Capítulo 2

238 20 0
                                    



Días antes de lo sucedido con Luz:

Amity, una joven de 16 años, se encontraba en un dilema al negarse a cumplir el pedido de su madre.

A pesar de la insistencia y la importancia que su madre le atribuye a tal solicitud, Amity se ha mantenido firme en su decisión de no llevarlo a cabo.

Narra Amity:

—¡No quiero hacerlo!- declaré de manera enojada y desafiante, inmediatamente sentí mi mejilla tornarse roja y arder debido a la cachetada que recibí por parte de mi madre.

—No me importa si quieres hacerlo o no, además es una orden que debes cumplir si quieres nuestro perdón.

—Pero esas personas no se lo merecen —dije tratando de no mostrar miedo y debilidad.

—Pues no me das otra opción, ¡Edric, Emira! ya saben que hacer.

—Por supuesto mamá, no tienes que pedirlo —mencionó mi hermana mientras se acercaba más a mi con una sonrisa maliciosa.

—N-no po-por favor no otra ve-ez por favor —estaba llorando desconsolada, anticipando el castigo que iba a recibir, no importa las veces o el tiempo que pase en ese lugar, siempre recordaré lo que sucedió en el sótano.

Años atrás:

—¡Hey manoplas! - dijo mi hermano entrando a mi habitación y posándose en el marco de la puerta.

—Agh, que pasa Edric —contesté un poco molesta por referirse a mí con ese apodo.

—Mamá y papá te necesitan en el sótano, dicen que es importante.

—¡Oh!, de acuerdo iré en seguida y por favor ya vete —inmediatamente tuve una sensación de miedo, sentía que era algo malo, no le tomé mucha importancia y decidí ignorarlo... grave error.

Cuando llegué ví a mis padres parados junto a una silla volteada.

Intrigada pregunté; ¿qué pasa? ¿por qué me llamaron?

No recibí una respuesta inmediata en cambio mi padre volteó la silla revelando a la persona que se encontraba ahí, al verla sentí que me congelaba, y el terror cubrió mi rostro.

En la silla se encontraba Boscha mi mejor amiga, de hecho mi única amiga.

Se veía golpeada y estaba sangrando por las cortadas de su rostro, en sus ojos había tristeza y sus mejillas estaban húmedas demostrando lo mucho que había llorado.

Al observar su apariencia noté que se veía muy desarreglada incluso puedo afirmar que en sus piernas había sangre, me abrumé al saber que antes de estar en esta situación había sido violada... posiblemente por mi padre.

Cuando me vió sus ojos se llenaron de esperanza por un momento y con un bajo susurro mencionó mi nombre.

—¿Qu-que pasó? ¿Qué le hicieron? —apenas y podía hablar debido al terror que sentía.

—Es una lección Amity, vamos a enseñarte nuestros métodos de tortura favoritos.

No podía argumentar palabra, tenía un nudo en mi garganta que no me permitía reaccionar, me sentía tan impotente de ver a mi amiga en ese estado y sin poder ayudarla.

—Descuida Amity nosotros te vamos a ayudar.

—¡No, no puedo hacerlo! Es mi amiga, ¿Por qué le hacen eso? —estaba luchando contra las lágrimas y tratando de no temblar.

En ese momento mi madre se acercó a mí, pude notar que en su mano traía un cuchillo, me aterré y las lágrimas se derramaron por mi rostro.

Ella se acercó y me dijo:

—Lo vas a hacer te guste o no, de lo contrario la que sufriera las consecuencias serás tú.

Tomó mi mano y me entregó el cuchillo, seguidamente me empujó junto a mi amiga quién me veía con sus ojos suplicantes mientras susurraba:

—A-mi-ty - la tristeza cubrió sus facciones y unas cuantas lágrimas brotaron de sus ojos.

Comencé a llorar mientras le pedía perdón una y otra vez, odiaba esto, no quería lastimarla, ella estuvo junto a mí cuando más necesitaba amor y atención de una persona, fué la hermana que nunca tuve y ahora iba a dañarla.

Por mi mente cruzaron todos los momentos que viví con ella recordé todos sus consejos, todas sus palabras, todas nuestras risas, e incluso nuestras bromas.

Me acerqué lo suficiente para quedar frente a ella ambas llorábamos yo de impotencia y ella de tristeza y miedo, mire con horror el cuchillo que traía en mi mano pero que de un rápido movimiento lo tomo Boscha y antes de que pudiera reaccionar ella se perforó el corazón mientras me miraba y con su último aliento me decía:

-Sé que no ibas a soportar la culpa.

Me dedicó una débil sonrisa y entonces sus ojos se apagaron.







Muriendo así frente a mis ojos.

Amor que duele [Lumity]Where stories live. Discover now