8. La arañita.

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⚠️advertencia: mención de drogas, sexo no explícito, violencia callejera y violencia en general

Durante la mañana del día siguiente Ariadna no prestó atención a nada, su mente estaba constantemente debatiéndose sobre lo que debería hacer con sus poderes, tal vez pudiera hacer algo para ayudar a la ciudad, algo más directo que solo ser la cara pública de Industrias Hicorp, algo que limpie Nueva York de los delincuentes que hacían la vida imposible a sus habitantes... pero tenía miedo.

Cuando Xián y ella regresaron a casa después de recoger a sus gatos, Xián se quedó trabajando en un proyecto con la puerta de la habitación cerrada y con Martín en el regazo, Ariadna trató de calmar sus nervios con todos los métodos que podía: té, yoga, una serie o libro, acariciar a sus gatos, etc. Nada parecía funcionar por lo que decidió utilizar su último recurso, peligroso dada la hora que era pero tal vez daría mejores resultados: pasear por las calles. Entró a la habitación de Xián para avisarle de que salía encontrándose con un desastre, el cuarto de su prima siempre había estado desordenado, tanto el que tenía en casa de los tíos Huan y Juan como el del apartamento, sin embargo nunca había visto tantos retazos de tela en el suelo.

—¿Qué... es esto? —preguntó Ariadna señalando el suelo.

—¡Es una sorpresa! —respondió Xián emocionada y le entregó una caja negra que usaban para guardar distintas cosas.

Ariadna deshizo el lazo y levantó la tapa.

—¡Esto es...! —abrió los ojos asombrada.

—¡Sí! Lo hice para ti, me tomó toda la noche pero valió totalmente la pena —sonrió Xián viendo como Ariadna levantaba el traje que le había hecho.

—Es precioso, gracias —Ariadna abrazó a Xián y le dio un beso en la mejilla.

Ariadna se puso el traje y debía decir que estaba muy bien hecho, Xián siempre fue buena creando con sus manos, desde maquetas hechas al mínimo detalle hasta brazos robóticos que le ayudaban a bajar cosas de estantes altos, todo lo que imaginaba lo creaba y ese traje no era una excepción. Era un traje compuesto por unas medias y hombreras rojas, un mono corto de color negro con una telaraña cosida, un cinturón rosa claro, una prenda superior transparente con un patrón de telaraña más grande y una máscara aparte que le recordaba al de Hobie. Pasó los dedos por el bordado amarillo de la máscara y la araña en su pecho.

—Es para darte suerte —Xián tenía las manos en la espalda escondiendo otro regalo para su prima—. Inclínate un momento —Ariadna hizo lo que le pidió y esperó a que Xián terminara de hacer lo suyo, pudo ver de reojo como la bajita le separaba el pelo en dos colas de caballo y cuando intentó mirar lo que estaba haciendo se sobresaltó por un brusco movimiento en su cabello seguido de dos "¡Clip!"— ¡Sorpresa! Lo tenía reservado para tu cumpleaños pero creí que te sería más útil ahora, no puedes patear villanos con el pelo suelto —levantó un pequeño espejo enseñándole su nuevo peinado, dos moños recogidos por dos pequeños dispositivos con la forma de un aro rojo—. Así no tendrás que perder tiempo recogiéndote el pelo.

—Pero esto es un traje de superhéroe, no sé si voy a convertirme en una, es todo tan repentino que... —sus manos temblaban agarrando la máscara y le costaba respirar.

Xián acunó las mejillas de su prima entre sus manos y mantuvo contacto visual con una mirada reconfortante que le recordaba al del tío Huan.

—Ari, no tienes porqué decidir esta noche, te he regalado esto por no porque te esté presionando a tomar una decisión, es por si acaso lo necesites, si no lo vas a usar podemos guardarlo en el fondo del armario y nos olvidamos de esto —la abrazó tranquilizándola parcialmente.

Un salto de fe. (Miles G. Morales 42)Where stories live. Discover now