Capítulo 11: Tambaleante

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El primer (verdadero) día de clases desde que Kate había intentado suicidarse no había sido tan refrescante como ella esperaba. En retrospectiva, tuvo que imaginarlo, pero no esperaba estar sentada en clase mientras todo lo que podía pensar era '¿Cuál es el punto?', ella había experimentado algo increíble y devastador en la semana pasada que sus clases parecían...triviales. Tampoco ayudó que la clase por la cuál había ido a Blackwell había sido cancelada por el momento. Aunque ciertamente era comprensible.

Miró su teléfono, esperando ver un mensaje de Chloe. Suspiró cuándo la pantalla solamente mostró su reloj. Sin embargo, su día tuvo un giro positivo. Había sido capaz de reconectar con algunos de sus compañeros. Habló con Daniel, Stella, e incluso logró entablar una interacción positiva con Taylor. Aunque sintió que no fue tan bueno, ya que utilizó información de su madre para alimentar la conversación.

Sigues usando tus poderes, pero de diferente manera.

Aún así, estaba feliz de reavivar sus amistades, incluso si la chicas era de otra línea temporal. Curiosamente, Daniel le preguntó a Max si quería posar para un boceto. Ella aceptó, aunque le dijo que no tenía tiempo para serlo en ese momento. Se preguntó si el boceto sería el mismo o si un trazo del lápiz se desviaria en un solo cabello. Tal vez sería totalmente diferente. ¿Hasta qué punto podría enredarse realmente la red del tiempo?

Se imaginó de nuevo el rompecabezas deslizante de posibilidades en su mente; una pieza se movía a la derecha, por lo que todas las demás tenían que cambiar de posición mientras más y más piezas se agregaban. No podía entender cuál debería ser la imagen general, ya que cada segundo se agregaban nuevas variantes, lo que simplemente causaba más caos. Pensar demasiado sobre eso hizo que su cabeza comenzara a doler, así que lo desechó, con el ceño fruncido en su rostro mientras lo hacía.

Tantas posibilidades. Infinitas posibilidades, supongo.

Arrastrando los pies y con sus audífonos en las orejas, vigiló el pasillo de Blackwell. La calamidad de la secundaria, algo que pisaba hace una...o en realidad dos semanas, era reconfortante. Era un caos esperado, algo que se sentía increíblemente aburrido pero necesario después de esa tragaperras temporal. Pensó sobre eso: Cómo saltaba a través de una foto básicamente cruzando los dedos, esperando que cualquier cosa que hiciera tuviera mágicamente el resultado que deseaba. La hacía sentir...algo estúpida. Y bastante inocente.

"La mayoría de modelos son cínicas. Perdieron su...inocencia"

Jodido psicópata.

Comenzó a hurgar en su casillero, eligiendo centrarse en la música que marchaba en su cabeza que en Jefferson. Era música típica de Max, una melodía tranquila de la pequeña banda Said the Whale. Cerró el casillero y saltó un poco cuándo vió a la señora Grant parada a un lado de ella con los brazos cruzados y una sonrisa conocida en su rostro. Max rápidamente quitó los audífonos de sus orejas.

"¡Me asustó, señora Grant!" Movió una mano frente a su cara, con una sonrisa avergonzada.

"Perdón, perdón," Ella rió, alzando sus manos a la defensiva. "Simplemente no pude evitar notar tu declaración de moda." Max ladeó su cabeza, confundida. La señora Grant aclaró su garganta, asintiendo al cuello de Max.

"¡Oh!" Se puso roja de inmediato. "Yo eh, tuve que em...¿Aspiradora?" Ofreció, encogiéndose de hombros y resignandose a su destino.

OuroborosWhere stories live. Discover now