Capítulo 1: Rojo y púrpura.

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Otoño. Aquella estación del año en la cual, las calles del pueblo se cubrían de hojas anaranjadas, las ventas de dulces y calabazas aumentaban inexplicablemente y la gente empezaba a decorar sus recintos con todo tipo de cacharros extraños; pasando desde telas de arañas hechas por y para arañas, hasta murciélagos estáticos pegados en los pasillos de la escuela. No había duda alguna de que esa época del año era la más querida por la mayoría de gente, mientras que otros preferían más los inviernos o veranos. De cualquier forma, el joven Kris parecía incluso más distraído de lo usual: caminaba por un sendero lleno de árboles, contemplando el suelo a sus pies mientras se perdía en sus propios pensamientos complejos y difíciles de entender hasta para él.

-¡Oye, Kris!- Eso, hasta que una voz le hizo salir de ese trance del que él mismo se había metido. -En serio, debes dejar de dormirte despierto. Te afectará aquí, hombre.- Bromeó la joven Susie mientras presionaba con sus zarpas la cabeza del humano y lo miraba con una expresión divertida. Después de su divertida odisea, Kris y Susie se habían vuelto muy buenos amigos. Salían juntos, comían juntos e iban con regularidad a la casa del otro: básicamente, parecían uña y carne. Esto ultimo, sorprendía mucho a los demás estudiantes de su clase, ya que no se esperaban que estos dos se volviesen así de unidos de la nada. Inclusive la Srta. Alphys estaba impresionada al respecto, pero eso no quitaba que se sintiera atemorizada de la monstruo.

-Cambiando de tema, ¿a dónde me llevas? Nunca vine por este lado del bosque.- Preguntó curiosa la púrpura mientras miraba al humano con una expresión de duda pero manteniendo su sonrisa. Kris le explicó que solía caminar con su hermano mayor por ahí y que conocía bien el camino. Ella pareció comprender pero ya que habían tocado el tema, preguntó con serenidad.

-¿Tu hermano no iba a venir hace unas cuantas semanas?- Kris se encogió de hombros mientras le explicaba a su amiga el desastre que era la organización en la universidad de su hermano. El humano parecía incómodo recordando lo emocionado que estaba de ver a su hermano hace un tiempo atrás, Susie notó esto y trató de alivianar un poco la conversación.

-Heh, ya quisiera verte siendo incluso más aún como un cerebrito.- Dijo riendo mientras codeaba de forma amistosa y juguetona al castaño, quien no pudo evitar sonreír tontamente al negar con la cabeza. La idea de parecer un nerd como su hermano o como cierto pajarraco azul, le parecía muy graciosa y totalmente fuera de lugar para él. Mientras más se adentraban en el espeso bosque, más se alejaban del pueblo y mayor era la cantidad de hojas secas que dejaban atrás. Kris se detuvo por un momento y volteó a mirar a su compañera de viaje. La joven, curiosa le preguntó:

-¿Por qué nos detenemos?- El castaño le explicó que ya casi habían llegado y que tenían que escalar una pequeña colina. Susie asintió calmadamente hasta que el joven le extendió su mano para que ella la tomase. Ella pareció dudar por un momento, y aunque estando algo avergonzada, le dio la mano a su amigo, quien empezó a avanzar hasta la colina antes mencionada.

La monstruo miraba expectante al humano en silencio mientras dejaba que él la guiara de la mano. Unos instantes pasaron hasta que ella le despegó la vista de encima y empezó a contemplar el lugar: los árboles se habían quedado atrás, a excepción de uno al que se acercaban. El joven, le explicó que cuando venía con su hermano, siempre se sentaban en el tronco de aquel árbol, el cual, tenía tallado unos dibujos bastante primitivos del castaño hace mucho tiempo en la corteza del tronco. Al llegar, Kris se sentó y le hizo un espacio a su lado a Susie para que ella se sentase y, a continuación, comenzó a mostrarle la razón de aquella salida: un hermoso y cálido panorama revelaba la lejanía del pueblo, cubierta y rodeada por el bosque naranja en el que se encontraban unos minutos atrás. El sol cubría suavemente el sector mientras las hojas se mecían de un lado a otro por las pequeñas brisas que había en el ambiente. La monstruo quedó maravillada contemplando el paisaje, y en un tono divertido, le dijo:

