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Barcelona
Retocaron su maquillaje y agradeció con una sonrisa al chico que ahora acomodaba la ropa que debía lucir perfectamente en su cuerpo para el desfile. Estaba sólo unos minutos de que fuese su último turno, y aunque estaba emocionado de seguir creciendo en su carrera como modelo profesional, su nerviosismo por hacerlo sin ningún error, lograba que el nudo en su estómago fuese difícil de disolver. Sabía que todo estaría increíble, mas saber que seguía siendo el principiante entre tantos modelos de renombre internacional, dificultaba un poco el poder tranquilizarse.
Si sólo su mejor amigo hubiese podido viajar junto a él... Pero el debut de Jimin estaba a sólo dos semanas y él debía enfocarse por completo en llegar a los primeros lugares de los charts y de cada programa en donde fuese su promoción. No dudaba que su mejor amigo tendría todo el éxito, porque más que cualquier persona, el modelo tenía claro cuánto había luchado Jimin por su carrera como Idol tanto como él mismo lo había hecho para hacerse un lugar en el mundo del modelaje.
Respiró profundo, asomándose apenas hacia el escenario y recorriendo con su mirada los invitados que se encontraban. Sonrió entonces cuando, tras todos los invitados importantes de la marca, vio a Hoseok apoyado contra uno de los muros. El alivio de no estar solo en aquel momento era mucho más ahora que estaba seguro de la presencia de su mánager junto a él.
—Taehyung-ah, es tu turno de subir a la pasarela —uno de los productores avisó, sonriéndole para entregarle confianza—, ahora.

Alzó su mentón y entró a la pasarela, recorriéndola con todo el garbo y elegancia que lo caracterizaba. Sabía que estaba siendo observado, y no podía negar que aquello le agradaba, después de todo, era en esos momentos donde podía captar la atención de clientes que pudiesen darle contratos importantes. Debía lucirse, porque le habían dado una oportunidad única de cerrar el desfile y eso era un paso más en su carrera.
Se preguntó entonces si Jungkook estaría concentrado ya en su siguiente carrera o seguiría en esa reunión de patrocinadores, sintiéndose ligeramente decepcionado. Habían logrado calzar aquella parada en España, pero el piloto no pudo deshacerse de los compromisos que ser el piloto estrella de la Escudería significaban, así que de todos modos no podían estar juntos como en un principio creyó.
Se detuvo en el borde de la pasarela, fijando su mirada en un punto mientras los flashes golpeaban su figura, entregándoles una última pose antes de regresar con la misma gracia de siempre. Sólo debían volver junto al Diseñador de aquella Colección y podría descansar al fin. Debía volver al día siguiente a Corea, así que aquel viaje express había dejado de parecerle entretenido más allá de su trabajo.
—Estuviste increíble, Tae —Hoseok dijo con una sonrisa apenas abandonaron el lugar del desfile, aplaudiéndole con suavidad para felicitarlo por su presentación y subir su ánimo, el que obviamente estaba más bajo que en otras ocasiones—, los deslumbraste ahí afuera y conseguí el contacto de algunos publicistas que están interesados en trabajar con nosotros, es ganancia en todo sentido. Apenas regresemos a Corea, voy a comenzar a mover tu agenda.

El castaño sonrió, entrando al taxi que los llevaría al hotel donde se hospedaban. —Me alegro... Aunque esperaba que nuestro viaje a España fuese diferente, agradezco tu esfuerzo, Hyung.
—Taehyung-ah, entiendo que esperabas ver a Jungkook, pero también sabías que compatibilizar sus viajes era difícil desde el inicio —dijo con una sonrisa, palmeando con suavidad la espalda de Taehyung cuando lo vio abultar su labio—, no hagas eso. Estoy seguro que Jungkook también quisiera haber podido llegar antes, pero trabajo es trabajo, Tae. Tú mejor que cualquiera lo sabes, comparten esa parte muy bien entre ustedes, ¿No?
El modelo exhaló con pesadez, hundiéndose en el asiento del taxi con sus brazos cruzados sobre su pecho en evidente desacuerdo con la situación.
No es que no comprendiera la forma en la que debían relacionarse, pero darle lógica a las emociones no era una de sus cosas favoritas, mucho menos cuando la última vez que había podido estar junto al piloto, había sido un mes atrás. Las llamadas y mensajes facilitaban en parte la añoranza, pero nada se comparaba a poder estar junto a él, sentir sus brazos rodeándolo y sus labios recorriendo cada parte de su cuerpo con adoración.
Chasqueó su lengua, alejando cualquier pensamiento negativo de su mente, esperando al menos poder ir y apoyar a Jungkook en su siguiente fecha. — ¿A qué hora es el vuelo mañana?
—Diez de la mañana —respondió, revoleando sus ojos al escuchar el bufido de frustración por parte del castaño.
—Su carrera es a las dos, creí que podría verlo al menos... — suspiró, apoyando su cabeza contra el asiento del taxi—, ¿Crees que me extrañe? Un mes sin vernos es bastante... ¿Y si pierdo accidentalmente el vuelo y voy a verlo al autódromo? — dijo meditando seriamente esa idea, mas la risa de Hoseok resonó en el interior del vehículo, haciendo que Taehyung frunciera el ceño por su reacción nada amable. —Es muy cruel que te burles de mi sufrimiento, Hyung.
—Eres muy dramático. Es obvio que también te extraña y hubiese querido estar contigo antes de su carrera, pero Jungkook tampoco querría que descuidases el trabajo que amas... Dios, ustedes par de idiotas, se potencian de una forma extraña.
—Claro que sí, estamos unidos por el hilo rojo —el castaño bromeó, alzando su meñique para gesticular su idea—, además es un Dios en la cama~ Todo en uno.
— ¿Crees que a tu hermano le agrade saber que estás hablando así? Debes mantener tu imagen, Taehyung-ah—. Vio la burla en la mirada de Hoseok y no pudo evitar sonreír; era obvio que su mánager se sentía feliz de que su relación funcionara incluso con las adversidades que ambos trabajos suponían para ellos.
—Mi hermano parece entretenerse bastante con el mecánico de mi Jungkook. No sé qué tenía en la cabeza cuando le conté que Seokjinnie estaba sin trabajo. No creí que le ofrecería el puesto de relaciones públicas de su Equipo.
— ¿No es bueno? Todo queda en familia —el mayor arqueó una ceja al decirlo—, y tu novio no pudo haber conseguido mejor relacionado que tu hermano.
—Ah~ Hobi Hyung, estás dejando que tu enamoramiento por mi lindo hermano se escape —bromeó, viendo las mejillas de su mánager enrojecer por esto. —A Yoongi no le agradaría saber que quieres robarle a su futuro novio~ — ¡No es así! —respondió avergonzado, porque negar que se sentía ligeramente atraído al hermano mayor de Taehyung era absurdo—, como sea, llegamos al hotel. Vamos de una vez para que puedas descansar.
Con una sonrisa, Taehyung bajó del taxi y esperó a que su mánager lo siguiera. Aún divertido por el notorio enamoramiento de Hoseok —platónico, según él, como si no los hubiese encontrado en más de una ocasión besándose (platónicamente, claro está)—, caminó con tranquilidad al interior del hotel, muchísimo más relajado ahora. Ya tendría otra oportunidad para ver a su novio de manera correcta; mientras tanto, lo animaría desde la distancia, sabiendo que él sería el mejor como siempre.
Despidiéndose de su mánager, se dirigió a su propia habitación, preparándose un baño para relajar su cuerpo mientras esperaba el llamado de Jungkook. Probablemente el pelinegro seguía en aquella reunión con los patrocinadores y llegaría justo para dormir, pero sabía que el piloto jamás terminaba su día sin al menos un mensaje. Sonrió ante esto, preguntándose si pronto podrían volver a estar juntos como en los dos meses que Jungkook tuvo entre temporadas, recordando lo agradable que había sido poder comportarse como una pareja normal.
Tan normal como podían en realidad. Pues ambos eran figuras públicas y sus espacios de privacidad no siempre eran respetados, mas todo estaba bien si podía compartir su vida con Jungkook.
Luego de largos minutos, salió de la bañera y se envolvió en una de las batas, relajándose ante la suavidad de la tela sobre su piel aún húmeda. Buscó su teléfono, frunciendo el ceño al no encontrar ningún mensaje de su novio, dejando que un pequeño puchero se formara en sus labios.
—Espero que puedas descansar, Guk-ah... —susurró, sobresaltándose ante los golpes en la puerta. Miró la hora, rodando sus ojos al recordar que Hoseok había coordinado sus comidas para que no saltara ninguna, levantándose para abrir la puerta sin muchas ganas—, muchas gra... ¡Jungkook-ah!
El pelinegro sonrió, sosteniendo la cintura del modelo para estabilizarlo en el momento en que Taehyung saltó a sus brazos con demasiada energía. El aroma a jabón desprendiéndose de la piel del modelo era relajante, o tal vez simplemente era el poder volver a sostenerlo luego de un mes lo que lograba desvanecer la tensión que venía acumulando.
Había extrañado aquella explosión de energía. Aquellos ojos que ahora lo observaban brillando de emoción y curiosidad por su presencia en ese sitio. Pero por sobretodo, había deseado volver a ver su sonrisa honesta.
—Sorpresa —susurró, su voz sonando mucho más grave de lo que en verdad era debido al cansancio acumulado. Empujó el cuerpo de Taehyung al interior de la habitación junto con las cosas que el servicio al cuarto había dejado segundos antes de su llegada, hundiendo su rostro en el cuello del modelo—, necesitaba esto, eres mi recarga de energía.
Con suavidad, acarició el cabello del piloto, sonriendo ante la plenitud de volver a tenerlo entre sus brazos, poniendo un poco de distancia para poder verlo. —Creí que no podrías llegar hoy y que deberíamos esperar.

Mío Where stories live. Discover now