— Parce...—me murmulló Paulo, me volví a el—. Venga, tengo que hablar con usted.
Asentí y Salí del embrollo junto a Paulo, nos metimos al que parecía su camerino, había dos sofás individuales, una mesita y un librero. Tomamos asiento y me miró serio, no creí que fuera algo bueno.
— ¿No te has topado con Steve?
— No—respondí asustándome.
— Intenta no hacerlo.
Fruncí el ceño.
— ¿Por qué?
— Simón, se han vendido muchos boletos, la propaganda tuvo más alcance de lo que pensábamos.
— Eso es bueno, ¿no?
— Si, pero hacen falta lugares y servicio. Steve se encarga de eso, pero si te ve, te lleva con él a las carreras clandestinas, no quiero que te lleve a ese lugar. Eres un niño.
Hice una mueca.
— Solo me llevas cuatro años.
— Simón, por favor. No estas acostumbrado a estas cosas, a las carencias.
— Pero si al rechazo, Paulo. Además, no tengo problema con hacerme pasar por mujer de nuevo, la última vez no lo planeé y salió muy bien. Solo no tengo que hablar y no moverme. Seré como una muñeca.
— Ay, Simón— Paulo agachó la cabeza y se talló los ojos para mirarme de nuevo.
Su mandíbula se tensó, como queriéndome hacer un tipo de confesión, pero al mismo tiempo reteniendo ese secreto.
— Simón...
— ¿Qué?
— ¿No te incomoda que te confundan con una mujer?
— No...—solté con una seguridad indescriptible, con tanta precisión que parecía una respuesta automática.
Paulo estaba a punto de soltar eso que le pesaba, pero Steve entró y lo primero que hizo fue cruzar la mirada conmigo.
Destellos.
Simples destellos.
Le dije si por telepatía. Necesitábamos tiempo, y eso nos faltaba. Paulo me encimó un enorme abrigo negro que me llegaba hasta los tobillos. Perfecto para que solo lucieran mis tacones rojos, me arregló los ojos, rímel y delineado fueron suficientes. No debía quitarme el casco ni porque me amenazasen a muerte.
Fue extraño, porque me sentí más cómodo que la última vez.
Me abracé al cuerpo de Steve durante el recorrido, el atardecer nos abandonaba mientras más nos acercábamos a los oscuros barrios. Empezábamos a rodar por las primeras calles cuando Steve exclamó.
— ¡No hables ni te quites el casco! ¡¿Okay?!
— ¡Okay!
Llegamos arrasando con el tiempo, todos se empezaban a dirigir en la línea de fuego para iniciar, Steve acelero y logro hacerse espacio entre todas las motos. Bruce se volvió a nosotros con los ojos casi saliéndose. Se fijó en mí y su tono se tornó gris.
Alcancé a mirar la sonrisa socarrona que Steve le dedicó antes de empezar. Rompieron la botella y todo se volvió giros y peligro. Me pegué a la espalda del rubio, habían colocado dos montañas de llantas y la última se quemaba.
— ¡No te sueltes cariño! —me exclamó antes de pasar por ella.
Cerré mis ojos y confié en él.
![](https://img.wattpad.com/cover/318884171-288-k144714.jpg)
YOU ARE READING
El Gran Varón ||R u s m e x||
RomanceMira su forma de caminar, usa falda, lápiz labial y un carteron. Un día la fama le fue a llegar pero de su final nunca se supo la verdad. Escrito por la persona que más le amó. warning: violencia y temas delicados.
Capítulo 11
Start from the beginning