"No importa las mentiras, él siempre será mi luna nueva..."
Sonic, un joven entusiasta, nunca esperó comprometerse a una edad tan temprana, pero se verá obligado a hacerlo porque su futuro depende de un simple 'Sí, acepto casarme con el'.
Lo que suc...
Ambos erizos sintieron las mismas presiones de tener los ojos del otro encima suyo, tanto que Sonic fue el primero en levantarse y desviar su vista con las mejillas rojas y con calor en estas.
—Quizás... sea algo tarde para seguir. —dijo el menor.
—Sí, tienes razón. —Mencionó Shadow para luego darle su mano al menor y ser levantado también.
—Mañana tenemos una reunión más y quiero llegar puntual. —habló el azul caminando con cuidado para salir del hielo.
Shadow lo siguió por detrás, y mientras se dirigían al auto que estaba estacionado se sentía una fuerte tensión, donde ambos individuos querían hablar pero solo lograban trabarse en sus pensamientos.
Al ingresar al auto, el azabache esperó unos segundos antes de prenderlo para mirar al azul, quien se colocaba el cinturón de seguridad y le sonreía mientras desviaba su vista.
Fue cuando este sonrió para si mismo y comenzó el viaje, durante este, dejó que el cobalto se encargará de la música.
Who should I be?
What is it you want when you come for me?
Every time, you're another evil
Waiting for an angel that you bring to Hell
Se podría decir que todo el trayecto fue tranquilo y más dejando que la velada fue exitosa en todo sentido.
Solo debía esperar a que la reunión saliera bien igualmente y todo avanzaría como quisiera.
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[...]
La mañana arrancaba con un sol sobresaliendo, el clima agradable, la luz atravesando la ventana y dando iluminación a la habitación en aquel edificio en el cual se hospedaban los erizos.
El primero en abrir los ojos fue el cobalto, quien se sentó en la cama mientras notaba como está vez durmió abrazando una almohada y Shadow a él.
Tardó unos segundos antes de colocarse las pantuflas y salir de la habitación directo a la cocina, planeaba preparar algo ligero para si mismo y para Shadow, debían salir en unas horas y no quería perder mucho tiempo.
Claro que no era experto pero siempre pasaba tiempo en la cocina hablando con las sirvientas y cocineros cuando era niño, haciendo sus tareas y una que otra vez ayudándolos en lo que le permitían.
Mientras comenzaba con el desayuno, su mente le traía recuerdos a aquellos recuerdos de niñez, los cuales le recordaban las pequeñas pizcas de felicidad.
Corría con los pies descalzos por el segundos piso y bajó las escaleras deslizándose por el barandal de este, su madre lo estaba buscando y para el, todo era un juego.
