sobre su mano cuando Jimin se sentó finalmente frente a él, disculpándose por la atención excesiva que estaban recibiendo por su calidad de Idol popular. —Aw, mi Jiminnie~ Es tan famoso que me da un poco de tristeza tener que compartirte con el mundo. Terminarás aburrido de este pobre chico.
Una carcajada escapó de sus labios, sacudiendo su cabeza para contradecir al modelo. — ¿Es broma? Yo debería temer que venga un súper diseñador y decida que te quiere luciendo sus obras en el extranjero y te aleje de mí.
Rieron ante esto, porque ambos tenían claro que jamás iban a perder el contacto pese a las circunstancias, pues cada uno era el refugio del otro cada vez que la vida los sobrepasaba. Por eso mismo, Taehyung había esperado con ansias aquel encuentro apenas Jimin pudo hacer un espacio en su agenda.
—Te he extrañado, Jimin-ah... En verdad me hubiera gustado que fueras a París conmigo —dijo con algo de tristeza, porque aunque llevaba una semana de regreso en Corea, ni todo el trabajo era capaz de hacerlo olvidar lo sucedido—, es como estar viviendo todo esto una vez más... Cada vez que creo que ya no volveré a sentir esto, sucede algo que me recuerda que soy tan idiota como para seguir priorizando nuestros tres años juntos que los dos que he pasado olvidando.
El Idol sonrió comprensivo, tomando la mano de Taehyung al ver que su mejor amigo intentaba ocultar lo mucho que aquel tema prohibido seguía doliendo. A grandes rasgos, el modelo le había explicado ese encuentro desafortunado, pero ahora que estaba ahí para verlo frente a frente, veía en los ojos del modelo, la misma fragilidad que vio aquel día en que llegó a su apartamento para encontrarlo abrazado a sí mismo en su sofá.
— ¿No te alegras que Park Hyung Sik sea un hombre respetable entonces, Tae? —preguntó sin dejar de sonreír, afianzando su agarre en la mano del castaño—, no mereces que alguien tome ventaja de tu estado emocional. Y obviamente en París no estabas apto para decidir lo que deseabas.
— ¿No crees que es injusto? ¿Por qué debo dejar mi estilo de vida sólo porque ese subnormal existe en el mismo planeta? Nadie dice algo cuando aparece en cada revista amarillista con una modelo nueva cada día... ¿Qué es diferente?
—Amor, puedes hacer con tu vida lo que quieras y yo siempre seré el primero en sostener tu mano y apoyarte —Jimin dijo con voz calma, porque estuvo seguro que Taehyung tendría algo en lo que diferir de las palabras que estaba por pronunciar en ese momento—, pero tal vez quieras considerar por un momento, que estás viviendo para demostrarle al mundo que tu ruptura no significó algo y que esos tres años fueron simplemente un error.
—No lo hizo... No significó algo en verdad —el modelo dijo con firmeza, ganándose una risa de su amigo—, es en serio. La vida pasa, las relaciones terminan; el amor está sobrevalorado de todos modos.
—Tienes razón, la vida pasa. Y tu vida pasó tres años con una persona que amabas y que de un momento a otro, ya no estuvo ahí. Es tan obvio que intentes superarlo... Pero si realmente es eso lo que quieres hacer, necesitas soltar, Tae. Procesar todo de manera correcta y no bloqueando tus emociones.
—¿Qué? ¿Debo seguir llorando entonces? ¿Debo decirle al mundo que yo no quería terminar y que esperé un maldito año porque él intentara arreglar toda esta mierda? ¿Tengo que ir y decir que le di todo y el maldito imbécil me dejó ahí, como si esos tres años no hubiesen valido algo para él? —rió, sintiendo el dolor ante aquellas palabras volverse real, porque en esos dos últimos años jamás se había atrevido a darles validez—, Jungkook me tomó, se aseguró de que mis ilusiones subieran muy, muy alto y luego me dejó caer, Jimin-ah. No necesito superarlo, no quiero superarlo porque quiero recordar cada día que ese hombre fue capaz de romper todo lo que éramos sin siquiera un poco de piedad.
—Taehyung, cuándo vas a dejar de culparlo de esa forma. Qué has logrado estos años recordando sin descanso lo malo —preguntó con tristeza—, cuánto más intentas enfocarte en el dolor que sentiste, que todavía sientes, más terminas estancándote.
—Porque todos son capaces de empatizar con él, pero me dejan como si yo fuese el culpable de todo. No es justo.
Jimin suspiró, acariciando el dorso de la mano de Taehyung con cuidado cuando la sintió temblar. —No. Nadie toma partido por alguno de ustedes, Tae. Simplemente quedamos en medio porque ustedes nos incluyeron en sus vidas e intentamos mantenernos al margen de todo para no empeorar las cosas.
—Por favor, hasta mi hermano prefirió seguir trabajando junto a él como si no supiera lo que hizo. Incluso tuvo el descaro de aparecer en el apartamento porque dijo que estaba preocupado; claro, porque sabe perfectamente que el innombrable es un imbécil.
—Basta, Tae. Si tú decisión es jugar a que todo te resbala y no te afecta, hazlo... Pero no utilices ese resentimiento para cargar culpas en quienes no tienen algo que ver. Tu hermano ha sido una persona respetuosa y profesional, intenta separar su vida personal del trabajo con el equipo de Jungkook, pero eso no significa que no te ame o que no se sienta preocupado. Además también está su relación con Yoongi, tu hermano está atado de manos.

Mío Where stories live. Discover now