Aeternum es una palabra del latín que significa "para siempre". Se refiere a algo que dura por toda la eternidad sin fin o interrupción.
Nuestro amor es aeternum, durará para siempre; un amor inmortal.
La ausencia de un ser querido es un viaje emoc...
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- Si te soy honesto, me desconcierta el regreso de Rebeca, presiento que no tiene buenas intenciones. Ella sabía quiénes éramos nosotros y a pesar de que hicimos las negociaciones con el tal Alcocer, vino ella. – acaricia su vientre.
Esteban recostados en el sofá, ella recargada en su pecho y él con ambas manos posadas en el vientre buscando que la bebé volviera a moverse.
- Cierto... pero no te abrumes por eso, ya ella nos lo hará saber. Además, le vas a contar la verdad a Rafa. Él es un niño bueno, comprensivo, paciente, dudo mucho que reaccione mal. – lo alienta – Claro no es como que se vaya a poner feliz por saber que su madre lo dejó así sin más, pero no reaccionará mal contigo.
- Ese niño es la nobleza en persona... - sonríe - ¿¡Se movió!?
- ¡Sí! – coloca la mano encima de la suya – Me parece que va a ser una bebé muy activa.
- Bueno, con tanta gente encima de ella, a ver si no se cohíbe.
- ¿Quieres ir a casa? – voltea a verlo – Quizás estés cansado por el día de hoy.
- Preferiría quedarme a trabajar un rato – acaricia su mejilla - ¿Te vienes a mi oficina para trabajar juntos? Quiero sentir cada que la peque se mueva.
- Mmmm, ya salió el peine. – se endereza.
- Marcia...
- Es broma – ríe – voy a pedirle a Alba que me mande las carpetas que tengo que revisar.
- Déjame te ayudo a levantarte.
- Ni que estuviera a punto de reventar, Esteban. – acepta la ayuda.
- El sillón es muy bajito – la toma de la cintura – y tú eres alta... - la observa toda– a mí me gusta mucho de esta. – dice antes de besarla descaradamente.
Trabajaron bastante hasta el almuerzo, salieron a comer a uno de sus restaurantes favoritos, regresaron para continuar con su trabajo y antes del anochecer, partieron a casa.
- ¡Hola! Regresaron temprano – baja las escaleras - ¿Cómo les fue?
- Muy bien mi cielo – besa su mejilla - ¿y tu hermano?
- Acá ando. – sale de la cocina.
- Hola hijo. – lo abraza.
- ¿Qué tal? – se separa – Ma. – la abraza, separándose de ella al sentir algo moverse entre su madre y él.
- La estas aplastando. – sonríe al ver su cara.
- ¿Ella...? – señala el vientre.
- Mmhju – asiente.
- ¡NO! – abre la boca formando una O perfecta.
- ¿Qué? – se separa de su padre.
- Lucía... abraza a mamá. – la jala – pero fuerte.
