El monstruo de las noches estrelladas.

64 2 0
                                    

[...]









































Siempre he estado solo,
realmente solo.
Acompañado por una luna bruja
y mi mente soñadora.
Porque mi corazón no existía, no tenía.
Jamás me decía "oye, esto que sientes es amor".
Por lo tanto, ¿qué tanto puedo sentir la soledad?
Sí, he estado solo, ¿pero así me siento?
Ojalá, pudiera saber yo.





































                       Soy un monstruo y mi nombre es Dazai Osamu, el monstruo del bosque.
Vivo desde que tengo memoria en el bosque, asustando a la gente mala.
                       Se podría decir que éste bosque es mi hogar, aunque no lo siento de esa manera. A veces tengo el presentimiento de que no debería existir.
Sin embargo recuerdo las atrocidades que los humanos quisieron hacer en éste bosque y puedo asegurar que soy útil. Aun si estoy solo, porque los animalitos del bosque me temen, incluso si no puedo relacionarme con, exactamente, nada.

                       Esperaré. Algo debe estarme esperando en algún lado. No le importará mi fea apariencia de esqueleto, o que suelo gritar al hablar, no lo puedo evitar, gritar es lo único que he aprendido.
Soy un poco alto, a veces tanto como los árboles y suelo ser muy profundo.
Tengo tanto tiempo libre que he contado tantas estrellas que ya la tierra del bosque no me alcanza para seguirlas marcando.
                       No sé sentir, no tengo apego a nada, ni siquiera a éste bosque. Sólo vivo aquí porque en otro lugar jamás sería aceptado.

No me duele nada.
No siento nada.
No soy nada.

                       Sólo un monstruo solitario, lleno de suciedad y hojas secas, acostumbrado a ahuyentar los malos tratos de los cazadores que a los animales se quieren comer o a los leñadores que los árboles quieren asesinar.
No hay más como yo, o al menos, no he visto a ninguno.
Y si yo existo, alguien más como yo ha de haber.
Por eso esperaré.

                       Y esperé, pasaron demasiadas noches de estrellas que esperé, y me cuestioné ¿por qué quiero proteger a éste bosque? ¿Por qué debo seguir viviendo? ¿Qué vale lo suficientemente para continuar una vida llena de angustia?

                       Tantas noches solitarias para que yo, siga entregando mi vida al bosque.
Soy a veces tan inocente con mis sentimientos, quisiera aproximarme con ellos y ser su amigo, ¿cómo se entabla una relación con algo inexistente?

                       Incluso si muriera, creo que nadie vendría a este bosque, ¿verdad? Por qué lo harían si sabrían que yo los mataría.
Esa es una buena razón para, simplemente, entregarme a los brazos de la muerte. La única compañera que me querría, quizá.

                       En serio iba hacerlo, no faltaba mucho para que me clavara aquella piedra filosa a la que le saqué punta con mucho esmero y dedicación, quedó tan, pero tan filosa que apenas la agitaba contra mi dedo este lloraba en sangre.
Así que solo estaba ahí. Esperando.
Preguntándome si era una buena idea. Si valía la pena. Y me apoderó algo muy raro, una sensación de inquietud, de la nada mi respiración se descontroló y mi cuerpo en reacción comenzó a temblar.
¿Qué es este sentimiento tan abrumador? Incluso he soltado el arma improvisada que tanto me costó hacer en el suelo. Me agarré con la mano derecha el pecho, apretando mis ropas de guarda.
En serio que me había atacado una emoción muy fuerte.
Me sentí vivo. Tanto como nunca lo he estado.

Sweetie.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora