DESCONCIERTO

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Maruko, se cubría el rostro con las manos, por segundos se tallaba los ojos como una pequeña desconsolada.

Sentí como si una bola de metal en caída libre se impactará contra mi estómago, los peores escenarios se formaron en mi cabeza. Corrí hacia Maruko, la tomé de los hombros, lloraba desconsolada.

— ¡Vámonos de aquí, hermano!

Sin responder observé a Mustang corriendo entre la multitud, la consternación se apoderó de él, buscaba a Maruko entre las personas. Al verlo salí corriendo para darle un buen golpe por lastimar a mi hermana, pero Maruko me detuvo.

— No, hermano, él no tiene nada que ver... Tan solo... estoy harto...

Sentí los brazos de Maruko abrazando mi cintura, con la resistencia qu opondría un bebé frente a un adulto, me contuve y grié:

— ¡Más te vale, no haberte pasado! — Sentencié mientras señalaba a Mustang con el dedo.

— Por favor hermano...

Abracé a Maruko, sentí el estómago enmarañado, calor emanando de cada uno de mis poros, era como un volcán exhalando las últimas fumarolas antes de la gran explosión.

Yuuki se unió a nosotros tras intercambiar algunas palabras con Mustang quien se perdió con la multitud.

Durante el trayecto, las personas dejaron de tener rostro, eran simples figuras de papel desvaneciéndose a nuestro paso. Así hasta llegar a la seguridad del automóvil.

Maruko se tumbó sobre el regazo de Yuuki, lloró hasta quedarse dormida mientras cruzábamos la ciudad en el atardecer dominical.

Yuuki acarició el cabello de Maruko mientras veíamos el sol caer, el maternal gesto me tranquilizó, la duda carcomía mi cabeza, ¿qué habría pasado entre Maruko y Mustang?

¿Habíamos cometido un error al salir con él?

— No te atormentes, todo estará bien.— Yuuki rompió el silencio.

— Tengo mucho en la cabeza... Quizás esto no es lo mejor para mi hermano.

— ¿De qué hablas?

— Eso de vestirse como mujer le traerá más lágrimas de las que tuvo hoy.

— Yuji... Estás siendo muy injusto, no sabes qué pasó, tampoco si está relacionado con como quiera vestirse, estamos aquí para apoyarlo.

— Lo siento... Es que hoy lo vi tan feliz como Maruko, que olvide el problema, jamás será aceptado por todos.

— Y será más difícil si tú, su hermano, no logras aceptarlo tal cual es.

— Es difícil...

— Pero posible — interrumpió Yuuki

— Lo que habla por ti es el miedo, el miedo de no poderlo proteger, miedo de que tal vez sus decisiones no serán sencillas, pero le traen esa felicidad que viste.

— En momentos como este me pregunto si soy el mejor modelo para él.

— Eres muy lindo Yuji, tratas de comprenderlo y a pesar de que no es tu responsabilidad tratas de protegerlo.

Las palabras de Yuuki se depositaron dentro de mi cabeza como un ave construyendo el nido. Con el nudo en la garganta, me limité a guardar silencio hasta llegar a casa.

Mi hermano es un femboyWhere stories live. Discover now