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Han Seojun siempre fue un chico agradecido; desde pequeño, supo valorar, apreciar y devolver la amabilidad de la gente

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Han Seojun siempre fue un chico agradecido; desde pequeño, supo valorar, apreciar y devolver la amabilidad de la gente. Eso no cambió cuando saltó a la fama, no, aumentó, siempre le pareció importante demostrar su agradecimiento con sus fans, sin ellos, no estaría en el lugar que está ahora,  no tendría nada de lo que tiene ahora y sin duda, no sería la persona que es.

Si, sus fans, nacionales e internacionales, todos son igual de importantes para él.

Tal vez por eso, Han Seojun nunca se molestó con ellos, incluso cuando sus acciones no eran las correctas e invadían la poca privacidad que tenía, no, nunca se mostró enojado, en su lugar, agradeció la preocupación y les pidió espacio amablemente, siempre se encargó de subir sus comunicados él mismo, (claro, siempre pasando por una revisión de sus superiores).

Pero ahora, a sólo 15 minutos desde su "pequeño" accidente, con el estacionamiento y sala del hospital repletos de adolescentes y jóvenes adultos, con carteles y lonas, todos con fotografías del joven ídolo, palabras de aliento, preocupación y exigencia hacia los doctores para que fuese atendido de manera excelente, tal vez Han Seojun se cuestionaría la manera tan suave que había sido hasta el día de ahora, con sus  fans, tal vez, una parte de él se molestaría si no estuviera aún medio inconsciente en la camilla con los paramédicos y demás enfermeros tratando de alejar a la multitud de él.

— ¡Señorita, señorita por favor aléjese del paciente! —pidió amablemente una enfermera, pero fue ignorada y aventado bruscamente hacia el suelo—

— ¡todos, sabemos que están preocupados por su ídolo, pero por favor salga de las instalaciones! —pidió otro guardia—

— ¡tenemos que llevar al paciente, aléjese de la camilla! —la paramédico jefe tomó de la muñeca a un chico que trató de tocar a Seojun— ¡yah, tus manos fuera!

– ¡oppa! ¡oppa, ¿gwenchana!?

— ¡Seojun-oppa!

— ¡oppa!

Para este punto, ni siquiera los 14 enfermeros en el piso ni los 6 guardias o 4 doctores, eran suficientes para contener a todos los fanáticos, la entrada estaba llena de ellos, todos gritando y empujando, Han Seojun veía todo con la vista borrosa, el collarín impedía que pudiera mover la cabeza para visualizar mejor, así que solo podía mantenerse firme en su lugar, viendo hasta donde le alcanzaba.

— ¡todos ustedes atiendan bien a oppa! —gritó una chica de gafas—

— ¡sii! —contestó el resto al unísono—

OH MY GRUMPY DOCTOR!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora