18 | La séptima trompeta

191 54 56
                                    


No me lo pienso ni un segundo. Me aferro al bate, recojo el cuchillo que Tae ha dejado caer y que centellea frente a mí y me arrastro fuera.

—Jung Kook, no seas inconsciente. No vayas.

Las palabras de Nam Joon resuenan con aprehensión mientras me apoyo sobre los codos para disnernir, entre lágrimas, si hay algún espacio por delante que no esté dominado por la sombra.

—Tae ha caído y es espantoso pero no puedes hacer nada.

No, me niego a aceptarlo. Me niego. Necesito creer que está luchando contra los muertos o que es tan fuerte que la oscuridad no va a poder poseerle. Necesito pensar que va a resistir de algún modo imposible porque confía en que yo cumpla con lo que me pidió. Dijo que los enfrentara y eso es lo que voy a hacer.

—¡Cuidado! —Nam Joon da un grito cuando uno de esos zombies, si es que se les puede llamar así, se me tira sobre la espalda—. ¡Ay, madre mía! ¡Kook!

Hago lo indecible para evitar que me muerda y voltearme. Termino boca arriba, con ese ser pegado a la cara lanzándome frenéticas dentelladas. Le pongo el bate en el cuello y empujo hacia atrás.

—Joder... —El lamento de mi compañero resuena de fondo—. Vamos a morir todos... Esto ha sido muy mala idea... No debimos salir...

No alcanzo a escuchar más. En un instante, he sacado fuerza de donde no las tengo y me he liberado del cadáver de un empellón. Me siento. Retrocedo por inercia hacia atrás. El zombie se incorpora. Se me va a volver a tirar encima y lo peor es que ahora cinco más le acompañan. Mi espalda choca con la chapa del auto en donde perdí de vista a Tae. He entrado en la zona oscura, en donde esos entes doblegan la mente de los vivos y levantan a los muertos y un tenso silencio sustituye al caos.

Todo desaparece. No hay atacante ni coches ni luces que parpadean. No hay gruñidos ni golpes. Solo estoy yo, en medio de un inmenso vacío, y él. Ese otro yo que en realidad no soy yo.

—Ya iba siendo hora de que vinieras. —Se arrodilla y sus facciones dibujan un gesto de condecencia—. Te esperaba.

Un vaho helado me cala en los huesos.

—¿Por qué? —Apenas me sale la voz—. ¿Por qué a mí?

—Porque sufres y has llorado mucho —Sonríe—. Porque nadie te quiere. Eres diferente a ellos. Diferente a todos.

Yo... Soy... ¿Diferente?

—Eres el individuo más preciado en esta maltrecha humanidad —prosigue—. Y yo estoy aquí para brindarte la oportunidad de que ocupes la posición que te corresponde y te vengues por el dolor acumulado. ¿No es eso lo que cualquiera desearía?

"Siempre quise hacer esto".

Es curioso pero, a pesar de todo, le encuentro cierta lógica a sus palabras. Cielos, ¿pero qué me pasa? ¿Por qué no me parece un disparate? Lo comprendo y...

No. Alto. STOP. Es como una obsesión. Una idea absurda que me creo pero que no es verdad. STOP.

—Puede —respondo—. O puede que no.

—¿A qué vienen tantas dudas, mi querido yo? —insiste—. Tu padre te golpeaba con una vara cada vez que te entraba una crisis de TOC y tu madre se quedaba quieta y le dejaba hacer sin defenderte. Y luego te echaron de casa, ¿recuerdas? ¿Recuerdas cuando, en la Universidad, un supuesto amigo se burló de ti y te vació el agua del retrete en la cabeza para comprobar si era cierto que tenías un trastorno?

Una punzada de dolor se me instaura en el pecho. Sí, lo recuerdo.

—Su Ji, tu amiga del alma, no te quiere tanto como dice porque te ocultó su situación con su ex novio y eso significa que, después de todo, no confía en ti —sisea—. Y no es nuevo que Jimin te detesta, ¿verdad? Te odia.

APOCALYPSE 《TaeKook》[#PGP2024]Where stories live. Discover now