XIV.

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Todo era oscuridad.

Podía sentir como sus mejillas eran golpeadas con manos demasiadas pequeñas. ¿Algo así podría existir? Ni siquiera las manos de los enanos eran tan pequeñas.

Y ahora una voz entró en escena atravesando sus oídos.

Una voz que conocía bastante bien desde su infancia, y a veces le producía algo de irritación debido a su tono tan alegre.

- ¡Hermano!-

Naruto abrió sus párpados despertando.

Rojo escarlata contra rojo escarlata se encontraron. Mientras unos eran inocentes y con cierto brillo de preocupación en ellos, los otros eran unos serios y demoledores como si estuvieran hundiendote en sangre.

- Naruto, ¿estás bien? Si querías dormir lo hubieras hecho en un colchón, no aquí afuera- expresó Bell extendiendo su mano ayudando a su hermano menor a levantarse.

Apenas se puso de pie, se pudo apreciar la diferencia de altura y contextura física entre ambos.

Mientras uno poseía el cuerpo perfecto para la agilidad, correr, y esquivar. El otro parecía lo contrario. Un torso, espalda y brazos fuertes hechos para destrozar muros de un puñetazo.

- ¿Hoy no trabajabas?- preguntó Bell dando un suspiro-. ¿Qué haré contigo? Si te hubiera encontrado más tarde, mañana estarías resfriado-

Con una expresión dormida, Naruto bostezo observando a su alrededor. Se había quedado dormido a las afueras de la Iglesia, tal como había entrenado. Con la fría ventisca de la noche golpeando su torso al descubierto, era obvio que mañana hubiera amanecido enfermo.

Sin embargo para su sorpresa, actualmente parecía que jamas agarraría un resfriado. Todo su interior se sentía realmente caliente, como si tuviera un fuego alojado en su pecho.

El rubio con un mechón albino le dio un pequeño masaje a su sien en un intento de recapitular los últimos hechos.

No se había quedado dormido. Se había desmayado.

Los pequeños golpes contra sus mejillas seguían insistiendo.

¿El libro, y el fuego que apareció no habían sido un sueño?

- ¡Oyeeeee! ¡Préstame atención!-

Los pequeños golpes en sus mejillas venían acompañados de una vocecita.

- (Esto debe ser una broma)- pensó Naruto observando al pequeño ser frente a él.

- ¡No, no lo es!- rió divertido el pequeño ser alado dejando de golpear las mejillas del chico para volar libremente alrededor de él.

- (Tú... ¿acaso...?)-

- ¿Leer tus pensamientos? ¡Si!- reveló Puck sentándose en el hombro derecho de Naruto-. Ya te lo dije al darte mi magia. A partir de hoy somos uno. Puedo leer tus pensamientos, hablarnos por telepatía, y pude ver todos tus recuerdos-

Naruto solo dio un suspiro.

Bell ladeó su cabeza hacía un costado viendo con confusión a su hermanito. ¿Por qué se quedaba observando su hombro?

- (¿Qué le pasa? ¿Por qué me está viendo como un loco?)- pensó el rubio ante la mirada de su hermano.

- Oh bueno, sobre eso...- exclamo Puck riendo-. Tú eres el único que puede verme y escucharme, ¿no te parece genial?-

- (¡Y una mierda, bastardo!)-

¡Fush!

Naruto intentó atrapar al pequeño ser, pero este fue más rápido alzando vuelo y tomando distancia.

Espadachín Negro.Where stories live. Discover now