-Bueno, supongo que valió la pena toda esta caminata que me obligaste a hacer, ¿eh?- El castaño sonrió al comentario y se apoyó en el hombro de su amiga. Ella, igualmente, puso una sonrisa tonta en su cara y se recargó levemente hacia el humano. La tarde entera para ambos se fue en observar el paisaje mientras el sol se iba escondiendo poco a poco en el horizonte, dejando ver un panorama cálido y bastante acogedor. El silencio no era para nada incómodo, ambos amigos se sentían en paz junto a la compañía del otro mientras solían regalarse diversas sonrisas entre ellos dos. Parecía que el ambiente estaba en armonía con ellos, brindando leves y suaves vientos a los rostros de ambos, quienes contemplaban la vista con júbilo y tranquilidad. Luego de un rato, Susie rompió el silencio al preguntarle al humano lo siguiente:

-¿Puedo hacerte una pregunta?- El castaño abrió sus ojos, los cuales había cerrado por la calma que había en el lugar, y asintió ligeramente. Parecía que a Susie le costaba un poco hablar sobre cómo se sentía pero aún así, se esforzó en contarle lo que pasaba por su mente en ese momento.

-¿Tú nunca sentiste miedo de mí?- Volvió a preguntar la monstruo mientras jugaba con sus manos, tratando de distraerse y en no darle tanta importancia a su propia pregunta. El humano se sorprendió por la pregunta pero enseguida respondió que no negando con la cabeza.

-¿Por qué no? Digo, pude arrancarte la cara de una sola vez si hubiese querido realmente.- La cuestionó ella mientras lo miraba confusa y con una mueca de inseguridad. -¿No te estarás burlando de mí?- Kris la miró con una expresión chistosa mientras le explicaba sus motivos. Según él, no veía a su ahora amiga como una amenaza real, por muy aterradora y hostil que ella pudiese verse con los demás. Susie quedó asombrada por la respuesta del castaño, pero solo se limitó a suspirar y echarse en el césped. Él, por su parte, imitó sus movimientos, recostándose en el suelo a su lado mientras la miraba atentamente. Ella puso su mano en su cara, cubriendo sus ojos mientras pensaba en sus acciones con su amigo.

-Perdón por eso, por cierto.- Dijo con una mirada triste en su cara. La sonrisa de antes, ya no estaba, y en su lugar, solo había una mueca inconforme y desafortunada que reflejaba arrepentimiento y vergüenza por su actitud pasada. Kris, por su parte, se sorprendió aún más por las palabras de ella, pero de inmediato, le dijo que no pasaba nada y que pese a eso, la consideraba su mejor amiga. Ella soltó un suspiro mientras continuaba su rostro cubierto en disconformidad. El castaño entonces, acercó su mano al rostro de la joven y retiró su flequillo, mientras le decía con una ligera sonrisa que no se preocupara por cosas que ya no tenían importancia. Susie sintió como su pecho se apretaba, sus latidos iban cada vez más rápido y en su rostro, una expresión de sorpresa con un leve sonrojo se asomaba. Ella lo miró expectante mientras él, se limitaba a reír para sí mismo. De pronto, una leve sonrisa se formó en la cara de la monstruo, quien no pudo evitar reírse con el humano y decir:

-Dios, REALMENTE puedes ser muy empalagoso, ¿sabes?- Kris le mostró una pequeña sonrisa a la par que apoyaba sus manos en el suave césped y jugaba con él. Susie parecía conforme con la respuesta del humano mientras regresaba su flequillo a su sitio y suspiraba profundamente, posiblemente para alivianar su propio sentir. El ambiente volvió a la normalidad mientras ambos observaban con tranquilidad el anaranjado que se formaba en el horizonte. Pronto, el cielo lentamente, mezclaba sus colores libremente como si de un lienzo en blanco de tratase. Los tonos rojos y púrpuras eran los que predominaban en este mismo, como si un artista, estuviese haciendo magia con sus delicadas y sofisticadas manos para una de sus pinturas más extravagantes. Al final del día, ambos amigos se sentían satisfechos por su salida. Tal vez sea por haber respondido y solucionado sus dudas, o quizá por haber hablado acerca de sus problemas y conflictos, no importaba ya; la presencia de uno al lado del otro los reconfortaba a ambos y los hacía sentir importantes para el otro.

DELTARUNE: Light & DarkWhere stories live. Discover now