PRÓLOGO: LA ANOMALÍA

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Nota del autor:

La siguiente historia es una versión alternativa o what if... del cómic "UN DÍA MÁS", escrito por J. M. Straczynski e ilustrado por Joe Quesaday Publicado por Marvel en 2007. Dicho cómic fue muy controvertido entre los lectores del trepamuros hasta el punto de ser rebautizado por los fans como  el Mefistazo.  Por si os resulta interesante, el punto de partida de "UNA VIDA MÁS" es inmediatamente después a "The Amazing Spider-Man 544", el primer número de los cuatro que componen "UN DÍA MÁS/ONE MORE DAY".
Sin más, GRACIAS por uniros a esta spider-aventura y espero que DISFRUTEIS de UNA VIDA MÁS
¡SPIDER-SALUDOS! 🤟🏻🕸️❤️💙

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PRÓLOGO: LA ANOMALÍA


      Destino, azar, libre albedrío. ¿Acaso somos dueños de nuestros actos? O, por el contrario, ¿somos prisioneros de nuestras decisiones?

      Soy Uatu, El Vigilante, y mi misión es observar. Honor reservado a los de mi especie; que desde tiempos inmemoriales lo ha visto todo, hasta lo que seres más antiguos que el mismo universo ignoran. Pues de entre las innumerables galaxias que nacen y terminan colisionando entre sí, surgen infinidad de minúsculas vidas, protagonistas de sucesos tan ignominiosos y esplendorosos como la caída y la resurrección de la inevitable Fuerza Fénix, o acontecimientos tan imperiosos como la defensora Fuerza Enigma, incansable en su afán de hallar un protector para el mundo, para la galaxia, para el cosmos.

      ¿Pero qué son estas entidades cósmicas sin un ser vivo en el que manifestarse? Nada. Como nada ven, los seres ancestrales, de los humanos, cuya efímera existencia está llena de hazañas que tengo el privilegio de admirar, desde mi hogar, la Luna. Privilegiada misión que es, a su vez, mi mayor castigo. Millares de años han transcurrido desde que mis ojos fueron deslumbrados por la belleza de una recién nacida Tierra. Lo recuerdo como si tuviera lugar en este preciso instante. Instante en el que contemplo, con gran pesar, cómo la especie más digna e indigna de cuantas han poblado tan excelso planeta camina hacia el abismo intentando manejar fuerzas que escapan al mismo control de los seres ancestrales. Mi gran amor está en peligro y no se me permite actuar. Hacerlo, sería romper mi juramento: nunca intervenir. Solo y siempre, observar.

      —¿Y bien?; ¿qué opinas, mi buen Stephen Strange?

      —Que has olvidado mencionar tus tres metros de altura y prominente cabeza calva. Si vas a ser el protagonista de tu manuscrito, quienes vayan a leerlo deberían saber cómo imaginarte. Por no mencionar tu túnica blanca, la capa y la toga azules, similares al periodo clásico de los humanos, así como tu medallón dorado del pecho.

      —Creo que no has prestado la debida atención. Yo no soy el protagonista de esta historia, si no los humanos.

      —A quienes intento proteger mientras tú me distraes con tus batallitas.

      —Creía que podías proteger nuestra dimensión desde cualquier lugar y bajo cualquier circunstancia, a no ser que el poder del hechicero supremo, maestro de las artes místicas, no sea tal.

      —Buen intento, Uatu. No obstante, sí que preciso estar concentrado para custodiar nuestra dimensión mediante mi forma astral mientras mantengo activado el hechizo que impide que mi cuerpo mortal se congele en este páramo helado que es el Ártico.

      —Páramo en el que elegiste exiliarte y al que, pareces olvidar, te visito asiduamente.

      —Y te lo agradezco, pero mi exilio no son vacaciones.

      —Entonces, ¿por qué sigues aquí si el conflicto ya terminó?

      —El conflicto, no sus consecuencias. Desde que hace un año Wanda Maximoff creó aquella realidad alternativa que desembocó en el llamado Día M, que eliminó los poderes mutantes de millones de personas, todo ha sido caos: Las guerras secretas de Latveria, el Acta de Registro de Superhumanos, Tony y Peter revelando sus identidades al mundo...

      —Sí, mi buen Stephen. Sucesos convulsos, por los que el mundo está pagando un alto precio. Ni siquiera Steve Rogers, el honorable Capitán América, asesinado vilmente, ha pagado tan caro las consecuencias de la reciente guerra entre compañeros, si no es que hermanos, superhéroes.

      —No me mires así, ya te expliqué por qué debía y debo mantenerme neutral en dicho conflicto.

      —Tu juramento no fue el de observar, si no el de proteger. Tu imparcialidad derivó en trágicas consecuencias. Por ejemplo, para la familia de Peter Parker.

      —Peter debe aceptar el curso natural de las cosas.

      —Pero no está en su naturaleza cruzarse de brazos. Actuar es su sino... No puede ser de otra manera para el protector de las realidades multiversales.

      —¿Protector de las realidades? ¿Peter? ¿Nuestro Peter? Creía que hablábamos de la triste, pero inminente muerte de su tía... ¡Por las escamas del gran Valtorr!

      —¡Sí, Stephen! Yo también percibo la anomalía.

      —Es como si la existencia de una persona se manifestara mediante diferentes consciencias...

      —Me temo que no es la única presencia que debe preocuparnos. Tenemos visita.

      —¡Cassandra! La amiga médium de Peter... ¿Qué sucede? ¿Por qué envías tu proyección astral hasta nosotros?

      —Vengo a advertirte, Strange. Tu existencia al igual que la del incauto Peter llega a su fin. En cuanto la ruptura del tiempo y del espacio disocie vuestra forma astral de vuestro yo corpóreo seréis parte del vacío absoluto... No más Stephen Strange. No más Peter Parker.

      —¿Dices que moriremos?

      —Digo que seréis erradicados del tiempo y del espacio. Jamás habréis existido.

      —¿Cómo es posible? ¿Acaso hemos ofendido u ofenderemos a alguna entidad ancestral?

      —Tu hechizo, Strange. Tu eres el responsable.

      —¿Qué dices, Cassandra? Yo jamás haría daño a...

      {¿Estoy muerto?Porque si estoymuerto... ¿quién o qué está haciendo esta pregunta?}

      —¡Por los Vishanti! Esa voz... ¡Es Peter!

      {¿Doc? ¿Doc, eres...?}

      —Lo percibo: el continuo espacio-tiempo se rompe... El vacío absoluto. ¡La nada!

      {Sí, eres tú.}

      —¡La médium tiene razón, Strange! ¡Búscale! ¡Encuentra y salva al protector! Antes de que la anomalía agriete toda realidad de manera irreversible. Mientras, yo... Yo observo.








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