Sufrir por gusto (25)

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—VIZCONDESA! —Ser Rorkin corrió hacia mí aún empuñando el arma. Dentro de mi mente la voz lloraba dando explicaciones a toda velocidad.

<No pude irme! Lo intenté luego de despertarla, pero Inari-sama no pudo sacarme! Por favor, no deje que me muera, se lo ruego, señorita!>

'Inari?' —Pensé, uniendo puntos a toda velocidad.

<Si, señorita!>

'EL ZORRITO!' —El animalito gritó cuando el hombre lo tomó por el pellejo del cuello para quitármelo de encima.

—Bestia asquerosa!

—Ser Rorkin! Deténgase en este instante, por favor! —El guardia y las sirvientas se congelaron ante mi grito, cesando el escándalo. Lo único que se oía eran los hipos llorosos de Emma.
Me puse de pie, sobreponiéndome al dolor y a la confusión que me había causado el golpe. Se lo arrebaté de las manos sin pensarlo dos veces. —ES SOLO UN CACHORRITO!

Observé al mensajero, buscándole heridas. Su pelaje estaba sucio y manchado con barro, también podía sentir sus huesos clavándose en mis manos. Estaba tan débil que me sorprendió el hecho de que pudiera esquivar el espadazo o saltar a mis brazos.

<Ya casi no me queda magia... Inari-sama ya no puede protegerme... Por favor...>

'Qué te sucedió?' —Continué en mi mente.

—Cálmense todos, por el amor de dios... Está asustado... —Anuncie en voz firme, abriéndome paso entre las cajas y sentándome en el sofá. Las chicas se despegaron de la pared con recelo. Ser Rorkin enfundó el arma, mirándome como si estuviera completamente loca. El animal respondió.

<Inari-sama me encargó vigilarla luego de que viniera aquí. Iba a ser hasta que se convenciera de que estaría bien. Cuando me ordenó regresar, le rogué quedarme un poco más. Era demasiada magia, y... Me preocupé... Usted había muerto por mi culpa y... No quería que le pasara nada malo... —Sorbió por la nariz. —Inari-sama me advirtió que el Dios de este mundo se estaba impacientando... No le presté atención y... Ahora estoy aquí atrapado..! INARI-SAMAAAAAAA!> —Su llanto inundó mi cabeza, estrujándome el corazón.

'Y qué pasa con la mag..? Ay... No... Necesitas magia para vivir?' —El niño asintió.

<Inari-sama es nuestra madre. Existimos gracias a su poder mágico. Cuando me quedé aquí, el lazo que me unía a ella se cortó y tuve que vivir de mis reservas. Sin una nueva fuente de magia...> —Su voz se apagó.

'Desaparecerás...' —La tristeza en su cuerpo era palpable. Se había quedado para cuidarme, y ahora estaba igual de atrapado que yo... —'Puedes alimentarte de mí?' —Sus ojos se abrieron con un brillo de esperanza.

<De verdad!?> —La reacción me confirmó que era posible.

'No querría que desaparecieras.'

<Gracias, señorita! Muchas gracias!> —Se paró en las patas traseras y lamió mi barbilla.

—Podrían traer algo para que coma, por favor? Está muy delgado. —Kate asintió valientemente.

—Qué... Qué comen los zorros?

<Huevos! Pescado! Arroz! Crudo no, blegh!> —Su cola se movió alegremente. Cola..? Qué no tenía dos? —Volteó a verme, con la lengua escapándose por el costado de su hocico. —<Ya no tengo casi nada de magia, recuerda, señorita?> —Ah, po sí, qué pendeja.

—Pues... Filetes de pescado, huevos duros... Y arroz blanco? —Si a alguien le pareció extraño que pidiera la comida cocida, no lo mencionó. Kate asintió y salió de la habitación, seguida de Cherry, que gritó algo como "Espera, te acompaño!" y pareció aliviada de irse. —Disculpen... Si no es mucha molestia, podrían acomodar esto, por favor? —Gesticulé vagamente hacia el desastre en la habitación con expresión incómoda. No me gustaba darles órdenes directas, pero debía terminar de ponerme al día con el zorro.
Arian palideció al mirar alrededor, como si cayera en cuenta del estado de las cosas y este fuera inaceptable. Prácticamente se catapultó lejos de la pared arrasando con las cajas a su paso. Delise fue hacia el lado contrario, imitando el gesto.

Ayuda! Reencarné en la Rata!Where stories live. Discover now