10 | Sus cadaveres se levantarán

220 57 24
                                    

Un tipo con la cara explotada empieza a golpear mi ventana. Ahogo una exclamación. Las cuencas de sus ojos están vacías, como si alguien le hubiera arrancado los globos oculares, pero aún así parece saber que estoy ahí. Otra mujer, con la piel del brazo hecha jirones y trozos del hueso al descubierto, le imita. Un grupo se acerca a la parte trasera del coche y nos impide retroceder. No puedo creer lo que estoy viendo. ¡De verdad, no puedo!

—Mierda. —Su Ji volantea, agobiada—. ¡Mierda! ¿Qué es esto? ¡Qué está pasando!

Tres adolescentes jóvenes con los uniformes de Preparatoria manchados de su propia sangre y los cráneos reventados a golpes, se nos atraviesan. Uno de ellos trata de subirse al capó. Mi amiga grita, presa del pánico. Nam Joon se queda tieso y Tae murmura algo que no consigo entender porque no soy capaz de procesar nada. Nos están rodeando y no puedo pensar.

—Ay... Dios... Dios... —Mi amiga detiene el auto. Está aterrada y no es para menos—. Dios, por favor, ten piedad de nosotros.

—¡No frenes! —La entereza de Tae me resulta admirable—. ¡Llévatelos por delante! —La indica—. ¡Vamos! ¡Vamos! ¡Hay que moverse!

Los golpes en las ventanas se multiplican. El techo suena y se abomba como una lata. Se han subido y están intentando romper la estructura a trastazos.

—No puedo. —Ella se encoje y empieza a temblar—. No... No puedo...

—¡Pero ellos ya están muertos y nosotros todavía no!

—¡Lo sé muy bien! —Su Ji caer la cabeza sobre el volante y se la cubre con los brazos—. Ya lo sé pero... —Rompe a llorar—. ¡Aún así, no puedo!

Los cadáveres se arremolinan a nuestro alrededor. Sus rostros están desfigurados y algunos también desmembrados. Me quedo en schock al ver a una señora arrastrarse por el suelo, usando su único brazo, mientras su vestido de flores, lleno de mugre y coágulos de sangre, barre el asfalto, y el terror me invade cuando otra se abalanza sobre mi cristal y empieza a darse cabezazos contra él, dejando la superficie impregnada de fluidos rojizos.

—Su Ji... —Me estremezco ante cada estallido—. Su Ji, por favor, arranca... —Me tapo los oídos—. Su Ji, arranca...

Su respuesta es solo un sollozo.

—¡Niña estúpida, conduce! —La animadversión de Nam Joon retumba histérica—. ¡Nos van a matar por tu culpa!

—¡Entonces hazlo tu! —La aludida se revuelve, sin dejar de llorar—. ¡Si tan estúpida te parezco, asume el mando y atropéllalos!

—¿Qué pasa, ah? ¿Crees que no puedo?

El coche empieza a tambalearse y a crujir.

—No... discutáis... —El pulso se me acelera—. Por favor... No peleéis...

Seguimos sin movernos. El vehículo se mece con violencia. Cada vez son más. Busco con desesperación los ojos castaños de Tae y él bucea en los míos unos segundos, hasta que se echa hacia delante.

—Yo lo haré. —Pasa por encima de la palanca de cambios y obliga a mi amiga a hacerse a un lado y retorcerse por encima de su enemigo declarado hasta terminar a mi lado—. Voy a barrer del mapa toda esta mierda.

Arranca el motor. Le escucho apretar el acelerador como si se preparara para una carrera. Las sombras oscuras se ciernen a poco metros de nosotros, sobre las paredes del edificio más próximo. Sigo sin saber lo que son pero, después de lo de la señora Ri, he entendido que ellas son parte de lo que ocurre. Hay que evitarlas a toda costa.

—No vayas de frente —le prevengo—. Da marcha atrás.

Tae revisa todas las lunas. Parece casulidad pero los muertos se están concentrando a nuestra espalda.

APOCALYPSE 《TaeKook》[#PGP2024]Where stories live. Discover now