Aeternum es una palabra del latín que significa "para siempre". Se refiere a algo que dura por toda la eternidad sin fin o interrupción.
Nuestro amor es aeternum, durará para siempre; un amor inmortal.
La ausencia de un ser querido es un viaje emoc...
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Flashback 2004
- ¿Al menos me quieres?
- Rebeca, en serio lamento causarte daño.
- ¡Responde mi pregunta! – grita.
- No. – dice serio – Me gustas, sí, eres una mujer muy guapa, pero no te amo. Créeme que no intenté, pero... - da de hombros – no pude.
Fin del flashback
- "No pude" – bufa riendo - ¡Imbécil! – toma el último trago de su copa.
Rebeca viajaba esa noche de regreso a España, tenía que informar a los directores de su empresa que no se había concretado la negociación con Lom-Ent. Inicialmente quien se haría cargo de la negociación entre las empresas sería el subdirector del departamento de negocios internacionales, pero al ver enterase de que se trataba de la empresa de Esteban, decidió gestionarlo y ahora, estaba echando todo a perder. Definitivamente su plan de seducir al moreno con la intención de provocar a Marcia, le traería muchas consecuencias.
Durante todo el trayecto al aeropuerto se la pasó ingeniando como remedir la situación y no ver comprometido su puesto de trabajo.
Mientras tanto en la mansión Lombardo... 9:40 p.m.
- No me dijo nada. – susurra volteado a su alrededor.
- Pero ¿tú como la ves? – pregunta en el mismo tono.
- Normal. Si no fuera porque sé lo que pasó hoy, créeme que ni cuenta me daría. – se calla cuando escucha el tacón chocar con el piso.
- Bueno, a dormir que mañana madrugamos. – aparece con su taza de té.
- Buenas noches mamita. – la abraza – Ay, perdón. – se disculpa cuando casi choca con la taza – Buenas noches vico... - besa el vientre.
- Vico –repite bufando.
- Buenas noches, papito. – ríe y besa su mejilla.
- Que descanses hija. – le devuelve el beso – yo no entiendo como sigues usando esos tacones con chica panza que te tarcas. – niega ofreciéndole su brazo.
- Ay no están tan altos – suben las escaleras.
- Marcia, me llegas pasadito del hombro y ahorita me llegas a la altura de los ojos, claro que están altos y además la panza ya está grande, pesa.
- ¿Quién te entiende? – sube las escaleras – En la mañana decías que aún era pequeña, que quieres que se note más y ahora dices que es grande. Eres un exagerado. – ríe entrando al cuarto.
- No soy exagerado. – cierra la puerta.
- Claro que lo eres. – deja su té en la mesita de noche.
