09. VESANIA

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       En algún lugar del Mar Egeo, una aeronave tipo quinjet de Los Vengadores sobrevuela las aguas. El vehículo está pilotado por la ex espía del KGB y actual miembro de SHIELD: Natasha Romanoff, más conocida como Viuda Negra, de cabello pelirrojo corto y porte atlético, que viste su característico traje negro de combate con arpones eléctricos en las muñequeras y un cinturón dorado que esconde diferentes gadgets. Junto a ella está Felicia Hardy, quien viste su nuevo traje de Gata Negra creado por Tony Stark, quien inspecciona las profundidades marinas, equipado con su armadura de Iron Man junto a su compañero, el ex teniente de las fuerzas aéreas de los Estados Unidos y amigo, James Rhodes, Rhodey, equipado con su armadura de Máquina de Guerra. Buscan alguna pista que los lleve hasta el paradero de Peter y Mary Jane. Felicia, desde el jet, habla por el canal abierto de radio.

       —Otra duda: si ahora soy parte de los Vengadores, ¿dónde está mi jefa, Ms. Marvel?

       —Considéralo una prueba; si la superas, Ms. Marvel te dará órdenes hasta que te estalle la cabeza —responde Tony.

       —¡Para el carro! Si estoy aquí es por Peter y Mary Jane; lo de unirme a Los Vengadores...

       —Entonces despídete de ese bonito traje —dice Tony.

       —Tampoco nos precipitemos... —contesta Felicia—. Reconozco que tienes buen gusto para el diseño... Lo cual me recuerda que tengo otra duda. ¿Sabe Ms. Marvel algo de lo que estamos haciendo? —No hay respuesta—. ¿Tony? ¡Eh, Tony! ¿Estás ahí...? ¿Rhodey...? ¡Que os den!

       —No estás siendo justa con Tony —dice Natasha, pulsando el piloto automático del quinjet.

       —No sé qué tipo de relación tienes con ese engreído, pero le hará falta más que un traje de combate tremendamente sexy para convertirme en su perrito faldero.

       Natasha la observa, condescendiente.

       —No es perfecto, pero intenta que este mundo sí, por complicado que parezca... Ya te darás cuenta; pero te está dando una oportunidad única, como a muchos otros antes.

       Felicia frunce el ceño.

       —¿Te lo estás tirando de nuevo? —pregunta ella. Natasha no responde a la provocación. Felicia prosigue—. Conoces eso de "quien calla, otorga", ¿verdad? —Haciendo honor a su entrenamiento en el KGB y a su adiestramiento ninja, Natasha permanece impasible. Felicia continúa—: ¡Venga! Me lo puedes contar. ¿Es bueno en la cama?

       —Mi paciencia tiene un límite y no tendría el menor problema en estrellar esta nave, contigo dentro.

       —Entiendo... —responde Felicia, pensativa—. ¿Y DareDevil? Se comenta que estuvisteis...

       —Felicia, ¡por favor! —interviene Tony.

       —¿Estabas escuchando? —pregunta Felicia.

       —Típico... —asevera Natasha.

       —¿Qué pasa, Tony? ¿Tienes celos del cuernecitos? —dice Felicia.

       —¡Corto y cierro! —dice Natasha, apagando la radio. Se gira hacia Felicia con una mirada acusadora —. Te tiro al mar y dejo que te ahogues.

       —¡Eh, no te enfades! Solo bromeaba. Me he pasado casi cuatro días encerrada en una habitación de hospital... Necesito algo de acción... —Felicia aclara—. Es decir, patear culos y romper narices.

       —Entonces dime: ¿entre tú y Peter...?

       Felicia se detiene a pensar su respuesta.

SPIDER-MAN: UNA VIDA MÁSWhere stories live. Discover now