Añoraba estar allí, añoraba los tiempos en los que mis peores problemas eran no tener los apuntes de genética.

Miré a mi alrededor hasta que mi madre se acercó a mí.

-¿Dónde está ella? –Me preguntó pasándome una mano por la cintura, caminando junto con mi padre y mi hermana al salón.

-Está cambiándose, no tardará en llegar. –Sonreí al ver la mesa del salón puesta, y el olor a comida inundaba la casa.

Y no me equivocaba, en cinco minutos sonó el timbre y me separé de mi madre.

-Debe de ser ella. –Dije corriendo por el pasillo, llegando hasta la puerta. Abrí y sonreí al ver a Lauren. Llevaba el pelo recogido en una coleta,  una blusa color blanco y unos jeans ajustados.

-Hey. –Sonrió y abrí un poco más la puerta para dejarla pasar. Me puse de puntillas para darle un beso en los labios suave, intentando quitarle los nervios que tuviese.

-Hey.. –Respondí acariciándole las mejillas, mientras bajaba las manos por su cuello, bajo su mentón. Notaba cómo el pulso de Lauren estaba más acelerado de lo normal, y la miré a los ojos. –Todo irá bien, créeme.

Lauren asintió, y por fin cerré la puerta. Pasamos dentro y, mi padre, mi padre y Sofi se giraron al ver al Lauren.

-Papá, mamá, esta es Lauren. Lauren, este es mi padre, Alejandro y mi madre, Sinu. –Dije dejando que viesen a la morena aparecer tras la puerta. Sofi sonrió y se acercó a Lauren para darle un abrazo, que la morena respondió con gusto.

Mi madre se acercó primero sin dejar de mirar a Lauren, bastante más alta que ella, lo que hacía la situación algo adorable.

-Encantada, señora Cabello. –Dijo Lauren tendiéndole la mano, y tuve que retirar la mirada para no reírme, porque siempre era rematadamente educada. Mi madre la cogió de las mejillas y le plantó dos besos en la cara, además de un abrazo.

-Mamá, mamá.. –La aparté riéndome, mientras Lauren se había quedado algo aturdida con una sonrisa.

-No importa. –Sonrió Lauren, dándole la mano a mi padre.  

-Así que eres la chica que habló conmigo el otro día. –Se puso las manos en la cintura mi madre y las mejillas de Lauren se pusieron totalmente rojas.

-Sí, bueno.. –Lauren intentaba explicarse mientras Sofi se reía por detrás.

-Es que me estaba duchando y llamaste, sólo eso. –Me acerqué a Lauren y la cogí del brazo, para sentarnos todos en la mesa.

-¿A esas horas te duchas tú? –Dijo empezando a repartir algo de verdura en los platos, además de carne y puré.

-¿Cuándo quieres que me duche? –Fruncí el ceño echando la bebida en los vasos, hasta sentarme al lado de Lauren.

-No sé, como estaba Lauren allí.. –Se encogió de hombros y negué, cogiendo la mano de la morena debajo de la mesa para tranquilizarla. Lauren tomó un sorbo de su vaso.

-Mamá, las parejas normales tienen sexo por las noches. Como comprenderás no querrás que Lauren en mitad de la noche se vaya a su casa en vez de quedarse con Mila. –Lauren se atragantó con el té frío y le limpié los labios con una servilleta, dándole un poco más de té para que se aclarase la garganta.

-Bien, Sofi, era algo que nadie necesitaba saber. –Reí negando, y mi madre apuntó a mi hermana con el tenedor.

-Tú, será mejor que nadie te haya tocado todavía porque lo mataré. –Mientras veía la escena casi no podía aguantarme la risa, y tomé el primer bocado de carne y puré, mirando a mi padre.

room 72; camrenWhere stories live. Discover now