5. No me busques imbécil.

537 60 23
                                    

Ariadna inclinó el respaldo del asiento y cerró los ojos, no se dio cuenta de la pequeña araña que trepaba por su clavícula hasta que el minúsculo arácnido la mordió, ella se despertó confundida y pegó un manotazo sobre la arañita antes de volver a dormir.

Cuando llegaron tío Juan despertó a su sobrina quien medio dormida fue caminando hasta la puerta con pasos de zombie. Entraron a la casa y echaron los tres cerrojos antes de subir a las habitaciones, tío Juan le hizo un té de lavanda para ayudarla a descansar. A pesar de vivir por su cuenta junto a tu prima, para sus tíos ellas dos seguían siendo sus niñas, sus pequeños tesoros que proteger y enseñar a enfrentarse al mundo.

Los cuartos tanto el de Ariadna como el de Xián seguían tal y como lo habían dejado, los tíos de las adolescentes se aseguraban de limpiar sus habitaciones dejándolos listo para cuando Xián y Ariadna fueran a quedarse los fines de semana.

La habitación de Ariadna estaba pintada de turquesa decorado con todo tipo de cosas, desde coloridos juguetes a libros de edición limitada y una planta que seguía viva gracias sólo al tío Huan. Tenía un escritorio y una silla de madera, una estantería pegada a la pared encima del escritorio, al lado del escritorio estaba su cama pegada a la pared y bajo la ventana, había una estantería en vertical frente a la cama y al lado un armario.

Ariadna se quitó toda la ropa excepto la ropa interior y la camisa, se metió directamente en la cama con el calor del té de lavanda todavía en su garganta. Tío Juan entró a la habitación, arropó a su sobrina para darle un beso de buenas noches en la frente antes de irse y cerrar la puerta. Caminó cansado hasta la habitación que compartía con el tío Huan porque era la más grande y no querían ocupar las de sus niñas, hasta ese día ninguno de los dos hombres entendía por qué todo el mundo pensaba que eran pareja, si dormían sin tocarse las manos. Se cambió a su pijama y se metió a la cama, era la primera vez que dormía solo, extrañó la presencia del tío Huan y Taco en la otra mitad de la cama más de lo que se esperaba. Acarició la parte vacía de la cama suspirando, esperaba que estuvieran bien y descansaran también. Con eso en mente, apagó la luz de la mesita de noche y se durmió.

Miles siguió mirando el escritorio de Ariadna, juraba no estar loco pero en ocasiones podía escuchar la desagradable voz de la chica contando un chiste que solo a ella le hacía gracia

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Miles siguió mirando el escritorio de Ariadna, juraba no estar loco pero en ocasiones podía escuchar la desagradable voz de la chica contando un chiste que solo a ella le hacía gracia. ¿Tal vez era su cerebro jugándole una mala broma?

Pasó el resto del día en un constante intento de prestar atención a la clase o dibujar en su libreta para pensar en cualquier cosa menos en lo que pasó ayer. Al final acabó haciendo varios dibujos de Ariadna con el pelo mojado por el agua, ella vestida con un traje típico y también usando un traje de superhéroe, no fue difícil, conocía su anatomía. Iba por el quinto dibujo cuando Ganke se le acercó por detrás.

—Creí que la odiabas —dijo mirando los dibujos de la libreta por encima del hombro de Miles.

Miles giró la cabeza sobresaltado, estaba concentrado en sus trazos y no se dio cuenta de la presencia de su amigo. Rápidamente cerró la libreta y la escondió dentro de la chaqueta de su uniforme.

Un salto de fe. (Miles G. Morales 42)Where stories live. Discover now