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Soojin dejó escapar un suspiro cansado mientras se dejaba caer sobre su asiento

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Soojin dejó escapar un suspiro cansado mientras se dejaba caer sobre su asiento. Sin duda, no volvería a dejar que SooAh la convenciera de cubrir sus turnos. Al menos no cuando su jaqueca le estuviese moliendo la cabeza y llevará más de 30 horas sin dormir.
Desearía estar recostada en su cama con una taza de expresso, ropa holgada y un maratón de Modern family en la televisión. Si, eso sería bueno.

En su lugar, sólo obtuvo algunos golpes a la puerta de su oficina y la interrupción de su fantasía.
Por casi décima vez en el día, Soojin suspiro, acomodándose en su lugar de nuevo.

adelante —escuchó la chapa girar y la puerta abrirse, dejando ver a una de sus subordinadas— ¿mm, ¿qué pasa, ese viejo del 24 está corriendo desnudo por la recepción otra vez?

La menor negó, entrando y parándose frente al escritorio de la mujer.

— ¿entonces? –alzó su ceja–

— el paciente Vip del tercer piso despertó

Soojin tardó tres segundos en asentir, en realidad, debido a la anestesia dedujo que el hombre despertaría hasta el siguiente día, ciertamente, estaba algo sorprendida.
Asintió mientras se paraba de su asiento, tomaba su bata y se la ponía.

— bien, sígueme, te encargaras de sus cuidados a partir de ahora –finalizó, ambas saliendo de la oficina—

Seojun apretaba las sábanas bajo sus manos, una línea recta en sus labios, ojos furiosos y aura espeluznante casi podía verse el humo saliendo de su cabeza.

— Seojun-ah, cálmate —dijo su manager mientras le mostraba las manos en señal de paz— intenta ser razonable

— ¡te dije que traigas un espejo! —gritó mientras le lanzaba una almohada que el mayor esquivo con facilidad—

— ¿¡y de dónde se supone que saque un espejo!? –gritó también— ¡esto es un hospital no una boutique!

— ¡no me importa si esto es un hospital o la cárcel, trae mi maldito espejo!

Seon Ho suspiro, apunto de contestar se vio interrumpido por la puerta abriéndose, ambos hombres miraron hacia su dirección, el viento entrando ventana, completamente en silencio, lo único que se podía escuchar eran los pasos firmes, haciendo eco por toda la habitación.

Lo primero que Seojun notó, fueron los altos y elegantes tacones negros, después el pantalón de vestir color gris que cubrían las largas piernas de la mujer, una blusa negra sin hombros y mangas largas, también llamó su atención el collar de perlas que adornaba el cuello de la mujer. Sin embargo, lo que más lo cautivo, fue su hermoso rostro.
Cara redonda, mejillas regordetas, piel perlada, hermoso cabello oscuro y esa mirada, tan penetrante que Seojun tuvo que tragar saliva y recordarse así mismo que no le estaba leyendo la mente.

OH MY GRUMPY DOCTOR!Where stories live. Discover now