XXIX.

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Había sido derrotado en todo.

Magia, fuerza, habilidad, experiencia, tácticas. Todo lo que hacía a un Aventurero un Aventurero, este tipo había agarrado cada aspecto y destrozado en pequeños fragmentos bajo su débil e indefensa mirada.

Naruto solo se quedó de pie, allí quieto en aquella habitación destrozada por el calor de la batalla, observando la figura de su oponente cortar en dos su ataque como si nada.

Aquella sensación que había aparecido al principio de la batalla volvió a entrar en escena. Allanando su cuerpo hasta el interior tomando todo de el. Como una sombra que creció en forma de una manta negra cubriendo por completo al hijo de Hestia.

Miedo.

Y aquella sensación lo había paralizado por completo. No, el muchacho ni siquiera se había dado cuenta que se había quedado inmóvil segundos antes. Su cuerpo había llegado hasta el límite. Cuatro golpes de lleno de Ottar habían sido más que suficientes para tumbar el poderoso cuerpo del Espadachín Negro.

Ottar giró su espada enfundando el arma nuevamente.

¿Quería seguir peleando?

Aquella pregunta paso por la cabeza del Rey al ser testigo de la pose de batalla del hijo de Hestia. Un brazo hacia arriba, o intentando mantenerse en guardia. El otro, inmóvil, colgando a un lado de su cuerpo. Sus piernas parecían firmes, pero un leve tembleque lo delataba.

¡Tap!

¡Tap!

¡Tap!

Ottar detuvo sus pasos quedandose frente a frente con su rival.

Dejaría que el Calabozo acabará con Naruto Cranel...

Así que...

Tan solo...

Ottar alzó su brazo derecho y preparo su puño.

Naruto cerró sus párpados esperando el final.

¡Tack!

Suave...

Aquello sintió Naruto.

Ottar había depositado su puño suavemente en la mejilla del muchacho dejandolo ahí varios segundos.

Hace años atrás, cuando apenas era un novato que entrenaba con la Familia Zeus y Hera, Ottar era felicitado por Zard con aquel saludo. Tras un infernal entrenamiento, tras una mortal pelea, Zard golpeaba una de sus mejillas suavemente, como felicitando al muchacho por su trabajo.

Y Ottar solo quiso hacer lo mismo...

Las pupilas de Naruto empezaron a borrarse dejando unos ojos completamente blancos.

Aquel puñetazo que no lastimaria a ninguna mosca, aquel maldito gesto que solo un adulto le haría a un niño, aquella simple acción, lastimó el punto más débil de Naruto.

Su orgullo como guerrero.

El miedo que antes había invadido su ser se esfumó siendo reemplazado por un solo sentimiento...

¡IRA!

Naruto atrapó la muñeca de Ottar.

- ¡ARGGGGH!-

El muchacho abrió su boca dejando escapar un brutal aullido de guerra. La baba y sangre salieron disparados en forma de escupitajos hacia todos lados.

¡Fush!

Ottar no se lo espero.

Naruto impacto un tremendo cabezazo de lleno en el rostro del rey dejando que un sonido de crepitacion se oyese.

Espadachín Negro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora